"¿Por que ella?....
Por que alguien mas si existe ella"
Lucien
Mañana es el día del baile, tendría que irme a casa y dejar a Davina ya que ella dice su familia regresa a casa. Pero no puedo evitar no moverme y quedarme acostado junto a ella en su cama mientras lee uno de sus libros.
La volteo a ver y siempre es adorable admirar su rostro mientras lee, sus cejas me dicen cuanto le interesa o cuando algo la pone en duda. Si pudiera tenerla en mis brazos y jamás dejarla ir lo haría.
Pero recuerdo que hoy tengo trabajo, el mismo trabajo sucio que realizo con las mismas manos con las que la atraigo a mí. Matar a quienes lo merecen me parece justo, incluso lo disfruto. Sin dudar mataría por ella si fuera necesario, es algo que en el fondo disfruto y aun así la tengo a ella lo que me hace cuestionar.
—¿Crees en los monstruos ángel?
Ella detiene su lectura y me voltea a ver.
—Interesante pregunta ¿Por qué la duda?
—Solo quiero saber tu opinión ángel
—Hmm... no sabría decirte, tal vez-
Ella no termina su oración ya que se escucha el ruido de la puerta principal acompañado de varias voces. Ella se incorpora rápido y comienza a jalarme para levantarme igualmente.
—Lucien tienes que irte.
—¿Por qué tan acelerada? — sonrió con picardía. Una parte de mi quiere que me vean con ella, pero tengo que hacer lo que ella me diga.
—¡Por que tienes que irte bobo! Muévete por favor
Sigo mirándola sonriente mientras me empuja a mi única salido por el momento, a la ventana. Acepto que es hora de irse.
—Bien ángel tu ganas, pero no me voy sin algo a cambio.
Ella de inmediato se sonroja.
—Diablo pervertido, no hay besos hasta mañana así que muévete.
—No me iré sin que me beses ángel.
Ella acelerada me toma del rostro y me da un casto beso, pero con eso no me puedo conformar así que antes que se pueda alejar mucho la tomo de la cintura y la pego mas a mi profundizando el beso y no para de besarla hasta que siento que se relaja. Le veo su carita y se ve medio hipnotizada.
—Hasta mañana amor — le acaricio el mentón y me doy medio vuelta para saltar por la ventana a su patio. Miro de nuevo a la ventana y ahí está ella asegurándose que aterrice bien. Me regala una de sonrisas dulces y luego se va.
Camino unas cuadras hasta donde deje parqueada mi moto. Por una razón que no puedo explicar mi sonrisa sigue ahí sin poder ocultarla hasta llegar a casa donde me encuentro a Ren con todas la cosas listas.
12 horas después
Ren y yo corremos a mi apartamento, ambos llevamos horas sin dormir y totalmente golpeados con el olor a sangre seca.
—¡Mierda! — grito.
Tenía que salir mal, justo tenia que salir mal.
—Amigo no fue nuestra culpa, no nos informaron que el estaría rodeado de su gente.
—No dijeron que es un maldito capo.
—Exacto no es nuestra culpa.
—Pero fallamos Ren, no entiendes que el hijo de puta escapo y nos vio las caras.
—No sabemos si nos vio, llevamos pasa montañas.
—¡Él estaba detrás cuando nos la quitamos!
Mi puño impacta la pared y es la señal de Ren para tomarme de los hombros e inmovilizarme.
—Amigo no enloquezcas ahora, la ira no ayudara en nada. Tendremos tiempo suficiente para solucionarlo.
Mi pulsaciones se aceleraron tanto que podía escucharlas en mis oídos, tal como Ren me enseño comencé a tratar de normalizar las respiraciones mientras el me sostiene para no golpear a nada ni a él. Los ataques de ira no son fáciles de controlar sin embargo llevaba meses desde el ultimo que me dio. No me suelen dar así en el que quiero golpear suelo estar calmado esperando el momento de atacar mientras imagino las mil maneras que podría hacer daño.
—Piensa en Davina
Davina
La imagen de mi ángel vino a mi mente tan fácilmente, sus ojos claros y su hermosa risa. Entonces todo comenzó a calmarse.
—Eso es amigo, ahora — el me suelta y ve su reloj —Tenemos media hora para ir a la escuela para el baile o Davina y Vilma nos mataran.
El me deja en la sala mientras corre a darse una ducha. Mi mente sigue maquinando como solucionar esto, pero recuerdo lo que dice Ren y tiene razón. Le prometí a mi ángel un baile y no la decepcionare.
...
Cuando al fin llegamos Vilma esta intentando convencer a Davina que salga de su cuarto. Según entiendo parece que Vilma se ofreció en ayudarla a cambiarse.
—Davina se hará tarde y no puedo llegar tarde a la escuela.
—No — se escucha al otro lado de la puerta.
—¿Qué está pasando aquí? — pregunto.
—Ella no está convencida con el vestido que le ayude a elegir, para mi se ve linda. Y eso que no me dejo maquillarla.
Me acerco a la puerta y toco suavemente.
—Ángel... es hora de irnos.
Hay un momento de silencio.
—Solo no se rían.
—Jamás me reiría de ti.
Sin embargo, Ren para empezar a contener su risa, aun que no quisiera Ren se ríe por todo, si pasara una abeja con un sobrero se reiría a carcajadas.
—Solo ignora al idiota de Ren ángel, ya sabes como es.
Vilma golpea con el codo a su cita. Escucho el sonido del seguro quitándose y segundos después ella abre la puerta dejándome verla. Si la palabra hermosa le perteneciera a alguien seria a Davina.
—Te ves radiante ángel.
Ella no puede evitar sentirse tímida mientras le tiendo la mano para que tome confianza.
No miento en que se ve hermosa, tiene un vestido plateado de tirantes con la espalda descubierta y el aro de ángel en su cabeza que me hace tener que contar hasta diez para no pensar de más. Aun así, se me ocurren mil maneras de quitárselo.