El Ángel del Diablo

“Te Pasa Algo”

 

“Si desapareciera ¿me buscarías?”

 

DAVINA

Solo era otro juego

Lo sabia

Y lo peor de todo es que duele igual, de hecho, duele mucho más.

No contesta mis mensajes y llamadas. Ya paso una semana y no a regresado a la escuela, duele la falta de el y no quiero creer que no significo nada para el cuando me hizo sentir que sí.

Supongo eso me merezco, ya comprobé que soy muy mala eligiendo los chicos para mí.

Las imágenes de su expresión en la librería no desaparecen de mi mente. Parece que la noticia lo conmociono lo que no termino de comprender de todo. El hecho de no haberle contado no debía molestarle de esa manera ¿oh sí?

—Davina

La voz de la profesora me regresa de mi mente a la realidad.

—¿Sí?

—Le hice una pregunta

La mire tímida, hojee a mi alrededor y mis compañeros me miraban también de manera casi burlona. Aprete mis manos con fuerza tratando de controlar la ansiedad que crecía en mí, pero se reflejaba en mi pierna que se movía sin poder controlarlo.

—Olvídelo Davina — la profesora me dio una mirada de desaprobación y volteo para preguntarle a alguien más. Volví a mirar a mi alrededor con ganas de llorar y me topé con la mirada de Xavier. Volví a mirar enfrente tratando disimular que no lo vi. Mire mis manos en la mesa jugando con ella mientras solo escucho la explicación de la clase. Mi mente sigue intentando llevarme a lugares oscuros.

Solo pasaron como dos minutos creo cuando siento que una persona se sienta a mi lado. Lo volteo a ver y es Xavier quien decidió sentarse en su viejo asiento. Desde que me dejo de hablar decidió sentarse con sus amigos en todas las clases olvidándose de mi lo que me hace que me enoje al verlo a mi lado.

Decido ignorarlo, pero el comenzó a tratar de sacar platica.

—Te pasa algo — dice.

No dije ni una palabra.

—Se que te pasa algo Davina cuéntame.

—No quiero hablar — fue lo único que dije.

—Entonces quiere que te haga hablar

Suspiro tratando de restarle importancia.

—Bien, si vas a estar así — Sentí como jalo mi silla hacia el rompiendo la distancia segura que teníamos, sabe muy bien que con cercanía me pongo nerviosa —Davina.

—Déjame en paz Xavier.

Para mi suerte suena el timbre a lo que tomo mi mochila y salgo casi corriendo. Sin embargo, Xavier no tarda mucho en alcanzarme ya que el es mas atlético que yo.

—Davina.

—¿Por qué ahora si me hablas? ¿Resulta que ahora si soy tu amiga?

—Estaba enojado nena, pero se cuando algo no esta bien en ti y quiero ayudarte.

—No necesito de tu ayuda.

—Necesitas de un amigo.

—Jodete Xavier — vuelvo a acelerar y por suerte me deja en paz.

Al ser la ultima clase de hoy puedo regresar a casa, lo único malo es que debo regresar caminando. Saco mis audífonos y empiezo a caminar distrayéndome de la música y así no pensar en Xavier ni en Lucien. Solo yo.

Pasan varias cuadras cuando me topo a un hombre, se ve todo tatuado aun que lleva manga larga puedo ver unos tatuajes que sobresalen el cuello a lo que me imagino debe tener más. Me quito los audífonos para escucharlo que me está diciendo.

—¿Perdone que decía?

—¿Podría indicarme esta dirección señorita? Como le decía no soy de esta ciudad.

El me extendió un papel a lo que me acerque a tomarlo, mientras lei estaba apunto de indicarle hacia a donde cuando siento que alguien por detrás me cubre el rostro con una bolsa de manta oscura que impide mi vista y luego una mano tapa mi boca callando mi grito. Siento como soy arrastrada y lo único que me comunica lo que esta pasando son el sonido de un auto y siento que soy metida a un lugar.

Escucho varias risas masculinas y seguido el acelerador que nos mueve a toda velocidad.

No tengo idea de lo que esta pasando. 

 

 

 

 

 




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