El Ángel del Diablo

“No merecer amor”

“La chica ángel necesita a su diablillo”

Davina

Intento divagar mi mente hacia otra parte mientras mi cuerpo tiembla incontrolablemente.

Las imágenes de estos hombres arrojándome baldes de agua mientras reían y se acercaban, pero me apresuraba a alejarme de ellos no me deja de torturar. Al final se cansaron y me dejaron sola en este lugar. Parece ser un granero donde suelen estar caballos y eso explica el olor. Toda salida esta bloqueada con candado así que por mas que intente no encuentro manera de salir de este infierno.

Esto es otro nivel, ni si quiera se parece al la broma del congelador de mis torturadores en la escuela. Se que mi cuerpo esta sufriendo hipotermia por que no paro de temblar, es de noche y en este lugar no hay nada con que arroparse ni secarse. Aun así, sentada en una esquina decido abrazarme a mis piernas intentando tararear esa canción que a la vez me tortura, pero a la vez me reconforta por que me hace pensar en él.

La melodía que le escribí a Lucien, la que simplemente llega a mi mente y poco a poco la fui contrayendo pensando en él.

Desperté en la oscuridad, sin dejarte de pensar

Todo mi cuerpo te extraña

Me deje caer

Sin saber si me ibas a sostener

Aun que estuviera oscuro, besaste mis labios

Y vi un lado de ti que jamás conocí

Aun así, caí

Mis manos son fuertes, mis rodillas no

Pero me atrapaste

Juro que es verdad, no miento

Das vuelta en mi mente como un huracán

Llamo tu nombre en la fuerte tormenta

No se si me escucharas, confió en que estarás

Crees ser malo cuando en mi causas brillar la felicidad

Cuando yo en ti no veo maldad

Si soy tu ángel

Déjame cuidarte como me cuidas a mi

No me importa tener miedo

Si el diablo sabe amar

No hay decisión que tomar

Su ángel lo aceptara

Las lagrimas corrían por mis mejillas, incluso llorar duele por que estos tipos golpearon mis costillas y cualquier movimiento es doloroso. Solo deseo cerrar los ojos y que al abrirlos nada de estos sea real, tener unos brazos que abrazar. Pero creo solo tengo los míos.

Juego con mis dedos en el suelo imaginando que estoy tocando mi piano mientras sigo tarareando mi canción la cual no tiene nombre aun, solo se que es de él.

El hombre que mas me hizo sentir, y el que más daño causo

No merezco ni siquiera al mismo diablo, ¿Qué clase de chica debo ser para no merecer el amor?

 

 

Lucien

Han pasado doce horas desde la desaparición de Davina y quise golpear todo a mi alrededor. Las horas más cruciales se fueron de mis manos y en estos momentos ella podría estar muerta y es la peor sensación del mundo.

¡Maldita sea!

—Lucien ¡La tenemos! Gira a la derecha un contacto conoce el lugar donde enviaron foto de ella. Se donde esta — informa Ren.

No dije ni una palabra, giré el volante del auto de Ren a toda velocidad. Son altas horas de la noche casi de mañana así que no hay nadie y aun que hubiera me importa un bledo. Debo llegar a ella lo antes posible.

Pasan unos veinte minutos cuando la dirección que nos enviaron nos lleva a un lugar bastante alejado en las montañas y lo único que visualizamos es un granero abandonado.

—¿Seguro es aquí? — pregunta bajando del auto.

—Eso me dijeron.

Comencé a caminar hacia el granero cuando mi mejor amigo nota algo.

—Mira esta cerrado con cadenas que parecen muy nuevas, debe estar ahí.

Apresuramos nuestro paso ya enfrenté de las cadenas, pero no tenemos nada con que romperlas. Ren comenzó a mirar entre la pared de madera queriendo visualizar algo. Cuando se detiene en seco a mi se me detiene el corazón.

—Amigo ¡Esta ahí la veo! ¡Davina me escuchas!

Voy a donde el mira y efectivamente puedo ver su cuerpo tirado ahí, solo puedo verla de espaldas, pero podría reconocer su bello cuerpo y sus hermosos rizos en cualquier lado. Ella no se inmuta antes nuestras voces lo que comienza a enloquecerme. No se mueve si quiera y eso instala una desesperación en mi pecho.

Me doy vuelta camino al auto ignorando a Ren solo con mi plan en mente, enciendo el auto y lo dirijo a la otra esquina de granero alejado de donde se encuentra ella. Piso el acelerador sin pensarlo dos veces, puedo escuchar el grito y la maldición de mi amigo, pero no me importa, le pago otro maldito auto si es necesario.

Me estrelló contra la pared de madera dejándome entrar por fin.

La miro y sigue tirada en el suelo. Con el corazón en el cuello, como si fuera mi nudo en mi garganta mientras rezo a mis adentros que este bien, por favor que siga respirando, solo pido que siga respirando. Bajo corriendo hacia ella donde al tomarla en brazos noto lo increíblemente fría que esta.

—Malditos idiotas.

Me quito la chaqueta envolviéndola y volviéndola a cargar. Me dirijo al auto, pero Ren me detiene y me señala que vaya atrás con Davina.

—No planeo darte mi auto ni una puta vez más, ve con ella atrás necesitara un hospital.

No lo contradigo y me meto en la parte trasera atrayéndola completamente a mi cuerpo, me permito quitarle la camiseta húmeda, no importa si me grita por ella luego lo importante es recuperarle el calor corporal. Compruebo su ritmo cardiaco y me preocupa lo lenta que esta, pero su respiración no esta irregular así que trato de mantener mi calma.

La tengo en mis brazos y está respirando

Ella va a estar bien

Matare a todo hijo de puta que se atrevió a tocarla. 

 




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