El Ángel del Diablo

“No toques a su ángel”

“Dos personas dañadas tratan de curarse uno al otro, eso es amor”

Lucien

—¿Te puedo mostrar algo? — la escucho preguntar.

—Claro.

La noto muy nerviosa, por lo menos esta mas relajada a como esta en su casa encerrada. Logre mi cometí, logre sacar de esa nube gris en la que se había rodeado. Ella procede a tomar su pequeña mochila y saca su celular junto a sus indispensables audífonos. Me pasa uno de los ayudándonos, extrañado lo tomo y me lo coloco. Pacientemente la veo buscar en su teléfono celular.

—Bien, no digas nada solo escucha.

Ella parece pulsar playa y escucho su voz con el fondo del piano. En ese segundo me percato que es ella, su voz es la que escucho y estoy seguro que son sus dedos quienes tocan el piano. Me obsesioné con su manera de tocar desde la primera vez que la vi.

La melodía

Su voz cantando esta canción. Hace que mi pecho se estruje, porque sé que la escribió pensando en mí.

Mirar como sus ojos brillan mientras me mira reaccionar, no puedo evitar ver a hacia otro lado. Me parece demasiado tierno que por alguna razón me pican los ojos.

—Oye — me llama, sostiene mi rostro en sus manos y me mira con su hermosa azulosa mirada —¿Qué pasa? ¿No te gusto?

—Claro que no ángel, adoro tu canción.

El puchero que le había aparecido en el rostro es remplazado con una linda sonrisa. Me acerco para besarla y ella me corresponde.

Besarla es como si sus labios fuesen aire, y al fin pudiese respirar.

Me separo para verla a los ojos y al fin la veo feliz otra vez.

—Mañana vuelves a clases.

—Si lo se no me lo recuerdes.

—Bien — rio — Es hora de que te lleve a casa.

Le doy su casco para subir a la moto.

...

Al siguiente día

Paso recogiendo a mi pequeña ángel donde la dejo con Xavier para su primera clase.

Es como si todo se estuviera colocando de nuevo en su lugar.

Paso la mayor parte del día con Ren y Vilma quienes solo pasan riendo junto y me parece ridículo ya que solo solían pelear en cada momento y ahora resulta que son amiguitos. Que salieran juntos en el baile les hizo mal. Dan las 2 de la tarde. Y es mi hora de por fin a la única persona que me emociona ver. La espero en la salida, pero no la veo salir entre la multitud. Cuando veo a Xavier correr hacia a mi se me eriza la piel.

—¿Qué pasa?

—Davina, la acorralaron.

No dejo que termine la oración cuando salgo corriendo, escucho lo gritos, la gente abucheando y voy directo ahí. Cuando llego la imagen que encuentro hace que me arda la sangre. Dos chicos están encima de Davina empujándola, golpeándola. No les doy tiempo que le tiren otro golpe cuando tome su brazo y lo tire para atrás. Tomo al otro chico tiro un golpe en su rostro alejándolo de ella.

—¡Lucien espera! No nos golpeas — grita el que tire primero.

—Si no quieres conocer al diablo, entonces no toques a su ángel — advierto lanzándoles otro golpe en el estomago para así sacarle el aire y callarlo.

Cuando voy en camino por el otro siento una pequeña mano que me toma el brazo.

—No lo hagas — la miro, tiene un ojo morado —Solo sácame de aquí.

Frustrado con la adrenalina al mil solo miro a los dos chicos que retroceden en el suelo. Tomo a Davina en mis brazos para irme ignorando a la maldita multitud a nuestro alrededor que no sirven para nada mas que estorbar.

Xavier me ayuda a subirla a su auto así llega mucho mejor a casa, en mi moto los sigo. Cuando llegamos no hay nadie en casa así que Xavier sale en busca de hielo y algo con que curar su heridas mientras me quedo sola con ella.

—¿Por qué te golpearon? — ella solo se queja y mira para el suelo —Háblame Davina

Ella sigue en silencio.

—¿Me vas a decir que te golpearon solo porque sí?

—No ¿Por qué pensarías eso? ¿Piensas que yo los incite? — habla aun sin mirarme.

—No claro que no, pero además de idiotas necesitan una excusa para golpear a alguien la mas mínima. Dame una a mi y los mato por ti.

—No quiero que hagas nada de eso.

—¿Entonces qué?

—... Solo escuche que dijeron que esto era por Caleb

Caleb

Su ex novio

—Dijeron que a el no le gusto que yo tuviera un nuevo novio y querían castigarme por eso.

¡Malditos desgraciados!

—¿Y por que no hiciste nada? Ellos no tenían ni un rasguño y conociéndote solo dejarías que te golpearan sin contraatacar.

—No puedo hacer nada ellos son dos y yo soy muy pequeña.

—Nena, hasta el conejo mas pequeño puede tratar de defenderse.

—No quiero hablar de esto ahora.

Se vuelve a quedar en silencio.

—¡Dime algo, grítame o golpéame! ¡Desquítate conmigo!

—No tengo nada que decir.

—Esto es lo que me mata, tu silencio.

Esta vez sí me mira

—¿Qué pasa si soy una persona muy difícil con la que vivir? Siempre hay razones que no impiden ser nosotros juntos en paz.

—No digas eso sería más difícil vivir sin ti. ¡Que no ves que golpearía o mataría a cualquiera por ti!

—Yo no quiero que golpeas a nadie, no quiero que seas un monstruo.

Ahora soy yo quien no sabe que decir inmediatamente. Sus palabras me dejan pensando y la pregunta viene a mi mente.

—¿Crees que los monstruos nacen o son creados?

Ella me mira confundida

—¿Por qué me preguntas eso?

Nuestra conversación se interrumpe, el sonido que estoy recibiendo una llamada hace que le deje de prestar atención a ella y revise mi celular. Ver el nombre en la pantalla solo me pone de peor humor.

Mi padre

—Debo irme, le diré a Xavier que me llame cualquier cosa, se que tu no lo harás.

La dejo con las palabras en la boca y salgo de la casa. 

 

 

 

 

 




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