¨Ella no es frágil como una flor, es frágil como una bomba¨
La lluvia no cesa y Davina esta cansada ya. Así que la acompaño a su cuarto para que duerma.
—Duerme ángel.
—No, esperare hasta que te vayas.
—Tu no te preocupes por eso en cuanto la lluvia pare me iré, mientras tanto de cuidare de cualquier pesadilla que tengas.
Ella se acomoda en la cama conmigo recostando su melena ondulada en la almohada.
—¿Qué tal si tu estas en mis pesadillas? — pregunta con tono de humor.
—Espero ser el villano que te salve.
—Chistoso — me contesta.
La veo cerrar los ojos dejándose dominar por el sueño, y sin quererme contener la admiro. Sus suaves facciones, sus rosados labios como las pestañas curvadas la hacen ver aun mas angelical. Ella es mi caos, un tornado de plumas divino que revuelve todo mi mundo. Mirarla es siempre como la vi por primera vez, la primera vez en que enserio la vi con atención fue como si por primera vez entendiera lo que es el amor. Y eso duele.
La dejo descansar, la lluvia empieza a tranquilizarse, pero aún no quiero irme. El miedo en mi sabe que aun que hoy me deje tenerla cerca mañana probablemente me aleje de nuevo.
Reviso mi teléfono celular y tengo mensajes nuevos. Mi padre. Cambie mi número celular hace muchos años, pero no creo allá sido difícil para el investigarlo.
¿Podemos reunirnos mañana?
Eso es lo que dice el mensaje y volviendo a ver a mi ángel recordando en lo que me dijo, eso me hace pensar en volver a tener misericordia, y perdonar a mi padre. Si soy capaz de matar por ella, me siento capas de perdonar por ella a lo que decido contestar. Acepto ir a verlo
Guardo el celular y la vuelvo a mirar.
Mas te vale que no me alejes ángel, no hay un yo sin ti.