¨Como la luna, la mitad de mi corazón siempre amara la oscuridad¨
Lucien
Cuando me toca volver a clases después de haberla dejado durmiendo todo en lo que pensaba era en volver a verla.
Y una vez la localizo saliendo de su clases con sus cuadernos en los brazos abrazados a su pecho.
—Davina — la llamo.
Ella dirige su vista a mí, hace una mueca incomoda a lo que solo me da un rápido saludo y se da vuelta para seguir caminando lo que me deja totalmente confuso. La sigo tomando su brazo rápidamente para detenerla.
—Oye — hago que me mire — pensé que lo nuestro estaba en buenas condiciones desde ayer.
—Ayer te deje quedarte por la lluvia Lucien, no soy mala. Y si hablamos como personas normales y perdón que eso sea raro para ti. Pero no he dicho nada sobre perdonarte y volver a ser como antes, Lucien... solo no puedo superar que me mientan y menos tú, así como así.
La miro aturdido. Sus palabras son estacas dirigidas directo al mi aparato cardiaco. No supe que decirle así que deje que se soltara de mi agarre dándome una última mirada como si le faltara palabras que decir, pero creo ya dijo suficiente. Se vuelve a dar media vuelta avanzando hasta llegar donde se encuentra Xavier hablando animadamente con sus amigos del equipo de futbol.
Eso hace que mi sangre hierva en furia pura. Se siente horrible, demasiado mal. Verla alejarse así acompañada de chicos que no saben como tratar una mujer y menos a una como ella. Conozco a esos idiotas y aunque no sea los peores del instituto no deben estar cerca de Davina. Mi Davina.
...
El santo día y mi control empieza a brotarse fuera de mi manos. Es demasiado. No he logrado localizarla jamás lo logro en horas clases. Lo único que necesito es verla y resolver todo. Necesito resolver todo con ella. Y al no poder encontrarla recurro a escribirle.
Davina, no hagas esto ¿hablemos sí?
Puedes estar molesta okay, pero no puedes irte, eres mia ángel
...
Eres mia
Yo soy tuyo
Pero no me alejas, aunque peleemos, podemos pelear toda la vida
Aun eres mia
Las horas van pasando y aun no consigo respuesta de ella lo que solo provoca que me frustre más. La necesidad de golpear algo o alguien incrementa, pero doy algunas respiraciones para relajarme.
Llega la media noche y mi última opción es volverle a escribir solo que ahora mas relajado.
Sabes desde el momento que te vi por primera vez, fue algo como... no amor a primera vista, pero simplemente... lo supe, fue como si fueses familiar, como si fueras tú, siempre serás tú.
Envié el mensaje tratando se ser lo mas sincero posible. No miento en ninguna de mis palabras y ella debe de notarla sino, lo hare hacerlo. Nunca me rindo y jamás lo hare con ella.
Esta vez solo fueron minutos lo que tuve que esperar cuando recibo su respuesta.
Hablemos mañana en persona ¿Sí?