| Narra Lauren |
-¿Que se supone que debería hacer? Su amiga rubia no me ayudaba en nada. Creo que no le caí bien. Danielle y ella charlaron y yo solo me limito a comer en silencio, debía hacer algo.
-Hum, Dani ¿dónde está Dylan? – ella se gira y levanta sus hombros.
-No lo sé, solo me dijo que tenía que ir a coordinación para arreglar algo con su papelería. –asiento y termino de comer, el timbre suena y veo mi horario a la vez que Dani le da un vistazo al reloj en su muñeca.
-Debo irme, tengo Historia del arte, un gusto conocerlos. Te veo a la salida, guapa. –me guiña un ojo y sale corriendo. Loca.
-Alex, que te… -su amiga vuelve a interrumpirme.
-Yo llevaré a Alex a su próxima clase, no te preocupes Lauren.
-Bueno… está bien, mucho gusto Ali.
-Igualmente, linda. –me sonríe y yo la imito.
-Nos vemos, Alex. –salgo de allí sin dejarlo hablar. Eso había sido muy incómodo y era demasiado para sólo un rato. Las clases pasaron y no volví a toparme con Alex. Terminó la última clase y camine al estacionamiento. De lejos vi a Dylan y a Dani abrazados, me acerque a ellos y mande un mensaje a mi hermano para que no tardara demasiado.
-¡Lauren! – alzo mi cabeza y sonrío.
-Tortolitos ¿Qué tal su día?
-Del asco, se equivocaron con mi horario y me hicieron llegar a un salón incorrecto, que vergüenza. –mi amigo ríe y Dani le da un empujón. –Por eso no pude ir a comer, tuve que arreglarlo y ya todo está bien.
-Pobrecito de mi bebé. –bromea Dani y yo río.
-A mí me fue bien. –alzo los hombros.
-Bastante bien, conoció a un chico muy lindo –mi amiga alza las dejas y río.
-¿Ah sí? Esperen... ¿era muy lindo, Dani? –le hace pucheros y yo volteo mis ojos.
-No más que tú, descuida bebé. –Dylan sonríe y besa su sien.
-Ok, cursis…
-No dirás lo mismo cuando tengas a alguien. –ríe y justo mi hermano me hace girar.
-Enana, saldré con mis amigos. ¿Puedes llevarla a casa, Dy? –le dedica una mirada a mi amigo y éste asiente.
-Cuenta con eso. –chocan sus puños y Aaron revuelve mi cabello.
-Nos vemos en casa, bye. –corre hacia sus amigos y nosotros caminamos a el auto de Dylan. Mi amiga se va de copiloto y yo en la parte de atrás. El pelinegro conduce y al llegar a casa entro a mi cuarto y saco los cuadernos para empezar a hacer algunas tareas.
Luego de cambiar mi ropa por una más cómoda y de acomodar algunos apuntes mi hermano llega y me doy cuenta de que ya es tarde. Ambos hacemos un par de sándwiches para comer, mi hermano me platica un poco sobre su primer día y yo hago lo mismo. A la media noche me dispongo a dormir y al día siguiente no puedo hablar con Alex parece que el solo trata de evitarme. ¿Hice algo malo?
| Narra Alex |
-Vamos, admítelo Al, te gusta. Ayer estuviste escapando de ella. –ruedo los ojos y sigo pasando las yemas de mis dedos por la página leyendo los conceptos de Administración.
-Si tanto insistes en hablar de ella, dime, ¿Por qué fuiste tan fría?
-Hum… Creí que quería ocupar mi lugar, soy tu mejor amiga y no quiero que me cambies.
-¿Crees que te cambiaria?
-No… fue tonto comportarme así, lo siento Al. –niego y acaricio su mejilla.
-Deja de ser tan boba, nadie podría ocupar tu lugar, Alice.
-Está bien, además de que no quieres ser solo su amigo.
-Me conoces bien, ¿para qué negarlo?
-¡Lo sabía!
-Calma, es solo que fue muy amable y tiene una bonita voz, su aroma es relajante… dime como es, Ali. Sé que no es tan alta como yo pero tampoco es bajita, sé que sus manos son frías y suaves. Sé que es un poco tímida, pero dime, ¿Cómo es ella?
-Ouh, mi querido Alex, en realidad te gusta ¿no es así? No te diré nada aun, te dejare con la duda hasta que consigas su teléfono. –ella ría malvadamente y yo niego.
-Estas loca, estoy ciego. No tengo oportunidad con ella. –muevo mi cabeza y ella toma mi cara por mis mejillas.
-Nada de deprimirte, Al. Eres jodidamente caliente, tienes un buen pack. –ría y pica mi abdomen con su índice y yo sonrió por sus ocurrencias. –Eres un chico encantador y yo apuesto a que puedes salir con ella, así que mañana le pedirás su teléfono y solo así podrás saber cómo es en realidad, ¿ok?