"El destino tal vez nos quiere juntos, después de todo ¿Quien puede negarle algo a alguien como yo? "
Era el pensamiento pretencioso de Carla mientras en sus labios esbozaba una sutil sonrisa de satisfacción porque sin desearlo fervientemente parecía que el destino estaba jugando a su favor, con el encuentro de ese joven bibliotecario que estaba frente a ellas podría manipular a su amiga para que la acompañara cada tarde hasta conseguir su objetivo o capricho. La conocía tan bien que sabía con certeza que ese muchacho del que apenas se enteraban su presencia en la escuela encajaba en sus expectativas, tanto para ofrecerse gustosa en acompañarla a la aburrida biblioteca.
—¡Hola! Venimos a hacer una investigación para la clase de biología. —Respondía Dana con una sonrisa acercándosele, la otra la seguía mientras miraba de reojo como Nathan se dirigía a una de las mesas disponibles para el estudio, ignorándolas por completo.
—Si... Aquí tenemos algunos libros de Biología ¿Qué tema van a averiguar?
Era la pregunta amable del joven bibliotecario a las jóvenes, quienes trataban de recordar el tema que envío la maestra, la verdad era que no les interesaba hacer esa investigación que estaba para fecha después de una semana pero ¿Qué otro pretexto tenían? No era normal en ellas hacer las tareas de forma tan cumplida siempre aguardaban a última hora y generalmente copiada del internet.
—Algo de las células y eso... —Masculló entre dientes con duda.
—Ah si, creo a que se refieren... —En un murmullo el joven con una sonrisa le decía, de inmediato se prestaba a buscar los libros disponibles sobre el tema en las fichas registradas, suponía que era lo básico así que cualquier texto de Biología les serviría.— En la hilera tercera de ese perchero hay dos libros de biología que les ayudara, los otros dos los tiene el chico de ahí supongo que deben estar en el mismo curso ya que investiga el mismo tema.
Les hablaba mientras señalaba con el dedo donde debían dirigirse a buscar los libros.
—Si... Estamos en la misma clase que él... —Dijo Carla con algo de emoción, su amiga le apretaba la mano con disimulo para que se calmara, le resultaba penoso que ese chico se diera cuenta de sus intenciones para estar ahí.
—Ya veo... —Solo musitó con una sonrisa— Cuando los tengan pueden regresar a mi escritorio para registrarlas, ya saben es un mero formalismo.
—Si, lo entendemos... Eres muy amable... —Se quedó unos segundos callada Dana— ¿Cómo dijiste que te llamabas?
—Bueno no he dicho mi nombre pero soy Michael... Mucho gusto.
—Yo me llamo Dana y ella es Carla... Estamos gustosas de conocerte. —Ahora la otra joven le apretaba la mano con disimulo porque ahora era ella quien se emocionaba en su presentación— Iremos a buscar esos libros.
Ambas se alejaban un poco presurosas a buscar los libros que les había encomendado.
—¿Qué fue todo eso?
Las dos al unísono se cuestionaban en un murmullo a manera de regaño una a la otra por su reacción al estar cerca de estos chicos, parecían unas novatas en estos asuntos aunque no lo eran.
—Debemos ser más discretas... O ellos se darán cuenta. —Hablaba en voz baja Carla con un notorio sonrojo en sus mejillas por el pequeño momento bochornoso de antes.
—Seguramente ya notaron nuestras intenciones. —Su amiga con un gesto de fingida resignación le decía pero se notaba por su sonrisa que toda esta situación le parecía divertida y emocionante— Ahora tu ve a sentarte y déjame a mi hablar con Michael con el pretexto de que registre estos aburridos libros ¿Si?
La otra no tuvo más opción que obedecer a su petición al notar lo decidida que estaba su coqueta amiga, no sin antes advertirle que no "metiera la pata diciendo cosas innecesarias". Ya que no quería que sus intenciones con Nathan fueran delatadas al primer día, con la mirada buscaba donde iba a sentarse mientras aguardaba por los libros. Un asiento donde pudiera ser notada por el joven que estaba concentrado en su investigación, parecía no escuchar nada por los audifonos que llevaba en los oídos, así que aunque buscó un sitio donde pudiera ser vista este la ignoraba.
Mientras tanto Dana tomaba los libros entre sus manos con su usual sonrisa se acercaba de nuevo al bibliotecario quien la esperaba sin borrar la amable sonrisa de antes.
—¿Tú no eres de esta escuela? No recuerdo haberte visto. —Comenzaba la conversación la animada joven que no dejaba de sonreirle.
—No... Estoy cursando el último año en la escuela pública que queda en el centro, no creo que la conozcas.
Al oir su respuesta la joven se desilusionó un poco ya sabía que no podía haber joven que fuera perfecto, el era atractivo, se notaba a simple vista que era listo y agradable pero seguramente de bajos recursos económicos entonces entendió el porqué trabajaría en las tardes en otra escuela de mejores recursos. Pensaba quizás siendo algo materialista ¿Cómo si el dinero fuera un factor importante en una persona?
—Ah ya veo... ¿Y no se te complica el trabajar y estudiar a la vez? —Cuestionaba de todas formas un poco intrigada ya que para ella era raro estar con alguien de casi su edad en esta clase de situación, la mayoria de sus amistades que eran de su escuela no tenían mayormente problemas de dinero y aún para ellos, incluyéndose, se complicaban la existencia solo con el deber que era el de estudiar.
—No... La verdad no, lo bueno de este trabajo es que puedo venir a hacer mi tarea aquí ya que como puedes observar no es mucho el ajetreo, generalmente es muy tranquilo... Me agrada estar aquí.
Le decía mientras llenaba la ficha de registro individual de los dos libros que tenía en su escritorio.
—Si entiendo es un trabajo conveniente, me alegro por ti que te sientas a gusto. —Murmuraba con ánimo la muchacha.
—Si eso creo, el director es amigo cercano de mi padre fue muy amable al darme este trabajo así podré reunir lo necesario para solventar en algo mis planes futuros.
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Editado: 10.04.2019