El Chico De La Mesa 4

CAPÍTULO SIETE.

 

 

VII. El partido de fútbol

 

 

Abril Martinelli

 

 

— Adelante — murmuro cuando escucho varios toques en la puerta de mi habitación

 

— Andrea esta allá abajo

 

— ¿Por qué no le dijiste que pasará? — preguntó confundida

 

— Dijo que venía por ti para ir a no sé dónde... — contesta mi hermano pequeño, provocando que habrá mucho los ojos

 

— ¡El partido! — exclamó y me pongo de pie rápidamente — ¡Lo olvidé! Por favor Tomy distraerla lo más posible. En cinco minutos estoy lista

 

— Esa es mi hermana — exclama sarcástico mientras me deja sola nuevamente

 

Me puse un simple pantalón, una sudadera negra, y unos tenis — los cuales antes eran blancos, pero ahora están medio amarillos por el uso —. Baje rápidamente las escaleras intentando arreglar lo más posible mi desastroso cabello. 

 

Hoy tendríamos una noche de series entre ella y yo. Después del partido, habíamos planeado venir a mi casa para comer palomitas y platicar de nuestras cosas. La verdad. Me gustaba la idea más de lo que podía admitir. Y me hacía..., ilusión 

 

— Ya estoy lista. Vámonos — digo a mi mejor amiga en cuanto estoy en parte baja de mi casa

 

— Está bien. Adiós Tomy — se despide saliendo de mi casa

 

— Gracias Tomás, te debo una

 

— No hay de que — me grita cuando salgo

 

— Sabía que lo olvidarías — murmura mi mejor amiga mientras sube a su coche

 

Ella es alguien con dinero. No es millonaria, pero si tiene muy buena vida. Y cuando menciono que muy, es porque es tiene muuuyyyy buena vida. Sus padres tienen una marca de ropa que les genera bastantes ganancias y que les permite tener una vida bastante privilegiada.

 

Cómo este carro que tiene Andrea. Es un Audi el cual le regalaron el día de su cumpleaños. Sí, yo llorando por tenerme que pagar el bus, y mi mejor amiga tiene un auto de lujo...

 

— Tengo muchas cosas que hacer — murmuro mirando por la ventana

 

— Ajá — susurra sarcástica — Oye — me llama, haciendo que la vea — ¿Y quién era ese chico de hace unos días? — pregunta subiendo y bajando sus cejas —. Nunca me habías dicho nada de él

 

— Nadie importante

 

— Pues te hacía reír

 

— También me estresaba — exclamó con una sonrisa sarcástica

 

— Pues hacen muy bonita pareja, tiene mucha química — habla con una sonrisa en su rostro

 

— Lo dudo... Además, solamente es un cliente común y corriente. Ni siquiera es alguien que vaya todos los días a la cafetería, dura semanas sin ir...

 

— Bueno, en un momento se volverán a encontrar — asegura provocando una mueca de mí parte

 

Después de varios minutos, finalmente, llegamos a la cancha de fútbol del campus. Era el primer partido del campeonato, por lo cual se podría decir que era bastante importante. En realidad, yo no era tan fan de venir, Andrea era la que me obligaba a hacerlo, y decidía venir para ver jugar a mi mejor amigo

 

— Aquí — habla, sentándose en una de las gradas más cercanas para poder ver mejor — ¿Estás bien? — pregunta cuando me ve un poco incómoda

 

— Sí... — murmuro intentando mostrar una sonrisa

 

Pero en realidad no lo estaba. Me sentía extraña pero no en el lugar, si no con Andrea...

 

A veces, era un poco difícil ser su amiga, porque ella es de esas chicas que pueden hacer amigos en menos de cinco minutos, es de esas personas que no se les dificulta ser sociables. Desde que entre al jardín de niños, ella y yo somos amigas; Andrea ha sido mi única amiga desde ese entonces...

 

Ella era a la única que le podía contar mis cosas y que sentía que realmente le importaban o preocupaban. Era como esas amistades que te hacían sentir bien, que podías contarle hasta tu más mínimo secreto... De esas amistades por las cuales darías todo...

 

¿Han escuchado esa frase de tu tenías más personas a tu lado, pero yo solo te tenia a ti? ¿Sí? Bueno, pues esa es la clara definición de mi amistad con Andrea.

 

No me quejo, ella tiene derecho a tener más amistades, el punto es que, hay veces en las que la necesito demasiado, y ella pone a más personas antes que nuestra amistad. Lo ha hecho tantas veces que no puedo evitar que eso me moleste o incomode...

 

— ¡Andrea! — exclama una de las porristas llegando a nuestro lado —. Creí que no vendrías. Vamos a la cancha, ahí están todas — le ofrece, por un momento creí que se negaría y que diría algo como que había venido conmigo y que no me iba a dejar sola, pero solamente fue un momento lo que creí eso...

 

— ¡Claro vamos! Nos vemos después Abril — se despide mientras se pone de pie y se va con aquella chica

 

Apreté un poco mis labios mientras veía como se alejaban...

 

 

Esto es normal, y lo sabes

 

 

Me recuerda mi conciencia, haciendo que un suspiro salga de mí

 

El partido comenzó y todo era igual que antes. En resumen, el equipo de mi universidad ganó, algo que enloqueció a todos

 

Baje las escaleras lentamente mientras me acercaba a Andrea, quien platicaba animadamente con una de las chicas. Toque un poco su hombro y ella se giró para verme

 

— ¡Abril! ¡Ganamos! ¿Vienes con nosotros para la fiesta de inauguración? — pregunta emocionada, pero yo la miro tratando de sonreír




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