XXXVII. La nota periodística
Abril Martinelli
Caminaba hacia el departamento de mi mejor amigo al ritmo de la música que mis audífonos reproducía. Me detuve en la esquina esperando que el semáforo cambiará de color
Dirigí mi vista hacia el pequeño puesto que había a mi lado, un periódico había llamado mi atención por lo que me decidí acercar a este, y sentí como un nudo se formaba en mi estómago cuando lo mire a él.
Tome aquel papel entre mis manos y leí el enunciado. “Alejandro Schieber, presidente de una de las imbomiliaras más importantes de Italia es captado en un supermercado del Sur de la ciudad, a lado de una chica desconocida”
Frunci mi ceño bastante confundida. Esta no era una foto reciente. No, está foto tenía casi dos años. Había sido la vez en la que ambos habíamos ido al supermercado. ¿Por qué apenas salían a la luz estas fotos? O mejor dicho, ¿quién había tomado estas fotos?
Le di el dinero al señor para poderme llevar el periódico. Comencé a caminar hasta que llegué al departamento de mi mejor amigo, toque el timbre un poco insistente y el abrió con el ceño fruncido
— ¡Tranquila! ¡Ya te había escuchado! Estuviste a punto de explotar el pobre timbre — se queja, haciéndose a un lado para que yo pudiese pasar — ¿Estas bien? — pregunta cauteloso, sentándose en el sillón, mientras yo daba vuelvas de un lado a otro por todo el salón
— No. Mira esto — hablo, enseñándole el periódico, exactamente el artículo donde Alejandro y yo aparecemos
— ¿Qué... — ni siquiera terminó de hablar porque su ceño se frunció profundamente cuando leyó la nota
— ¡Esa chica soy yo! — exclamó, el me miró sorprendido antes de hablar
— ¿Lo volviste a ver? — pregunta, confuso. Yo rodee lo ojos, antes de negar
— No, por supuesto que no. Eso tiene meses que ocurrió. Pasó antes de que él y yo fuéramos pareja
— ¿Y por qué sale hasta ahora?
— ¡No lo sé! — exclamó, dejándome caer a su lado. El me dio unas palmaditas en el hombro
— Tranquilizate, Abril. Solamente es una foto, además, ya casi nadie lee estas cosas, no te preocupes por cosas tan insignificantes...
Yo lo mire poco convencida, pero no volví a hablar del tema durante toda la tarde. Prendimos la televisión cuando la comida que pedimos había llegado. Yo estaba sabareando mi hamburguesa cuando la voz de Carlos llamó mi atención
— ¿Qué esa no eres tú, Abril? — pregunta, yo mire la televisión y sentí como dejaba de respirar cuando me mire en plena televisión nacional. Estaba a lado de Alejandro, había sido la vez de la fiesta, cuando me presento a su hermana menor. Él me estaba sonriendo mientras yo hablaba de no se que cosa, para después pasar de nuevo a la foto del periódico
Subí el volumen de la televisión para poder escuchar que decían
— ¿Será que nuestro querido Alejandro Schieber ya tiene pareja? Y si sí, ¿quién será esta afortunada?
Habla una conductora de vestido rojo, pero en ese momento otra mujer habla, está vez con un poco de veneno en su voz
— ¿De qué familia será? Mejor dicho. Dudo mucho que Alejandro, con el atractivo que tiene, se conformará con alguien que no sea de su misma clase.
— Por el momento aún no se a confirmado nada. Tal vez sea solo una conquista pasajera. O tal vez no, ya que a ambos se les ve bastante juntos en cada foto que hasta ahora se a filtrado
— Hasta ahora solamente tenemos estas dos fotos, en donde no se logra apreciar muy bien el rostro de la chica, esperemos pronto tener más información al respecto y así poderselas compartir
— Pero pasando a otro punto...
Yo solamente podía mirar el piso, intentando asimilar lo que había pasado. Sentí mi cerebro trabajando a mil por hora pero estaba totalmente en blanco, sin saber que hacer o pensar...
— ¿Abril? — me llama mi mejor amigo. Yo lo mire, aun en shock —. ¿Estás bien?
— Por supuesto, solamente salí en televisión nacional a lado de la persona que más ame pero que rompió mi corazón — ironizó una vez que mi cerebro resivio el oxígeno suficiente para analizar todo
— Tú misma lo dijiste, eso es pasado
Yo lo mire sin saber que decir, solo suspiré antes de dirigir mi mirada hacia mi hamburguesa. Había perdido el apetito por completo
— No es tan malo como aparece Abril — habla esta vez Carlos. Era más que obvio que el sabía toda la verdad, me había pasado días llorando en su departamento, tenía derecho a saber que estaba pasando
— Tú no eres el que está en televisión
— Pero lo estuve. ¿Olvidas quienes son mis padres? — pregunta, alzando una ceja
Y era verdad, sus padres eran dueños de una importante agencia de modelos. Él se crió frente a cámaras y entrevistas, hasta que decidió alejarse un poco de eso y comenzar a tener una vida normal como una persona de su edad
— Tú creciste en ese ambiente. Había veces en las que mis maestros ni siquiera notaban que yo estaba en su clase — me defiendo, él sonrió un poco
— Al menos no has hecho nada de lo que te puedas arrepentir. Yo me caí en plena alfombra roja, estando en vivo —. No pude evitar solar una pequeña risa
— ¿En serio hiciste eso? — pregunta Diego. Carlos dio un trago largo a la lata del resfreco antes de asentir
— Sí supieras todos los errores que comenti... — murmura haciendo una mueca, como si estuviera recordando —. Pero ese no es el punto. No es tan malo como parece, Abril. Tarde o temprano lo olvidarán, solo es un chisme pasajero como cualquier otro