El Chico De La Mesa 4

CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE

 

 

XXXIX. La explicación

 

 

Alejandro Schieber

 

 

Momentos antes

 

 

Salí de la sala de juntas con el mismo humor con el que entre. No había entendido ni la mitad de lo que decían por tener la mente en otro lugar

 

Todo se había empezado a complicar. Cuando finalmente creía tener un poco de estabilidad en mi vida después de que ella se fue, pasó todo esto.

 

Esa maldita fotografía. Cuando la nota salió en el periódico estuve seguro de que todo se comenzaría a complicar.

 

Debo admitir que cuando mire esa foto, cuando la mire a ella sonriendome, y yo la miraba como estúpido, fue como si me hubiera enamorado por milésima vez de Abril. Era alguien totalmente diferente cuando estaba con ella. Y luego, la foto en el bar, fue regresar a ese momento, cuando ella aún me amaba, cuando no me odiaba

 

— Schieber — escuchó que me llaman, y antes de que las puertas del ascensor se cierren entra Madeline — ¿Qué tal la junta? — me pregunta después de darme un beso en la mejilla a modo de saludo. Yo hago una mueca

 

— Debo admitir que no me entere ni de la mitad de la junta — ella rio antes de negar

 

— ¿Día malo?

 

— Asqueroso — admití con una pequeña sonrisa

 

— Sí bueno, entonces vine a alegrartelo —. Yo alce una ceja

 

— ¿Paso algo? — ella sonrió un poco más

 

— Sí, te traigo muy buenas noticias

 

Salimos del ascensor, y justo cuando iba a pasar a mi oficina, mi asistente me detuvo

 

— Señor — me llama —. Alguien vino a buscarlo. Y la hice pasar a su oficina

 

— ¿Te dijo quien era? — pregunte, frunciendo mi ceño. Hoy no esperaba a nadie

 

— No me lo dio, pero dijo que usted la conocía

 

— Sí quieres vuelvo después, Alex. — habla Mad, yo negué

 

— No. Vamos. La que se tendrá que ir será ella que llegó sin avisar

 

Entramos y mi vista fue directamente a las sillas que estaban frente a mi escritorio, pero no había nadie. Mire el sillón blanco y sentí mi corazón detenerse

 

Era ella. Abril. Mi Bril. Mis labios se entre abrieron cuando note que dormía tranquilamente en ese sillón. Estaba hermosa. Esos meses en los que no estuvimos juntos parecían que solamente la habían hecho más preciosa. Anhelaba ver sus ojos verdes. Durante todo este tiempo había ansiado verlos solamente una vez más...

 

— ¿La conoces? — pregunta Madeline, yo asentí, antes de acercarme a Abril

 

Me quite mi saco y cubrí sus brazos con este. Ella se movió un poco pero no despertó. Mire su rostro y Dios, ¿era posible enamorarse de las misma persona miles de veces? En otro momento, antes de conocerla, hubiera dicho que no antes de reírme; pero, ahora, estaba seguro de que era posible. Y que todas las personas deberían de experimentar lo mismo cientos de veces

 

— Es ella ¿no? — murmura, yo mire por primera vez a Mad, quien tenía los labios ligeramente apretados —. Por ella es que no quieres nada conmigo... 

 

— Ya habíamos hablado de eso, Madeline. Abril no tiene la culpa de que yo no pueda corresponder tus sentimientos

 

Madeline había sido una buena amiga durante todo este tiempo, era de las pocas personas que habían soportado mi humor de los mil demonios desde que Abril se había ido por completo de mi vida.

 

Yo comencé a bajar la guardia con ella y la empecé a tratar como una gran amiga, pero ella malinterpreto todo, y creyó que yo le estaba dando entradas para ser algo más.

 

Un día ambos estando ebrios, bebiendo en uno de mis bares, intentó besarme, pero yo no se lo permití. No podía jugar con ella o con sus sentimientos. No soportaría romperle el corazón a otra persona. Yo seguía amando a Abril y no podía estar con ninguna otra persona que no fuera ella. En ese momento no tuve otro remedio que contarle todo. Ella se alejo un poco de mi después de ese día, pero semanas después, todo volvió a ser como antes

 

Pero en este momento, me doy cuenta que los sentimientos de ella hacia mí aún siguen ahí, pero los sentimientos que yo tenía hacía Abril cada vez se hacían más y más fuertes...

 

— ¿Quieres que vuelva después? — preguntó después de un rato en silencio

 

— No. Dime lo que me tengas que decir. Ella no despertará ahora

 

Ambos nos sentamos en silencio, antes de que ella comenzará a hablar

 

— Las personas que se están encargado de la construcción de los edificios en el norte del país me llamaron hace media hora. Me informaron que están por terminar todo, ya están en los procesos finales, y, al paso que llevan, probablemente termine hasta un mes antes de lo previsto —. Yo sonreí aliviado

 

— Eso es increíble. Entonces, debemos comenzar a ponernos en contacto con alguna empresa de publicidad para que se pongan en contacto contigo y los encargados de marketing, y ellos comiencen también a diseñar una buena estrategia de ventas.

 

Ella asintió mientras anotaba un par de cosas en su libreta. Seguimos platicando unos minutos más sobre el mismo tema, ajustando algunos detalles mientras que yo le decía de lo que se debía de encargar

 

— ¿Tienes todo claro? — pregunto cuando terminó de hablar, ella me miró asintiendo

 

— Muy claro. Si que tenemos trabajo

 

— Lo sé. Pero se que podemos con esto. Tú puedes — ella me sonrió de una forma distinta, note que intentaba tomar mi mano, pero la aleje —. Ya basta Madeline




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