El Chico De La Mesa 4

CAPÍTULO CINCUENTA Y OCHO




                              LVIII. La visita al hospital



                                      Abril Martinelli



Sonreí mirando a cada compañero con su toga y birrete sentados en esa hilera de futuros graduados. En menos de una hora terminaría oficialmente con la carrera que tanto me había costado. Mis amigos estaban a mi lado, igual de emocionados y nerviosos



Eran tantos sentimientos en un mismo momento; pensar que la etapa estudiantil ya había terminado finalmente y que después de esto tocaría enfrentarnos realmente a la vida de un adulto



— Soy vidente y tengo la predicción de que me voy a caer frente a todos — hablo Mau, demasiado nervioso



— Al menos no seré el único que haga un espectáculo aquí — continuó Julián



— Sigo sin creer que hemos acabo la carrera. Ni siquiera se multiplicar y ya tengo una profesión — dijo Anali



— ¿Recuerdan cuando entramos? Ni siquiera sabíamos dónde estaba nuestra aula y casi terminamos en el sótano en vez de nuestro salón — todos rieron recordando ese momento. Yo solo sonreí, recordando mi primer día de universidad con mis amigos.



Jamas había creído que terminaría la carrera sin que ellos estivieran a mi lado. Durante tanto tiempo habíamos estado juntos y ahora era tan diferente todo. Los tres ya teníamos nuestras vidas y cada vez nuestros caminos se juntaban un poco menos que otras veces. Ya no somos esos niños que se veían cada semana. Ahora éramos tres adultos intentando encontrar la forma de vernos al menos una vez cada dos semanas



— ¿Se dan cuenta que después de esto todo cambiará? Ya no estaremos juntos como hasta ahora lo habíamos estado. Ya no viviremos en la residencia y tampoco nos colaremos a los dormitorios a escondidas de los guardias — susurre nostálgica. Todos nos miramos un poco, sintiendo la misma melancolía



Ya nada seria igual, y dolía, aún cuando la vida se trataba de cambios, de dejar ir ciertos momentos. Pero esque despedirse de algo en el cual estuviste mucho tiempo acostumbrado jamás será fácil, siempre dolerá y el temor de que pasará después estará presente



— Pero, ¿seguiremos siendo amigos no? — preguntó bajito Samantha, todos sonreímos dándole la respuesta que necesitaba. Ella suspiro antes de recargarse en la silla —. Muy bien, porque el que me dijera que no se quedaría sin herencia



Todos reímos, antes de mirar hacia el frente donde la ceremonia ya comenzaba. No se que tanto dijeron sinceramente, mi mente no dejaba de divagar en viejos recuerdos. Hace mucho tiempo no hubiera creído que lograría terminar esto, ni siquiera que llegaría al punto donde ahora estoy.



Hoy se cerraría un ciclo tan importante en mi vida y no tenía miedo de eso. Durante todos estos meses que he asistido a terapia, aprendí a dejar ir, aprendí a soltar las cosas, y aprendí a entender que todo se acaba en algún punto



En el momento en el que mis amigos comenzaron a subir por su título y a tomar la mano de cada profesor, pude sentir el alivio y el orgullo de saber que fui lo suficientemente capaz para lograr esto; y cuando mi turno llegó, subí con toda la seguridad del mundo, sonreí a la cámara, y mediante aplausos volví a bajar del escenario



El final de la ceremonia no tardo en hacerse llegar y cientos de birretes volaron al mismo tiempo que todos los recién graduados gritaban y se abrazaban los unos a otros.



Mis amigos me unieron a un gran abrazo y sonreí feliz, orgullosa, nostálgica, tantos sentimientos en un mismo momento.



Fui con mi familia y de inmediato me abrazaron y me felicitaron una y otra vez



— Muchísimas felicidades, Abril — dijo Óscar abrazándome fuertemente. Yo sonreí correspondiéndole el abrazo —. Estoy tan orgulloso de ti



— Gracias Oscar —, las ganas de llorar se hicieron presentes y me contuve lo suficiente cuando nuestro hermano menor se unió a nuestro abrazo



— ¡Ya por fin tendré quienes me mantengan! — festejó Tom, mi hermano y yo reímos antes separarnos



Mire en busca de esos ojos azules por toda la multitud, frunciendo un poco el ceño al no verlo ahí



— Lo estaban llamando por teléfono y salió a contestar, pero dijo que no tardaba — me avisa mi mamá. Yo le sonreí agradeciéndole



Y justamente en ese momento, pude verlo caminar hacia a mí, con la sonrisa más hermosa que había visto, y era para mí, solo para mí. Yo me acerque a él y cuando finalmente nos encontramos, él me abrazo elevandome un poco del suelo



— De verdad lo logré — le susurre en el oído. El se alejo de mí y tomó mi cara entre sus manos para volverme a sonreír



— Lo lograste, cariño. Terminaste tu carrera, y todos estamos orgullosos de ti así como tu también lo estás



Yo volví a sonreír antes de que él me volviera a abrazar.



Y esque si les pudiera describir todas las sensaciones que se pueden sentir en ese momento nunca terminaría. Terminar algo que solamente tú sabes lo mucho que te costó es realmente satisfactorio, después de todo, solamente fuiste tu quien supo cuántas lágrimas te costaron, cuantas horas de no dormir te quitaron, cuánto estrés de no entenderle a un tema pasaste, cuantas ganas de rendirte tuviste; solamente tu sabes lo que realmente costó llegar hasta este punto



Porque no solamente era terminar una carrera. Era ponerle fin a una etapa que duró más de siete años, era darte cuenta que lo lograste a pesar de toda las carencias que te tocaron pasar.



Y sin duda ese momento jamás se logra olvidar, pero tampoco se vuelve a sentir. Solamente tienes que disfrutar ese momento y sentirte orgulloso de eso para el resto de tu vida



                                    Meses después



— ¿Alejandro? — lo llame cuando note que se acomodaba mejor para ver la televisión



— ¿Sí? — contestó sin despegar la mirada



— ¿Qué ha pasado con tu padre? — susurre bajito con miedo a su reacción



Y esque lo cierto era, que desde hace algunos días, Vanessa nos había llamado para decirnos que había sufrido un paro cardíaco durante una de las juntas de su empresa, y que estaba internado bastante grave. Ese día intenté converser a Alejandro de ir a visitarlo pero no había conseguido nada, no había accedido y yo decidí no insistir tanto.



Después de eso, ya no había vuelto a saber nada del tema, y tampoco sabía si él lo hacía, no quería preguntarle nada debido a que no sabía de qué manera pudiera reaccionar, pero hoy finalmente me arme de valor y solte las palabras.



El despegó la mirada de la televisión y la clavo en el piso, antes de suspirar y mirarme



— Al parecer sigue igual de grave, creo que tuvo una recaída, no lo sé muy bien. Pero los doctores no le dan demasiadas esperanzas de vida — dijo con un tono que no supe descifrar



— ¿Qué harás? — él sólo se encogió de hombros



— No lo sé. Ni siquiera se si ir a verlo. Me gustaría hacerlo para restregarle en la cara cada maldita cosa que me hizo, pero tampoco quiero ser el culpable de dejar a mi hermana sin su tan queridisimo padre



— Alex...



— No lo decía enserio — dijo rápidamente cuando notó mi tono de preocupación; yo suspiré antes de acomodarme mejor en el sofá



— El día de la exposición de tu hermana, Nick habló conmigo — hable cautelosa, el rostro de Alejandro inmediatamente cambió a uno serio



— ¿Te dijo o te hizo algo? — preguntó a la defensiva, yo negué tranquilamente



— Es una larga historia



— Quiero escucharla completa — yo suspiré antes de asentir



— La chica rubia, la que creo se llamaba Keyla se acercó a mi y empezó a decir muchas cosas, admitió que ella y Nick habían sido los que habían comenzado a filtrar las fotos tuyas y mías. Y también me confesó que ellos dos me mandaron la foto de Los Ángeles



— ¿Cuál foto? — preguntó confuso, yo me di un golpe interno



— Ehh... — intente buscar una excusa antes de negar repetidas ocasiones —. El punto aquí es que ella dijo que...



— No — me detuvo firmemente — ¿De qué foto hablas?



Lo mire algo dudosa para hablar, temiendo lo que pudiera ocurrir después de esto, pero aún así suspiré y me atreví a hablar



— Verás, cuando estuvimos en Los Ángeles, el día que te reencontraste con tu madre, me llegó una foto tuya con otra chica en un auto los dos solos. — el frunció lentamente su ceño —. Yo no supe como tomarla, pero de una u otra forma se quedó muy presente y...



— ¿Eso fue lo que provocó que te fueras? — preguntó confuso, yo negué



— No, no lo hizo. Tal vez eso me hizo pensar más las cosas, pero no me fui por eso, te lo juro. — el me miró antes de hablar



— Yo siempre te he dado tu lugar, jamás te he sido infiel ni he tenido la intención de hacerlo



— Lo sé muy bien. Pero en ese momento yo no estaba completamente bien Alejandro, y ambos lo sabemos



— ¿Porqué no me dijiste nada en ese momento? — preguntó, yo lo pensé un poco



— No lo sé. Creo que tenía miedo, no lo sé sinceramente — ambos nos quedamos en silencio antes de que yo volviera a hablar —. Perdón por no habertelo dicho — él me sonrió un poco antes de tomar mi mano



— Eso ya no importa, pero después de esto, quiero que me digas cuando veas o escuches algo que no te guste, Abril. No te lo calles, por favor



— Te lo prometo — le asegure, el suspiro



— ¿Y después? ¿Qué pasó con Nick?



— Keyla también me contó que lo único que quería era la herencia que tu padre te daría, ya que al ser tu el hijo mayor, serias el que más beneficiado saldrías y todo eso. Y que solamente utilizaba a Nick para intentar llegar a ti



— Era de esperarse — susurro mi novio



— Él escucho y dijo que ya lo sospechaba y prácticamente la corrió del evento. Después él me contó que no te preocuparas por él, que ya le había aburrido el juego de pelear contigo cada que se vieran; que tampoco te odiaba ni tenía nada en tu contra, que solamente le gustaba fastidiarte la vida...



— Nada nuevo...



— Pero que por él te dejaras de preocupar, que él ya no haría nada con respecto a nosotros. Solo que tuvieras cuidado de todos los demás, que eran los que realmente te querían ver caer



Decir esas últimas palabras dejó un amargo sabor en mi boca, como si el simple hecho de decirlas quemara toda mi garganta.



— No se porque no me sorprende nada de lo que dijiste. — hablo tranquilo — Lo de Keyla intentando conseguir mi dinero era más que obvio. Y lo de Nick, bueno, sabía que él no intentaría nada mortal, al menos el tiene más valores que su propia madre.



— ¿Tú sabias lo de la herencia de tu padre? — pregunte, el asintió



— Claro que lo sabía. Pero sinceramente jamás me importo, no dependo económicamente de él, ni lo volveré a hacer



— ¿Y que harás con todo ese dinero? — solo se encogió de hombros



— Jamás me había detenido a pensar en eso. ¿Tú que harías?



— ¿De verdad me estas preguntando eso? — él asintió indiferente — No lo sé. Tal vez dárselo a personas que lo necesiten, tu no lo necesitas, otros si que lo hacen. Pero no lo sé...



El me sonrió, antes de suspirar



— Iré a ver a mi papá — dijo de la nada, yo eleve un poco mis cejas, asombrada



— ¿Hablas en serio?



— Creo...



Yo le sonreí antes de tomar de nuevo su mano



— Todo saldrá bien, ánimo amiguito — el me volvió a sonreír antes de ponerse de pie



— Eso espero...



                                  Alejandro Schieber



Baje del auto y camine hacia la entrada de aquel lujoso hospital. No podía creer que estaba ahí aún cuando me jure no poner ni un solo pie en ese lugar para ir a visitarlo



Encontré su habitación y entre, ahí estaba mi hermana, ella se sorprendió cuando me vio, mejor dicho, ella y mi padre. Vanessa se acercó a mí y habló bajito



— No puedo creer que estés aquí — hablo, yo suspiré



— Ni siquiera yo lo creo. ¿Cómo estás?



— Bien...



— ¿Y él?



— El doctor no le da muchas esperanzas... — note el dolor en su mirada y le sonreí reconfortante.



— ¿Me podrías dar un momento? Necesito hablar con él



Ella me miró, antes de asentir y salir de la habitación



Yo me acerque a la cama de mi padre y lo mire, analizando cada parte de él, como había terminado cayendo en esa cama, de la cual muy probablemente jamás se volvería a levantar



— La vida te cobro todas las que hiciste



— Creí que no me despediria de ti — susurro débilmente —. Me alegro que vinieras, al menos sabre que te pude haber pedido perdón en persona



— ¿De verdad te arrepientes de todo lo que hiciste? — pregunté, mirándolo sin expresión



— Lo hago... — yo lo mire, analizando su expresión, su mirada, notando que ese perdón no era totalmente real



— ¿Y con mi madre? ¿Con ella también te arrepientes con todo lo que le hiciste?



— Eso es otro tema — dijo, un poco cansado, yo lo mire con repudio



— ¿Otro tema? Eres un maldito cínico. Y no sabes cuanto me alegra verte en ese lugar



— ¿Te alegra mi muerte? La muerte de tu padre



— No me alegra tu muerte, yo no soy como tú, pero me alegra ver que el karma finalmente te llegó, al fin va a llegar la justicia para todo lo que hiciste



— Ya te pedí perdón



— Lástima que un perdón no soluciona absolutamente nada. Y mucho menos cuando no es un perdón sincero



— Claro que lo es



— No me intentes engañar, que no lo harás



Ambos nos miramos, y por un momento, solo uno pequeño, me dolió verlo así, pero después recordé que a él no le dolió vernos a mi y a mi madre implorandole que se detuviera y jamás nos escuchó 



— ¿A qué viniste? — yo sonreí de lado antes de suspirar



— A despedirme de ti. Si sales o no sales de esta me quería despedir, porque después de esto no te quiero ver en mi vida



— ¿Te olvidarás de tu padre?



— Tu te olvidaste de mi durante muchos años



— Jamás lo olvidarás, ¿verdad?



— Nunca.



— Tu serás mi heredero mayoritario — susurro, yo reí amargamente



— Para lo que me importa



— No espero a que lo utilices en ti. Espero que lo utilice ella — dijo de la nada, yo frunci mi ceño, confuso —. Abril. Esa chica se lo merece



— ¿Qué dices? — pregunte confundido



— Ella más que nadie se lo merece. Y tu lo sabes. Será tu decisión si se lo das o yo que se



— Pero ¿por qué ella? ¿Qué no querías que terminará con ella?



— Eso era antes, pero después vi que era una buena chica, una chica que tú y tu hermana aman. Es lo menos que puedo hacer por ella después de que le devolviera la felicidad a mis dos hijos



— Cada día me sorprendes más



— Cometí muchos errores, Alejandro. Y lo sé, también se que no me tienes ni un poco de afecto, eso fue lo que coseche y me lo merezco. Pero se admitir cuando una persona se merece algo..., y yo me merezco esto.



— Me alegra que lo aceptes



— Cuida mucho a tu hermana cuando yo no esté aquí. No la dejes sola y apoyala siempre, es lo único que te pido.



— Lo haré. Le harás demasiada falta



— Lo sé, y creo que es lo que más me duele de irme, pero no intentaré quedarme. — admitió, yo me puse de pie conteniendo un poco el aire —. Alejandro, fuiste un gran hijo y siempre estuve muy orgulloso de ti aún cuando jamás te lo dijera



Apreté mis puños fuertemente antes de cerrar los ojos intentando no alterarme



— Ya es demasiado tarde para que lo digas



— Pero quería que lo supieras



— No necesitaba saberlo — de nuevo lo mire, pensando en cada palabra que decir, sin duda esta sería la última vez que lo vería en vida y estaba consciente de eso —. Me gustaría decirte que te agradecía lo que hiciste por mi, pero no tengo nada de agradecerte. Tampoco tengo que decirte que te tuve cariño porque tampoco lo hice. Solamente vine a verte por una última vez para despedirme. Así que adiós, papá. Si sigues o no sigues con vida, espero no volverte a ver, y si te lo preguntas: no, no te perdono, aun no lo puedo hacer. Hasta nunca papá...



Ni siquiera espere una respuesta cuando salí de aquel lujoso cuarto, me despedí de mi hermana con un beso en la frente antes de dirigirme a la salida



— Alejandro — escuche la voz de Nick detrás mío. Me di la vuelta y lo mire directamente a los ojos, él se acercó a mí tranquilamente



— Veo que viniste a despedirte



— Veo que estas esperando a que él muera — conteste, el sonrió de lado antes de negar



— Sinceramente, no me beneficiaria nada si eso pasa. Así que me da igual, estoy aquí por Vanessa



— Gracias por estar a su lado — el me sonrió nuevamente



 — Vanessa es igual de importante para mi que para ti, Alejandro.



— Lo sé, y te agradezco que la cuides



— ¿Finalmente ambos estaremos en paz? — pregunta estirando su mano, yo lo mire un poco analizando su expresión, notando por primera vez la honestidad en sus ojos



Esta vez fui yo quien sonrió, antes de estrechar su mano



— Esta bien. Pero no creas que seremos hermanitos del alma



— Me alegra, mi vida no sería la misma si no tengo como arruinarte tus días



— Por fin coincidimos en algo



— No éramos tan distintos como parecíamos



— Es hora de que me vaya. Adiós, Nick



— Hasta pronto, Alejandro



Dicho esto tome de nuevo mi camino hacia mi auto. Subí y comencé a manejar sin rumbo alguno, sintiéndome por primera vez en paz estando solo. Sintiendo esa tranquilidad que desde hace tanto no sentía después de ver a mi padre



No sabía que pasaría después de esto, lo único que tenía consciente es que todo sería mejor, porque tenía al amor de mi vida a mi lado, porque tenía a mi madre, a mi hermana y a mis amigos junto a mí. Porque finalmente la vida me estaba sonriendo, porque finalmente estaba teniendo esa plenitud tan esperada...


 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.