El Chico De La Mesa 4

CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE



                                       LIX. El funeral



                               

                                  Alejandro Schieber



Aquella llamada en la madrugada me sorprendió menos de lo que creía, tal vez ya lo presentía, o tal vez, simplemente era algo para lo cual ya todos estábamos preparados



Por todos lados se encontraba el anuncio de la muerte de mi padre. En cada revista, en cada periódico, en cada canal de chismes, era como si ya lo hubieran tenido preparado y sólo esperaban el momento para sacarlo.



Sinceramente no supe cómo reaccionar o como sentirme al respecto, tal vez ni siquiera sentí nada, y todo quedó en un vacío.



Y ahora estaba aquí, en su entierro, después de darle varias entrevistas a los medios diciendole las mismas cinco cosas. Cientos de personas que estoy seguro mi padre solo miro una vez en toda su vida habían asistido al velorio, muchos susurraban un lo siento, otros tantos decían que nos comprendían y otros solo nos saludaban y nos deseaban pronta resignación. Tanta hipocresía disfrazada en dolor era abrumante.



Abril estuvo a mi lado en todo momento, tomando mi mano y la de mi hermana, que sorprendentemente estaba bastante tranquila



Yo miraba todo sin expresión alguna, no me parecía indiferente, claro que no; pero no sabía que expresión mostrar al respecto. ¿Llorar? No, claro que no. ¿Sentirme triste? Tampoco lo hacía. ¿Estar molesto? No tenía porque. Ni siquiera sabia como sentirme al respecto.



El momento donde comenzaban a despedirlo esta vez para enterrarlo ya, se había hecho presente, y cada persona más cercana se fue acercando para dejar caer una rosa de despedida. Yo no lo haría, si no hubiera sido porque Abril me obligó con la mirada.



Tomé una rosa blanca, y mire su ataúd por última vez



Si nos volvemos a encontrar, espero sea en el infierno y no en otra vida



Fue lo único que pensé, no pensé en una despedida, solamente en las ganas de no volverlo a ver. Y así deje caer la rosa, viendo como comenzaban a ocultar el ataúd de alguien que se había encargado de destruir mi vida. Finalmente había muerto todo lo que en algún momento había dañado mi vida.



El entierro llegó a su fin e inmediatamente todos comenzaron a irse, como si de unos presos en libertad se tratarán. Megan se acercó a mi, y yo la mire con dagas en los ojos, advirtiéndole que no se acercara ni un paso más



— En tres días será la lectura del testamento. Espero verte ahí — informo, yo sonreí, irónico



— Tranquila, no faltare. Muero por ver tu rostro al saber lo que dirá ese pedazo de hoja



— No cantes victoria, Alejandro



— No canto victoria, solamente digo la verdad. Y déjame decirte, que yo no me equivocó jamás. Así que prepárate, Megan



Ella me miró furiosa, y yo sonreí de lado antes de volver a hablar



— Se te acabó tu minita de oro, ¿verdad?



— No se a que te refieres, Schieber



— Claro que lo sabes. Nos vemos en dos días, Megan



Tome la mano de Abril y nos fuimos del lugar donde nos encontramos. Me acerque a mi hermana y ella me sonrió



— ¿Quieres que te lleve a algún lado? — le pregunté, ella negó tranquilamente



— No te preocupes, iré a mi estudio.



— ¿Estarás bien?



— Lo estaré — me aseguro abrazándome. Yo solté la mano de mi novia y le correspondí por completo el abrazo a mi hermana



— Yo te puedo llevar, si es lo que quieres — se ofreció Nick, pero mi hermana nego



— No, de verdad no los quiero molestar



— Este inútil no tiene nada que hacer, además todos estaremos más tranquilos si el te lleva



— Si, no tengo nada que hacer. Alejandro me va a mantener toda la vida, así que tengo mi tiempo libre para ti



— Claro que no lo mantendré toda la vida, pero si tiene tiempo para ti



— Claro que lo harás



— ¿En qué momento ustedes dos se comenzaron a llevar bien? — preguntó Vanessa confusa. Yo mire a Nick quien me escaneo con la mirada, cosa que yo también hice



— Me di cuenta que solo me tenía envidia — confesé



— Quisieras cariño — me respondió rodando los ojos. Yo sonreí un poco, antes de que Nick se pusiera serio y me hiciera una señal con la cabeza apr a mirar hacia atrás



Mire a mi novia y note como ella también miraba hacia la misma dirección que yo. Keyla estaba detrás de nosotros, mirándome fijamente ignorando el hecho de que nadie la quería ahí.



Nuevamente mire a Abril, quien está vez también me miró a mí, me acerque a ella para susurrarle que ahora volvía. Ella solo asintió y yo camine hacia donde estaba mi ex novia, mirándola fríamente



— ¿Qué haces aquí? — le pregunte directamente



— Quería despedirme de mi ex suegro, y darles mi pésame — note como se acercó a mi para intentar abrazarme me la tome de los brazos y la aleje, frunciendo mi ceño



— Dejate de tonterías. ¿Qué es lo que quieres?



— Solo quería estar aquí por sí me necesitabas tú o tu hermana... — yo reí amargamente



— Nadie aquí te necesita y los sabes. Tus intenciones son obvias, Keyla. Aléjate de mi, no me interesa ni en lo mas mínimo volver contigo, así que deja de perder tu tiempo



— No se a que te refiere — yo volví a reír, antes de sonreír de lado



— Solamente vienes en busca de la herencia que mi padre me habrá dejado. Pero no pierdas tu tiempo, que a esa herencia yo no la utilizare



— Quiero recuperarte, la herencia es lo que menos me importa cariño



De verdad tenía ganas de vomitar ahí mismo, no podía creer lo cínica y mentirosa que podía llegar a ser. Como lograba fingir estar "arrepentida" solo por un estúpido dinero que no le duraría para toda la vida



— No perderé mi tiempo discutiendo contigo. Pero si te voy a dejar una cosa bien clara, Keyla. Aléjate de mi, déjame en paz, y deja de perder tu tiempo intentando "recuperarme" porque créeme cuando te digo que no lograrás nada



— Lo dices por ella, ¿no es verdad? — preguntó cruzandose de brazos — Es por tu queridisima Abril. Por dios Alejandro, date cuenta que ella no está a tu altura, ¿de verdad piensas que ella va a soportar todo lo que implica estar en un mundo como el tuyo? Por supuesto que no



— Ese no es tu asunto. Y no, Abril no está a mi altura, esta mucho más arriba que yo, y ni hablar de ti. No intentes compararte con ella Keyla, de verdad ahorrate esa humillación. — ella me miró molesta



— Abril va a sufrir, yo me voy a encargar de ello — yo me acerque a ella molesto



— Donde te atrevas a ponerle un solo dedo encima, soy capaz de destruirte Keyla. Créeme, si tu carrera se va de picada de un instante a otro no te preguntes por que. Tu bien sabes todo el poder que tengo en mis manos. Así que no juegues con fuego que vas a terminar peor que quemada. No me voy a tocar el corazón contigo si te atreves a hacerle algo a ella o alguien de los míos. Advertida estas. Y si te vuelves a acercar a mi, a mi hermana, a mi novia, o a quien sea de mi familia, prepárate para ver como toda tu vida se va desmoronando



Y sin más me di la vuelta y camine hacia mi novia quien estaba algo seria aún cuando platicaba de no se que cosa con Nick y Vanessa. Finalmente nos despedimos de ellos y emprendimos camino hacia mi camioneta



— ¿Qué fue lo que pasó? — preguntó cuando nos alejamos de todos, yo suspiré algo cansado



— Le deje bien en claro que no quería que se volviera a acercar a nosotros. Creo que entendió bien el punto



— ¿Y qué te dijo?



— Nada. No le di oportunidad de hablar, pero me hará caso, la conozco lo suficiente para saber que lo hará



Abril me sonrió más tranquila y nadie dijo nada en un buen rato. Aparcamos en el estacionamiento de nuestro departamento y en cuanto pude un pie en la habitación me deje caer en la cama, exhausto



— Te ves demasiado cansado, ricitos — me dijo acostandose a mi lado



— Lo estoy. Estos días han sido bastantes complicados



— ¿Porqué no te tomas un descanso? — yo lo pensé un momento antes de mirarla



— ¿Un descanso?



— Si, no se, ve a un lugar tranquilo en donde estés solo, en paz, tranquilo



— Suena bastante bien — admití —. ¿Vendrías conmigo? — ella abrió un poco más sus hermosos ojos verdes, sorprendida



— No lo sé. ¿No crees que estarías más tranquilo si estas solo?



— Tu eres mi tranquilidad, Abril — note como se sonrojaba antes de hablar



— Te daré ese gran honor de llevarme contigo a no se donde — yo reí antes de abrazarla



— Que afortunado soy entonces...



                                   Dos días después



— ¿Quieres que yo vaya contigo? — preguntó incrédula mi novia, yo asentí



— Sinceramente, si algo sale mal, me controlare contigo. Y si no, pues festejare contigo



Ella me miró algo nerviosa



— No lo sé, Alejandro. Siento que ese momento es algo que solo le incumbe a la familia y...



— Tu eres mi novia, futura esposa y madre de mis hijos; así que eres parte de la familia Schieber, por lo tanto me puedes acompañar porque lo autorizó yo — ella se cruzó de brazos sonriendo de lado



— ¿Futura esposa y madre de tus hijos? — preguntó divertida



— Claro. ¿Qué creías? ¿Qué no te iba a querer de esposa? Ni en tus sueños. Me tarde mucho tiempo en conquistarte para que cuando ya te tenga como novia, pierda la oportunidad de hacerte mi esposa



— ¿Y quien no te asegura que solo estoy detrás de tu fortuna? — preguntó, yo sonreí, cruzandome también de brazos



— Amor mío, si estuvieras detrás de mi fortuna, estuy seguro que no me habías hecho sufrir por dos casi tres largos años esperándote, y luego todos esos meses que me tuviste rogandote



Ella rio divertida



— Solo fue para disimular. Pero en realidad busco dejarte en la quiebra



— Hazlo, si eso te hace feliz, yo estaré mejor que nunca



— Uff, tocará irme a explotar tu tarjeta bancaria



— Cuando quieras princesa — dije guiñandole el ojo —. Pero volviendo al tema, ¿si vendrás conmigo? — ella lo volvió a pensar un poco antes de suspirar y asentir



— Muy bien, señor ricitos. Iré con usted ahora, después iré a explotarte la tarjeta — hablo dirigiéndose hacia el armario



— Hablo la que ni un simple vestido de cuatrocientos dolares me quería dejar comprarle



— Ya no juego, ya cállate — me dijo lanzandome una blusa en la cara, yo reí antes de salir de la habitación



Sin duda esos eran los mejores momentos de mis días, cuando solamente éramos ella y yo, todo dolía menos a su lado...



Después de unos minutos, ya nos encontrábamos llegando a la casa en la cual mi padre había vivido durante muchos años, y a la cual odiaba visitar. Pero esta vez era diferente, saber que él ya no estaba ahí era extraño, pero la necesidad de saber que pasaría después de esto era mucho mayor.



Toque el timbre de aquella puerta y cuando el ama de llaves abrió la puerta, tomé la mano de mi novia adentrandome en aquel lugar. Ahí ya se encontraba mi hermana, la escoria de Megan y Nick; al igual que el abogado de mi padre.



— Creí que esta reunión sería solamente para la familia — comentó Megan, mirando con desagrado a Abril



— Entonces te puedes ir yendo — ella me miró con repudio



— No te permito que me faltes al respeto en mi casa



— Ya basta, mamá. A nadie le interesa estar aquí. Hagamos esto de una vez por todas — dijo Nick más fríamente de lo que yo mismo creí. Su madre lo miró algo ofendida pero no protesto, y solo camino hacia el despacho que había sido de mi padre



El abogado comenzó leyendo el testamento, y no puedo describir la satisfacción que sentí cuando mire que Megan se ponía pálida al ver que mi padre sólo habría dejado su herencia a manos de mi hermana, Nick y yo. Siendo yo el mayor acreditador de esta, seguido de mi hermana y Nick.



— Esto debe ser un error. Él no me pudo haber dejado en la calle — dijo molesta, yo solo sonreí de lado mirando a mi novia, quien estaba totalmente en blanco



— No lo es, señora Megan. Este es el testamento que el señor Schieber, en paz descanse, dejó. Además de una carta, a la que él catalogo como su última voluntad, pero me dijo muy específicamente que la palabra de esta, será únicamente obligatoria para el joven Alejandro...



Megan me miró inmediatamente, pude ver el brillo de satisfacción aparecer en su mirada, antes de que hablará



— Quiero que la leas ahora — le ordenó, yo solo suspiré



— Bien — dijo el abogado antes de comenzar —: "Como la última de mis voluntades, le pido a mi hijo Alejandro Schieber, que del dinero total que sea ganado por los ingresos de la herencia que le corresponde a éste, sean entregados por completo a la señorita Abril Martinelli. Estén o no estén en una relación. Las razones están demás y él las sabrá. Estaré muy agradecido si esto se realiza"



Mi novia inmediatamente me miró como si me hubiera salido un tercer ojo, y mi sonrisa de satisfacción de inmediato se hizo presente, al igual que el grito de molestia de Megan



— ¡Eso no es verdad! — grito poniéndose de pie — ¡No le pudo haber dejado el dinero a esa! — frunci mi ceño molesto, enfrentandome a aquella mujer



Esa tiene su nombre, y creo que lo escuchaste a la perfección, así que no te permito que te refieras a ella de esa manera, Megan



— Tu no te metas. Él no pudo haber hecho esto después de todo lo que hice



— Pues ya vez que sí. Como podías esperar lealtad de alguien que te tuvo como amante durante muchos años — ella levantó la mano para abofetearme, pero justo alguien le tomó la mano y se la regresó antes de que pudiésemos detenerlo



— A mi novio no le pondrás ni un dedo encima — le advirtió mi novia molesta.



Sentí como el asombro recorría todo mi ser, mire a mi hermana y ella estaba igual que yo, y ni hablar de Nick o del abogado



— Maldita gata, ¡¿Cómo te atreves?! — le grito, pero Abril estaba furiosa — Era de esperarse, alguien como tú no sabe nada más que agarrarse a golpes



— Al menos yo no me rebajo hasta el punto de permitirme ser solo la amante para tener algo de dinero y al final me dejen en la calle



— Eres una... — comenzó intentando acercarse a mi novia, quien de inmediato se puso a la defensiva



— ¿Una qué? — grito mi novia — Solo quiero que me vuelvas a insultar para enseñarte lo que alguien como yo te puede hacer



— ¡Dios Alejandro! ¡¿Cómo te pudiste fijar en alguien como ella?! Keyla jamás habría hecho un espectáculo como esto



— No te permito... — intente comenzar, pero mi novia me detuvo



— ¿Sabe porque nunca habría hecho un "espectáculo" como este? — preguntó acercándose a ella —. Porque ella y tu, están hechas de la misma porquería. Les importa más su estúpido dinero que otras cosas. Y puede que yo no esté en la misma posición que tu; pero por lo menos yo si tengo educación y valores, algo que tu careces demasiado, cariño.



« Y solo te recuerdo una sola cosa, si tu estas donde ahora estás, con esa posición económica que tanto me restriegas, fue por el señor Schieber; pero el ya no está, y hasta donde escuché, te dejo en la calle. Así que no me vengas con ese estúpido juego de posición social, que créeme terminarás perdiendo. Por lo menos yo si me se ganar mi propio dinero...



— Claro, engañando a los más poderosos — yo frunci mi ceño, comenzando a molestarme, pero mi Bril, con la más calma del mundo le contestó



— No. No te visualices en mi, porque tu y yo no compartimos ni lo más mínimo.



— Eres una estúpida



— ¿Acaso fue a mi a la que dejaron en la calle?



La cara de Megan estaba hirviendo de la rabia, y solo nos miró a todos, furiosa, antes de darse una vuelta y salir de ahí. Mi novia giro a verme y yo analice su expresión. Notaba ese rasgo de satisfacción en esos hermosos ojos verdes.



— De verdad me sorprendiste cuñadita — hablo Nick, sonriendo con más satisfacción de la que yo mismo me imaginé —. Ya hacía falta que alguien la pusiera en su lugar



— Creí que estarías molesto — dije mirándolo, él solo sonrió



— Ella se a buscado todo lo que le a pasado



— No entendí nada de lo que acaba de pasar — dijo mi hermana, antes de mirar a Abril — Mi papá, quiere que te quedes con los ingresos de la empresa que le tocan a Alejandro — le preguntó mirándola, y justo en ese momento, como si ella hubiera terminado de conectar todo, negó un par de veces



— No, claro que no — respondió inmediatamente



— Claro que sí. ¿No es cierto? — pregunté mirando al abogado, quien sólo asintió un par de veces



— Así es, esa fue la última voluntad que el señor dejó en la carta



— ¿Y porque entonces no lo dejó estipulado en el testamento? — preguntó mi novia



— Verá, señorita Martinelli, el proceso de una modificación para un testamento puede llegar a ser bastante tardado, y lamentablemente, lo que menos tenía el señor Schieber era tiempo. Por lo que su única opción era la carta, él confiaba en que su palabra se cumpliría



— No puedo aceptar ese dinero — dijo volviendo a negar



— Eso será decisión de ustedes, legalmente no se puede hacer nada, la carta no tiene como tal un poder legal.



— ¿Mi madre podría hacer algo para impugnar el testamento? — preguntó esta vez Nick, a lo que el abogado negó



— Lo dudo demasiado, el señor Schieber jamás la menciono en alguno de sus testamentos. Siempre fue dirigido para sus hijos



— Muchas gracias por venir. Y le agradecería demasiado que no hable nada respecto a lo que pasó hoy — le dije cuando tomo su portafolio



— No hay de que, y no se preocupe, no diré nada. Con permiso, que pasen buena tarde



Y sin más salió de aquel lugar, yo mire a mi novia, quien estaba demasiado seria, sabía que sentía mi mirada pero la evitaba a toda costa.



— ¿Y que pasará ahora? — preguntó mi hermana



— No lo sé — contesto Nick



— Seguiremos como antes, no creo que nada vaya a cambiar



— ¿Qué harás con esta casa, Nick? — le pregunta mi hermana, debido a que mi padre le había dejado esta propiedad como parte de su herencia



— No lo sé. Tal vez la venda, es demasiado grande para una sola persona



— Alejandro — escuche que me llamaba mi novia — ¿Podemos hablar un momento? — yo asentí antes de tomarla de la mano y dirigirla al jardín



— ¿Qué pasa? — le pregunté, ella suspiro estresada



— ¿Es de verdad lo que tú padre pidió? — yo sonreí de lado asintiendo



— Lo es...



— Pero, ¿por qué? ¿Tú lo sabias? — me pregunto frunciendo su ceño, yo hice una mueca



— Verás, él día que fui a despedirme de él, yo le dejé bien en claro que ese dinero no lo aceptaría jamás, que no lo necesitaba, y fue cuando menciono que no esperaba a que lo recibiera yo, que quería que tu fueras la beneficiaria



— Pero ¿por qué?



— Él creía que realmente lo merecías



— No lo entiendo — susurro aún más confundida



— A veces muchas cosas no tienen sentido, Abril. Solo ocurren y ya. Como el día que te salve de ir al hospital en aquella fiesta. No fue la cosa más romántica ni más normal, solo ocurrió



— Ese día fue demasiado extraño



— De nada por salvarte — conteste, ella me sonrió



— Pero eso no es el tema. No es lo mismo a conocer a una persona de la nada, a que te dejen parte de una gran herencia



— ¿Estas diciendo que conocerme no vale tanto como esa herencia? — pregunté, dramatizando, ella solo rodó los ojos



— Habló en serio, Alejandro



— Esta bien. Mira, hágamos esto. Recibes el dinero de la empresa, y haces algo que ayude a otras personas que lo necesiten. Puedes hacer una fundación o algo. Porque sabes bien que yo tampoco utilizaré ese dinero — note como lo pensaba un poco



— Tal vez tienes razón



— Esta claro que la tengo. Siempre lo hago



— ¿Te recuerdo que paso hace casi cuatro años? — yo rodé los ojos



— No es bueno vivir en el pasado Abrilcita — ella frunció muy profundamente su ceño antes de señalarme molesta



— Donde me vuelvas a decir Abrilcita, te castro, Alejandro Schieber — yo reí divertido



— Yo también te amo, Abrilcita





 




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