El plan estaba listo, Lía le dijo a su madre que iríamos a dormir en mi casa y yo le dije a la mía que iríamos a la casa de Lía. Un excelente plan, ¿Qué podría salir mal?
Ambas bajamos en el ascensor con la ropa en nuestros bolsos. Lía bailaba de vez en cuando y me daba miradas de ilusión. No entendía muy bien por qué estaba tan feliz la verdad. La fiesta hasta donde sabía sería algo normal como cualquier fiesta donde habrían muchos chicos sexis y el anfitrión era Charley.
Cuando llegamos al primer piso salimos y entramos a la garita del guardia.
—Hola señor Esmith. —El anciano desvió la mirada de su celular y nos dio una sonriza fingida.
—¿Nos podría dejar la garita un minuto para cambiarnos de ropa? —Le pregunté elevando la comisura de mis labios.
—¿Por qué no se cambian en sus casas como las chicas normales?.
—Es que nuestras madres no saben que vamos a una fiesta. —Respondió Lía restándole importancia al asusto.
El anciano se cruzó de brazos y tomó un cigarro entre sus dientes. —A ver y qué les hace pensar que ahora mismo no las voy a delatar?.
Mi amiga y yo nos dimos una mirada cómplice. Nuestro malévolo plan estaba activado.
Tomé aire, di un paso hacia él y puse mi bolsa en su mesa. —Si no nos deja cambiar de ropa aquí y se lo dice a nuestras madres iremos en estos momentos al 5 A. Seguro que los hijos de doña Claudia estarán felices de saber la relación clandestina que usted tiene con su madre.
Boom. Su rostro cambió a un pálido fantasmagórico. No dijo nada, sólo salió del lugar dándonos una mirada de odio.
Lía y yo entre rizas nos cambiamos de ropa y nos maquillados hasta que estuvimos impecables.
Es bueno reconocer que el señor Esmith no era santo de nuestra devoción. De hecho, varias veces nos había tratado mal cuando entrámos al edificio mojadas por la lluvia, así que se lo tenía merecido.
Después de enviarle 20 mensajes a Ethan recibí uno que decía básicamente que no podría ir con nosotras porque tenía problemas en casa.
Mientras caminábamos hacia la fiesta, yo con un vestido rojo escotado y Lía con uno azúl celeste me llegó un mensaje. Era el mismo chico de la tarde .
Edu : ¿qué haces? 😃
Mise : Voy con una amiga a una fiesta . 😌 .
Edu : ¿Una fiesta? hace mucho tiempo que no voy a una 😪 .
—¿Con quién hablas? —Me asusté al ver que mi amiga me había descubierto hablando con un desconocido. Ambas sabíamos el susto que pasó ella hacía solo unos meses con un acosador.
__Hablando con un chico que conocí por chat.
__¡Qué! —Mi amiga casi se atraga con un chicle de menta que iba masticando. Empezó a tocer y a señalar su cuello.
De pronto tomó aire y logró respirar. Yo pensé que todo era parte de su drama de siempre —¡Me estaba ahogando y tu no hiciste nada! ¡Casi muero hace unos segundos!, ¿te imaginas en la lápida?, Lianna Perdomo Torres murió comiendo un chicle por querer tener un aliento refrescante por si se la daba la oportunidad de besar a Charley.
—Espera ¿qué?, ¿te gusta Charley?
—Lía puso los ojos en blando.
—Estábamos hablando de que te estaban acosando, no cambies de tema .
—No es ningún acosador solo es un amigo del chat, descuida no le enviaré vídeos desnuda ni nada de eso.
—Hey eso fue un golpe bajo.
Levanté las manos en son de paz —Lo siento.
La música de la fiesta logró que de inmediato olvidáramos nuestra estúpida discusión y centráramos nuestra atención en la casa de Charley.
Una enorme residencia de dos pisos con una enorme piscina al costado.
Lo confieso, por un segundo me sentí pobre. Mi casa cabía perfectamente dentro del primer piso pero no dije nada, sabía que Lía sentía lo mismo.
Nuestras sonrisas se congelaron al adentrarnos en aquel lugar y ambas nos dimos una mirada de «Oh no». Todos estaban con trajes de baño excepto nosotras.
—¡¿Tu no sabías que era con trajes de baño?! —le grite a Lia entre la música. Esta última no dijo ni media palabra.
Tanto que nos habíamos maquillado para nada. ¿Por qué las cosas conmigo no podían ser normales?
Del tumulto de personas bailando sentí una mirada en mí. Era un chico que aparentaba nuestra edad. Tenía el cabello rubio y su rostro me parecía conocido.
—!Chicas, vinieron! —gritó él con una sonriza sin apartar la mirada de nuestra ropa.
—¿Charley?
—¡Ese soy yo! —Dijo dejando a la vista su sonrisa perfecta. En verdad había cambiado mucho, en lugar de aquel cuerpo flacucho de cuando era niño había uno bien definido. Tanto que me dio un poco de calor en las mejillas cuando se acercó a nosotras y nos dio un beso en la cara.
—Disculpa no sabíamos que la fiesta sería en la piscina. —Murmuré apenada .
Charley hizo un mohin —Descuiden, mi hermana seguro les presta algo.
Charley tenía una hermana un año menor que nosotras dos así que imaginé que su cuerpo sería similar al nuestro.
Diciendo esto último me tomó de la mano y yo tomé a Lía de la suya. Los tres caminamos entre el tumulto de personas que nos miraban extrañados por nuestra forma de vestir.
Los tres subimos las escaleras y nos detuvimos frente a una de las habitaciones. Charley abrió la puerta y nos dejó entrar. Era muy amplia, las paredes tenían un tono rosado pálido y una alfombra roja cubría el piso. Era el cuarto que toda chica deseaba con su cama enorme en medio cubierta por un edredón púrpura aparentemente de seda. Imaginé que dormir ahí sería como dormir en el paraíso. Lía y yo estábamos deslumbradas con la decoración, tanto que nuestras miradas se desviaban con cada objeto o adorno.
Charley abrió el armario de dos puertas y de inmediato se prendieron las luces de adentro dejando a la vista desde vestidos, zapatos de muchos modelos y por supuesto trajes de baño.
—Elijan ahí. —Dijo.
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Editado: 15.04.2022