El chico del segundo B

Capítulo 6 Una visita sorpresa.

En toda la tarde no volví a salir de mi habitación y tuve que gritar, llorar y rogar para que mi madre no me arrebatara mi vida, o sea mi adorado celular. 

Toc, toc...

El golpe de la puerta hizo que reaccionara y cuando la abrí mi rostro se paralizó. Alex, el chico del segundo B estaba frente a mí. Su cabello castaño estaba un poco desordenado, traía unos pantalones negros ajustados y un suéter azúl fuerte que lograba que sus ojos fueran mas azules que nunca.
 
—¿Puedo entrar? —Preguntó, su voz sonó delicada, no con la arrogancia con la que siempre me había hablado.

Me quedé inmóvil, por un segundo me sentí torpe, como si mi voz se reusara a salir. Miré a los lados y fruncí el ceño. —¿Quién te dejó entrar aquí?.

Él se encogió de hombros y la misma voz pero con un tono de sonrisa se volvió a escuchar —Tu hermano me dijo que estabas aquí.

«Maldito Piter» pensé y me aparté de la puerta para dejarlo pasar. 

—A ver qué quie.. —Mi voz se apagó al ver un moretón en el rostro del chico.  Algo dentro de mí sin saber por que se encogió. —¿Qué te pasó? 

Alex hizo una mueca —Eso no importa... —Me observó por un segundo y sus ojos se encontraron con los míos, luego viajaron a la puerta que seguía abierta —¿Te da miedo cerrar la puerta?, ¿tanto te gusto que no puedes estar a solas conmigo?

El muy idiota me había echo sonrojar, de nuevo —¿De qué hablas?, no cambies de tema, ¿qué te pasó en la cara?, ¿fue el día de la fiesta verdad?.

Alex puso los ojos en blanco y se sentó en la cama ignorando mi pregunta. ¿Qué estaba haciendo?

—Ya me estoy molestando, dime qué quieres .

—Vine para que me des las gracias.

—¿Qué?

—Si, por haberte ayudado en la fiesta cuando te llevé al hospital.

—¡No pedí tu ayuda!—Espeté con la voz mas fría que tenía.

—No fue eso lo que dijiste ese día. —Juro que cambié de color, en verdad no recordaba lo que había sucedido aquella noche, solo sabía que él me había sacado de aquel lugar y debía agradecerle por ello, aunque me molestara lo debía hacer.
 
En el rostro pálido del chico se dibujó una sonrisa pícara.

—Si es así gracias por llevarme al hospital, estoy en deuda contigo.

Muy seguro de si mismo se mordió el labio inferior y se quedó mirando mi boca. —Agradeceme do otra forma. Dijo y se puso de pie. Cada paso que daba se acercaba más a mí y eso me puso nerviosa. 

—¿De qué..de qué forma?

Cuando nuestros rostros quedaron a solo centímetro me dijo con una voz sensual —Dame un beso. —En ese instante mis piernas se debilitaron. ¿Qué se pensaba él? Saqué fuerzas de donde no tenía y cuando me disponía a reclamar su osadía añadió —Es broma, ya quicieras que yo te diera un beso.

El chico soltó una carcajada y me sentí aliviada aunque indignada de igual forma. En serio ese chico se estaba ganando mi odio. 

—¡Sal de mi cuarto! —Le di un grito.
 
—Pero si lo estamos pasando bien. 
 
Atrapé una almhoada entre mis manos y lo comenzé a golpear. Con cada golpe él soltaba una carcajada distinta, por un segundo parecíamos dos niños pequeños jugando a los almohadazos. 
—Maldito no te rías y sal de aquí o llamaré a mi madre.

—Llamala y le cuento que estuviste encerrada en un cuarto con el chico que preparó la fiesta.

Dejé de dar almohadazos. —¿Me estuviste espiando?

Alex se paró de un salto y comenzó a caminar en dirección a la puerta. —Solo te vi porque estaba cerca de allí con Rita... —Diciendo esto salió por la puerta sin decir nada mas.

Este chico en verdad era raro, había ido a verme sin un motivo aparente. Un día me trataba mal y al otro bien. Eso me  confundía y aunque lo odiaba sabia que gracias a él estaba bien de salud pero no quería reconocerlo. Él era solo un engreído que no se ponía de acuerdo con lo que quería. 

Sin saber por que me senté en la cama y pasé la mano por la parte donde él había estado acostado. Y sin saber por que sonreí.

 


Edu : ¿Qué haces?😀 

Mise : Nada, aquí aburrida en la soledad de mi habitación .😪 

Edu : ¿Aún estas castigada? 😵 

Mise : Pues si y se que ya ha pasado un año literal pero mi madre todavía se acuerda y no me deja salir a menos que sea a la escuela.😑

Edu : en serio es una tirana. 

Mise : si y lo peor de todo es que no hay ningún puente cerca de casa para irme a vivir.

Edu : Eres muy dramática solo llevas 2 días castigada. 

Edu : ¿sigues ahí?
Mise : Si y no soy dramática 😭😭😭 .

Edu : 😂 eres solo una niña mimada. A mi si me han dado castigos de verdad. 

Mise : ¿A si? Como cuales a ver...

Edu : Me obligaron a mudarme de casa y alejarme de mis amigos 😥

Un nuevo sentimiento surgió dentro de mí. Sentí que sus palabras eran sinceras y que detrás de aquella pantalla había una persona real, con sentimientos y una vida complicada como todos.

Normalmente hablábamos de temas al asar pero esta vez fue distinto. Por primera vez percibí que en verdad ese chico necesitaba de mí porque a veces aunque estemos rodeados de muchas personas nos sentimos solos y necesitamos de alguien para hablar y desahogar nuestras penas.

Mise : ¿te puedo preguntar algo?.

Edu : Obvio si, lo que tu quieras.

Reconozco que en condiciones normales yo no era tan buena para relacionarme con las personas nuevas pero por chat era distinto, ahí podía ser la Miseria directa y sincera capas de formular cualquier pregunta.

Mise : ¿Qué hiciste para que te castigaran de esa forma?.

Edu : Es una historia muy larga 😢

Mise : mm...ya si quieres no me lo cuentes... 

Los puntos del chat empezaron a moverse y supe que me lo iba a contar.

Edu : Fue hace algunos meses. Yo vivía muy lejos de donde vivo ahora y tenía una vida muy agitada llena de amigos con los que salía de fiesta a divertirnos. Todo iba muy bien hasta que empecé a experimentar metiéndome droga. Una de mis amigas murió de una sobredosis, la policía nos descubrió y por eso mis padres me obligaron a mudarme a este nuevo lugar alejado según ellos de "las personas que me llevaron por el mal camino"...😢 




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