—A ver pero dime la verdad ¿te gusta ese chico?. —Me preguntó mi amiga con la mirada pegada en Ethan que estaba dormido con la boca abierta en mi sofá.
—¿Te acuerdas del reality del que te hablé la semana pasada?. —Intenté cambiar de tema. No estaba preparada para hablar de Alex en ese momento y menos después de la noche de la fiesta justo la fiesta en donde lo besé. Ese era mi secreto y nunca lo contaría a nadie. Me moría de la vergüenza sólo de pensar en eso.
Lía dejó a nuestro amigo dormir en paz y centró su atención en mí. ¿Por qué últimamente sólo hablábamos de ese maldito tema?.
—Mise no seas pesada y contesta lo que te pregunté ¿te gusta o no?.
Me encogí de hombros quitándole importancia al tema. ¿Qué sentía por él? Ni yo misma sabía eso, Alex había entrado a mi vida como un torbellino para moverlo todo. Hacía un mes sólo pensaba en terminar mis estudios y comenzar la universidad pero en cambio ahora no podía pensar en otra cosa que no fuera en él y en Edu. ¿Quién era Edu? ¿Quién era Alex? Mi cabeza iba a estallar de tanto pensar. Antes nadie se fijaba en mí y ahora de buenas a primeras tres chicos estaban metidos todo el tiempo en mi camino, cuando no era el pesado de mi vecino era Edu escribiéndome mensajes o sino Charley pidiéndome perdón por lo de la fiesta en su casa.
Hice una mueca rara y me recosté del sofá soltando un largo suspiro —Odio a Alex, —Le dije — es arrogante, creído, autosuficiente, engreído y un completo estúpido. Quisiera que nunca hubiera aparecido en mi vida con esa sonrisa perfecta y ese cuerpo de modelo americano. Lo odio, lo odio con todo mi corazón.
De pronto Ethan se levantó y me miró estrujándose levemente la cara. —No digas nada más, sabemos que lo amas.
Lía soltó una risita y corrió a sentarse entre los dos.
—Hay ya, no empiecen que están en mi casa y es más, desde ahora impongo una regla. Está prohibido hablar de Alex hasta mañana.
Mis dos amigos intercambiaron miradas cómplices y asintieron ahogando las sonrisas .
Era de noche y como mi madre estaba con Piter para la casa de mi abuela y se iban a quedar unos días en su casa habíamos planeado pasar la noche entre amigos como los viejos tiempos viendo una película y comiendo palomitas de maíz.
—¿De qué es la película? —Preguntó Ethan ahogando un bostezo. Últimamente siempre estaba así, con mucho sueño o dormido, incluso en clases le habían llamado la atención por quedarse dormido varias veces pero no sabíamos cual era el motivo y siempre evitaba el tema.
—De terror ¿no?. Yo quería mejor una de romance.
Ethan se quedó viendo a Lía con mala cara y añadió :
—No, de romance no. No sean fresas. Mejor hacemos maratón de harry Potter.
—A ver, cuando hacemos esto en sus casas yo los dejo elegir a ustedes así que ni romance ni harry Potter, vamos a ver una de terror. —Mi voz sonó decidida así que ninguno dijo nada más.
Y así fue como terminamos viendo una película de terror. En realidad amaba el romance pero no era el momento de ilusionarme de ese modo. Ya me había dado cuenta que esas películas sólo eran eso "películas" nada de lo que en ellas ocurría sucedía en la vida real. Cuando conocí a Edu creía que se convertiría en el amor de mi vida y nos veríamos en persona justo como en algunas películas pero hasta ahora sólo es misterio y más misterio. Lo mismo pasó con el chico del segundo B ¿cuántas películas no tratan de un vecino que llega nuevo al vecindario de la chica y esta se enamora de él dando paso a una verdadera historia de amor y romance? Nada de eso me pasaba a mí así que preferí ver algo de terror ya que nada de eso sucedía en la vida real ¿no?.
Los tres estábamos en el sofá envueltos en un cobertor con las palomitas de maíz en las manos. Yo estaba a la derecha, en medio estaba Lía y a su lado Ethan con los ojos tapados.
—¿Por qué razón elegiste una película sobre unos chicos que hacen una pijamada de noche mientras ven una tonta película de terror?. —Gritó él lleno de miedo.
—Es verdad, esto es una señal ¿por qué mejor no vemos Peppa pig o algo menos violento?
Casi suelto una carcajada al escucharlos. Era verdad que la película trataba de 5 chicos en una pijamada pero no estaban en una casa de familia sino en una cabaña en medio de un espeso bosque.
—Que miedosos son los dos, eso es sólo una película no es como que nos va a salir un espíritu del bosque y nos valla a matar uno a uno. ¿Se imaginan que alguno de nosotros tenga que ir al baño ahora y puff sea atrapado por un asesino?
—Noo ahora que lo mencionas tengo que ir al baño pero no me atrevo. —Dijo Lía siendo dramática como siempre.
De pronto se sintió un ruido.
—¿Qué fue eso? —Preguntó mi amiga aferrada a mi brazo.
Seguro fue el gato —Puntualizó Ethan.
—Yo..yo no tengo gato.
—¿Y Misifu?
—Misifu murió hace dos años.
—¿Creen que será su espíritu?
—¡¡Buuuu!! —Una voz desconocida salió desde las sombras.
—¡¡Aaaah!! —Gritó Lía mientras salió disparada y calló al suelo junto con Ethan.
Yo tropecé con ellos dos y me fui de nariz hacia el asiento del frente. Asustada corrí por el pasillo. Mi corazón parecía un caballo desbocado. Y para colmo no encontraba el maldito interruptor para encender la luz hasta que puff se alumbró todo y ante mis ojos apareció nada más y nada menos que Alex muerto de la risa. ¿Qué hacía ese estúpido en mi casa a esa hora de la noche?
—¡Que mierda te pasa! —Le gritó Ethan mientras se puso de pie. Ambos se dieron una mirada de odio.
¡Alerta de machos alfas activado!
—Ajam —Tocí y conté hasta mil tratando de relajarme y no entrarle a golpes a mi vecino. Aunque lo podía hacer y lo mejor era que no iría a la cárcel porque eso que hizo el fue invasión de propiedad privada.
Las palomitas habían quedado esparcidas por el suelo por su culpa, se merecía unos golpes en las bolas.
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Editado: 15.04.2022