El Club De Los Pelirrojos

BUENAS NOCHES, GINA

1


Minutos antes de que la procesión llegara Gina se encontraba disfrutando de su fiesta la cual había sido concurrida por muchos ricos y famosos y todo estaba saliendo de maravilla. Recibió entonces un mensaje en su móvil que decía: 《Soy Jake, sé que no tengo derecho a molestar después de todo lo ocurrido, pero necesito verte. Terminé con Macy, todo fue un error ¿Podemos hablar? 》. Al leer esto su corazón enloqueció de alegría, quería salir corriendo rumbo a los brazos de Jake, pero decidió hacerse la dura un poco, aunque sabía que haría lo que él le pidiera. Así que respondió: 《 ¡oh, Jake, que sorpresa!, lamento escuchar eso. En este momento estoy dando una fiesta en mi casa, puedes venir si quieres 😊》, Jake no tardó en responder: 《Gracias, pero no quisiera arruinar el ambiente con mi humor. Puedo escuchar la música desde aquí, estacioné a tres casas de la tuya. Pero me iré, quizás en otro momento podamos hablar. 》, inmediatamente se dio cuenta de que quizás no habría otra oportunidad, si él arreglaba las cosas con Macy todo estaría perdido, así que dejó el orgullo de lado y respondió: 《Salgo para allá, no es una fecha para estar solo》. Tomó el abrigo, se acercó a su hermana Ámber y la apartó lejos del ruido.
—Saldré un momento, Jake está afuera— dijo Gina desbordando de alegría.
—¿Jake, que hace él aquí?, pensé que era asunto terminado— dijo su hermana algo enfadada—... Él fue un maldito desgraciado contigo.
—Lo sé, solo saldré unos minutos, él terminó con la inmunda pelirroja— dijo la rubia, satisfecha.
—¿Y por eso está aquí?, ¡dile que se largue! — dijo Ámber muy seria.
—Luego hablaremos de eso, Ámber, ahora debo salir, él esta estacionado afuera— se abrochó el abrigo y luego miró muy seria a su hermana—. Y si él decide venir a la fiesta no quiero que seas grosera.
Entonces caminó con una enorme sonrisa rumbo a la puerta, sin darle tiempo de responder a su hermana que volvió refunfuñando otra vez al ruido de la sala.
Salió de la casa, cerró la puerta y caminó unos metros arreglándose el cabello, y acomodándose el vestido cuando una voz le habló y la sacó de su concentración.
—No te preocupes, Gina, te ves bonita, aunque Jake las prefiere pelirrojas— dijo Raven parándose frente a ella, cubierta por la túnica negra y una máscara naranja, con el mismo emoticono con el que habían marcado la fruta.
—¿Quién eres tú? ¿Dónde está Jake? — dijo la rubia asustada y se dio media vuelta para regresar a su casa, pero Thunder estaba detrás de ella, con la túnica y la máscara, pero también de rodillas simulando ser más bajo para no ser identificado luego. Le tapó la boca con un pañuelo embebido en cloroformo y la apretó contra su cuerpo hasta que se desvaneció. Entonces el muchacho se puso de pie y cargó a Gina hasta el automóvil, salieron de allí rápidamente.

 

2

 

Cuando la policía llegó al lugar la calle, la acera, la casa e incluso varias personas estaban cubiertas de jugo de naranja. Los vidrios estaban destrozados y todo el vecindario estaba enloquecido. Al escuchar a las patrullas la enorme cantidad de pelirrojos encapuchados comenzó a dispersarse corriendo por las calles.
El comisionado Myers y el inspector Smith llegaron a la casa de Gina Morgan minutos después que los demás oficiales. Luego de ponerse al tanto de la situación se dirigieron a hablar con la dueña de casa.
—¡Te lo dije! — dijo Owen Smith, espantado por lo que veía— era un mal augurio.
— Deja el drama, Owen—dijo Myers nervioso—. Esto es vandalismo, no brujería.
Se acercaron y tocaron el timbre, Ámber abrió la puerta, cubierta de jugo de naranja y con el rímel corrido por el llanto.

—Buenas noches, señorita, somos de Scotland Yard— dijo Myers mostrando su placa.

—¡Oh, Dios mío! ¡Era hora de que llegara alguien competente! — dijo Ámber angustiada.
—¿Es usted Gina Morgan? — preguntó Myers algo sorprendido por el aspecto deplorable de la mujer.
—No, soy su hermana, pueden pasar— dijo y se hizo a un lado, los oficiales entraron sorteando los vidrios y restos de fruta en el suelo.
—Necesitamos hablar con la dueña de casa— dijo Smith.
— Mi hermana no está aquí, oficial, no contesta su teléfono. Estoy aterrada ante la idea de que esos salvajes la hayan lastimado.
—¿Ellos ingresaron a la vivienda? — preguntó Myers.
—No— dijo ella al borde de las lágrimas—. Solo arrojaron todo esto desde la calle— dijo señalando el desastre en la sala y rompió en llanto.
— Cálmese, señorita, por favor necesitamos saber ¿Dónde estaba su hermana al momento del ataque? — preguntó Smith, algo aturdido por el llanto de Ámber.
—Ella estaba afuera de la casa con Jake Williams— dijo y continuó llorando.
—¿Quién es Jake Williams? — dijo Myers y le entregó un pañuelo a la dama. Esta lo tomó.
—Su exnovio — dijo y resopló los mocos en el pañuelo, luego lo devolvió al comisionado—. Gracias oficial.
—Quédeselo por favor— dijo cortésmente Myers, intentando ocultar el asco que sentía—... ¿Tiene usted forma de contactarse con el señor Williams? — Ella negó con la cabeza mientras se restregaba los ojos—. Gracias por la información señorita Morgan, vamos a tratar de localizar a su hermana. Los oficiales se quedarán custodiando la casa.


Ella le sonrió entre sollozos y ellos caminaron hacia la salida.
—¿Qué haremos? —preguntó Smith.
—Trataremos de localizar al señor Jake Williams y alertaremos a las patrullas por si alguien ve a la señorita Morgan.
—¿Qué haremos con los pelirrojos? — preguntó Smith.
—Revisaremos las cámaras de seguridad e iremos al lugar donde se está hospedando Dickinson, ella tiene que dar explicaciones.

 

 

3

 

Gina abrió los ojos en una fría habitación apenas iluminada por un foco sobre su cabeza, estaba amarrada y amordazada. Lo primero que vio fue a Raven sentada frente a ella con un cuchillo en las manos, sobre la mesa a su lado había un gran montón de naranjas enojadas y detrás de la mesa estaba Thunder en la penumbra, casi imperceptible para la vista aún borrosa de la rubia.
—¡Hey, Gina! ¿Qué tal la siesta? — dijo sarcástica Raven usando un modificador de voz.  Gina comenzó a retorcerse en sus ataduras intentando hablar a través de la mordaza—¡cálmate linda!, el estrés te envejece— dijo y clavó el cuchillo bruscamente en una naranja—. Aunque debo decir que este nuevo look te hace ver más llamativa—Continuó con el sarcasmo, intentando imitar el acento inglés del comisionado Myers. Thunder soltó una carcajada involuntaria por eso —¿Quieres dar un vistazo? — se levantó y fue por un gran espejo que estaba cerca lo puso delante de Gina y comenzó a reír.
En el lapso de tiempo en el que Gina estuvo inconsciente los muchachos habían cortado el largo cabello de Gina hasta la altura de sus hombros y lo habían teñido de un color naranja fluorescente. Al verse en el espejo la ahora, exrubia, comenzó a gritar
desesperadamente, mientras lloraba desconsolada por su nueva imagen.
:⸻ ¿No te agrada? — pregunto Raven cínicamente—. Eso es porque combina mejor con unas cuantas pecas. — tomo un bol que estaba detrás de las naranjas y un pincel de cerda dura, de esos que se usan para aplicar tinte de cabello y lo untó en la mezcla que estaba dentro del recipiente. Comenzó a salpicar el rostro de Gina hasta que quedo cubierto de pecas artificiales—. ¿Qué dices ahora?, es henna no te preocupes solo durará unos meses. No somos tan malos.
Gina lloraba tanto que se ahogaba, así que Raven hizo un gesto a Thunder y este sacó un arma (que en realidad era un juguete de Robin, pero Gina no lo sabía), la apuntó por sobre la mesa y la británica entró en pánico.
–Vamos a sacarte la mordaza para que no te ahogues—dijo Thunder, usando un modificador de voz también—. No intentes gritar o voy a abrir un agujero en tu frente.
—No está bromeando— advirtió Raven y se acercó hasta la rubia, le quitó la mordaza y volvió a sentarse frente a ella—. ¿Te gustan las naranjas, linda Gina? — dijo mientras le quitaba la cáscara a una naranja. Gina no respondió—. ¡Responde desgraciada! — dijo furiosa, apuntándole con el cuchillo.
—No—dijo Gina casi en susurros, llorando.
—No, ¿qué? —preguntó Raven de mala manera.
—Soy alérgica— dijo Gina.
—¿De veras? — dijo Raven burlona—¡No es cierto! A Jake Williams sí le gustan— aseguró, y ambos pelirrojos rieron de ese comentario.
—Todo el mal que has hecho Gina Morgan, ¿y todo por qué? ¿Solo porque tu novio te dejó por una pelirroja?... eres despreciable, eres una maldita escoria Gina.
—Él no me dejó, yo lo hice— dijo Gina nerviosa.
—¡Ya deja de mentir tanto desgraciada!, sabemos la verdad, muchos familiares de Macy son miembros del club— gritó furiosa Raven. Entonces tomo un sobre que contenía fotografías de Katy Simmons y se las enseñó—¿Ves a esta niña de aquí? ¿Sabes quién es?
—No— dijo Gina bajando la mirada.
—¿Segura?, Mírala bien— dijo Raven y le levantó la cabeza tomándola del cabello—. ¡Es Katy Simmons la niña que mataste!
—¡Yo no le he hecho nada a esa chica, no la he visto en mi vida! —dijo Gina entre lágrimas.
—¿Qué hay de esta foto? — dijo Raven, enseñándole unas fotos que se habían filtrado en redes del cuerpo de Katy en el fondo del pozo— ¡¡Esto es el odio que desparramaste!! ¿Puedes verla? ¡¡tú cargas con esta muerte en tu conciencia y será así hasta el día en que te mueras!!— gritó y le pegó con las fotos en la cabeza.
—¡¡No era lo que yo quería, jamás busqué que esto pasara!!—se defendió Gina.
—¿Y qué es lo que buscabas? ¿Que tu exnovio pensara que Macy Byrne era una bruja o un fenómeno de circo y la dejara para volver contigo? ¿Acaso no tienes dignidad maldita estúpida?
—¡¡Lo siento!! ¡¡de verdad, lo siento!!— dijo Gina y estalló en llanto.
—¡Tu llanto y tu arrepentimiento no traerán de nuevo a Katy, ni a ninguna de las personas que la gente como tú mató! — dijo Raven, dejó el cuchillo sobre la mesa y tomó un teléfono móvil que habían conseguido gracias a los socios locales del club —. Ponte Bonita que vamos a grabar un saludo de año nuevo— dijo cínicamente y le pasó el teléfono a Thunder—. Pero primero Quiero contarte una historia, una historia muy parecida a la de Katy Simmons, porque tiene que ver con el odio. Es la historia de mi hermano. Un muchacho maravilloso, inteligente, amable y cariñoso al que le gustaba el mar y todo lo que hay en él, quería ser biólogo marino. Le preocupaba el cambio climático y sus consecuencias en el agua. Amaba el Halloween y las películas de terror. Él tenía una hermosa familia y amigos que lo amaban. Pero bueno, no todo en la vida puede ser tan maravilloso, por lo menos no para los “raros” ¿verdad, Gina? — dijo llena de rabia mezclada con tristeza—. Los pelirrojos para ti son raros e indignos de una vida normal, de un poco de paz ¿no es así?, pues mi hermano era pelirrojo y su vida fuera de casa muchas veces era un infierno, lo molestaban en la escuela, lo insultaban, lo golpeaban y ninguna autoridad tomó acciones para defenderlo así que mis padres lo sacaron del sistema escolar. Pero la educación en casa no fue suficiente, porque nadie puede vivir en una caja y él tuvo que salir al parque, a patinar con amigos, a fiestas.




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