El Color Perfecto

Capítulo 8. Un beso

La semana transcurre tranquila, en esta temporada del año escolar, no hay estudiantes y solo se va a la escuela a terminar algunas labores, evaluar el año escolar y poner al día los archivos de los estudiantes. Verónica y Sebastián la acompañan cada día a trabajar, no tiene con quien dejarlos y no puede darse el lujo de pagar una niñera.

La tarde del viernes llega y Heriberto aparece, siempre con una sonrisa para sus hijos. Esta vez llega más temprano que de costumbre y debe esperar a que los niños estén listos, Paulina lo invita a sentarse, cosa que normalmente no ocurre. Verónica es la primera en terminar y se acomoda en las piernas de su padre, como toda una princesa que requiere que su séquito la mire. Sebastián sale a saludarlo y deja a su madre con la maleta en la habitación.

– Te ves diferente, ¿pasó algo? – Le dice Heriberto cuando ella le entrega la maleta en la mano.

– No, creo que es esta época, – Suspira con algo de anhelo – ya se sienten las vacaciones, solo queda una semana para irme a casa de mis papás. – le resta importancia al comentario e ignora la mirada que pasó por su cuerpo.

– De eso quiero hablarte. – Él se pone en pie y continúa - me gustaría pasar esta Navidad con mis pingüinos. Si quieres puedes viajar después de esa fecha. De verdad me gustaría mucho.

– Déjame pensarlo. – que novedad, es la primera vez en ocho años que él pide algo semejante – Hablamos el domingo en la tarde.

Sus dos pequeños la abrazan y besan, ella queda triste, como siempre, y con algo más para pensar: la posibilidad de quedarse a pasar la Navidad en Cartagena. Nunca lo había hecho y no estaba entre sus planes.

Ahora sí, ser mujer es algo que casi no recuerda, ¿qué será lo mejor para hacer ahora? Seguro mañana va a encontrarse con el hombre del baño. Esa tarde adelanta los quehaceres del sábado y deja la casa impecable. Al terminar toma una ducha y sencillamente queda rendida en su cama. El sonido de su teléfono celular le arrebata ese momento involuntario de sueño. Sin mirar siquiera la pantalla presiona la tecla contestar y responde medio dormida.

– ¡Aló! – Su voz se escucha unos tonos mas grave de lo normal, lo que la hace carraspear de inmediato.

– Buenas noches preciosa dama, espero no ser inoportuno. – Esa voz que de seguro ha hecho trizas muchas bragas.

– Buenas noches, – dice disimulando el sobresalto que le causó su voz, sentándose de un solo golpe en la cama, vuelve a carraspear para aclarar su garganta que aun se muestra afectada, ya no por el sueño sino por la impresión – no te preocupes acabo de terminar algunas... tareas.

– Espero que no tengas más para hacer, quiero verte hoy, si es posible.

"¿Ser posible? Esa posibilidad siempre existe y por favor yo también quiero verte" la mente de Paulina es mucho más rápida que su boca, pero logra poner freno a su lengua.

– Eh... No lo sé. Estoy en casa, pero... – Mas que dudar de si quiere salir, duda de si debe hacerlo, aún no está preparada para salir con alguien, aunque hayan pasado más de ocho años de su divorcio.

– ¿Estás sola en casa? – La interrumpe tomando el control de la conversación, picándola un poco – ¿O tienes algo más importante que hacer ahora?

– En realidad si estoy sola y no tengo nada para hacer, pero no tenía planes de...

– Perfecto. – La interrumpe nuevamente - Dime como hago para llegar a tu casa. Te puedo recoger en... media hora ¿te parece bien?

- Espera, alto. No estoy lista, debo...

- Estas perfecta, – otra interrupción para garantizar que todo salga como lo tiene planeado – vamos y comamos algo, quiero llevarte a un lugar que me gusta mucho.

– Está bien. Pero no puedo en media hora, que sean dos horas. Debo ponerme... presentable.

– Mmmmm... Algo así pensé. Son las 7:30 a las 9:00 paso por ti. ¿Estás de acuerdo?

– Eres bueno negociando, nos vemos a las 9:00. – Acepta casi con resignación.

Paulina le da las indicaciones de cómo llegar y sale disparada a arreglarse el cabello, es lo que más tiempo le tomaría. Su cabello es rizado, pero le gusta más cuando tiene blower. Esa tarea toma alrededor de una hora, lo demás es más sencillo. No tiene mucho de dónde escoger así que usa un pantalón blanco de olán con una blusa holgada igualmente blanca que la hacía lucir muy fresca y elegante. Unos tacones medianos y cartera pequeña a juego.

Mirar las prendas dentro de su mal nutrido armario le hace recordar la época en que Nasly vivía en Cartagena, salían mucho y ella tenía varias prendas para cada ocasión, pero ahora hay cada vez menos. No es fácil llenarse de ropa cuando hay cosas más importantes.

A las 9:00 suena el timbre, justo en ese momento termina de maquillarse, se aplica perfume y sale corriendo a abrir la puerta. Es solo un momento, él está de espaldas y se ve tan sexi y elegante. Viste un pantalón de lino negro y una camisa de color rojo. Rojo como él. Se da la vuelta y la expresión de su cara lo dice todo. Aprobación total. Esa encantadora sonrisa, es respondida con otra igual, no cabe duda de que hay algo magnético entre ellos.

Paulina toma sus llaves, cierra la puerta tras ella y se dispone a bajar las escaleras cuando él sencillamente la besa.

¡Oh, por Dios, un beso!

El beso más desprevenido que haya recibido nunca. Su reacción es inmediata, trata de separarse, pero no, es muy tarde, él ya la tiene en sus brazos donde se siente perdida o mejor sería decir: encontrada. Su cuerpo y su boca responden aquel beso con ansias, pero con timidez y luego se aleja y se llena de un abrazador y ardiente deseo. Su aliento se percibe tan dulce que no se podría decir de quien es.

Carlos Alberto no puede aguantar la necesidad de tomar sus labios, desde el sábado anterior, solo ha podido rememorar como se mueven esos dulces y delicados labios cada vez que cierra los ojos. Tenerla tan cerca lo impulsa, cual adolescente, a actuar para reclamar lo que desde hace una semana se había dispuesto conseguir. Le sabe a victoria, a paz, le sabe a algo que nunca había probado, pero que se le hace familiar y quiere tener más, mucho más.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.