El Color Perfecto

Capitulo 15. Otra vez él?

La semana se pasa lentamente, Paulina despide a Daviani y queda sola con sus ángeles. Cada momento a solas es como un espacio en su mente y en su corazón para ese hombre que hace poco se inmiscuyó en su vida y que ahora no puede ser apartado de sus pensamientos por más que quiera, ella no se había emocionado con ningún hombre desde hacía ya muchos años, tantos que parecía media eternidad y ahora está dispuesta a más, a una relación en todo el sentido de la palabra.

Ahora sus sentimientos también están impregnados de las emociones que ha vivido junto a él, es difícil ignorar que su cuerpo parece haber despertado de un largo, largo sueño y que lo que antes ignoraba ahora está consciente en todo su cuerpo, es increíble la forma en que desea estar de nuevo con él, su cuerpo quiere más de lo que ha sentido en sus brazos. Parece que ahora su cuerpo es más exigente, antes se conformaba con el monótono sexo que había entre ella y Heriberto, él había sido su primera vez, si bien es cierto que lo disfrutaba ahora se da cuenta que hay mucho más y que se puede sentir más.

El jueves cuando está a punto de apagar el computador en el que trabaja, se da cuenta que tiene un nuevo correo electrónico, al revisarlo cambia su expresión. "Luka Di Lorenzo envió un mensaje".

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Ciao bella.
Come stais? In due giorni arrivo Colombia.
possiamo incontrarci per un caffè?
Baci.

Luka.
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Estas pocas líneas hacen girar su mente y su corazón. Hace cuatro años había visto por última vez a Luka y justo en este momento aparece de nuevo, es injusto, durante algún tiempo conservó la esperanza de que él apareciera y le diera algunas explicaciones, esa esperanza ocupaba su corazón, de cierta manera se aferraba al bonito recuerdo y de esa manera evitaba que cualquiera quisiera entrar en su corazón. Aún recuerda un par de años atrás cuando conoció un hombre muy atractivo en un evento en el que había participado como ponente, él quiso invitarla en varias oportunidades, algunas las esquivó y en un par de oportunidades abrió espacio para Mario, aunque esos espacios no pasaron de conversaciones de reconocimiento, se sentía infiel al recuerdo de Luka con solo mirar la posibilidad de dar pie a una relación. A Esteban, un funcionario de gobierno que trabajaba supervisando las escuelas públicas, también lo esquivó, al igual que a los amigos que le presentaban sus hermanas y una que otra amiga.

Justo en este momento de su vida, cuando Carlos Alberto está ocupando más que cualquier otro y que realmente siente que es correcto y oportuno, justo ahora es cuando él decide reaparecer. Ya no. Ahora no hay oportunidad para nosotros, ese tiempo ya pasó.

Con estos pensamientos camina hasta su casa acompañada de sus hijos, agradece inmensamente que la rectora de la institución le permita tener a sus hijos en la biblioteca mientras ella realiza sus labores, seguro lo hace porque ellos se comportan de la manera apropiada y es conocedora de la situación de Paulina.

Hoy la maleta es mucho más grande que en cualquier otra oportunidad, Heriberto va a quedarse con los niños hasta pasada la Navidad, serán más de dos semanas que no los tendrá con ella, esto le molesta mucho, le hace sentir un presión muy extraña en su pecho, siente como si algo malo fuera a suceder, pero Alma y Aurora la consuelan diciendo que porque nunca se habían separado para estas fechas y menos por tanto tiempo, quiere creer eso, porque de veras quiere llorar en cada momento en el que recuerda que no va a tener a sus hijos por muchos días, incluida la Navidad, se siente agotada de su nueva situación: los niños a pasar la Navidad con su papá, Carlos Alberto está de viaje y llega en poco más de una semana y Luka, su antigua ilusión, reaparece para confundirla.

Esa tarde se encuentra sola y se queda dormida desde muy temprano, cuando se despierta son un poco más de las cuatro de la madrugada. Decide levantarse de inmediato y trata de organizar algunas cosas para ese día. Hoy es viernes, último día del año laboral y el colegio ha organizado una integración que sirve de despedida de fin de año, estarán reunidos los casi cien trabajadores del colegio en un sitio campestre a las afueras de la ciudad. Durante toda la semana había sido la comidilla de sus compañeros de trabajo luego del espectáculo del lunes. Como siempre hay algunos más prudentes que otros. Beatriz y Nubia se le acercaron y le preguntan por el papacito que la llevó el lunes en la mañana.

– Por fin niña, ya era hora que te buscaras a alguien. – dice Nubia.

– Si, muñeca, y si que supiste escoger. – replica Beatriz. – Ese hombre es un bizcocho.

Con una mueca, que intenta ser una sonrisa, Paulina se aleja cuando la llama Aurora, no les responde ni comenta nada al respecto. Los comentarios de Aurora y Alma no se hacen esperar, están muy molestas porque consideran que sus compañeras son unas chismosas e imprudentes. Paulina no les presta atención y cambia de tema. Su cabeza está pensando en mucho más que eso.

La piscina, los caballos, la pista de baile, el lago con patos, nada de eso logra captar la atención de Paulina, ella siente muchas cosas que no sabe cómo describir. Davi se fue y Sussi está muy lejos en uno de sus tantos tours, las personas que realmente la entenderían no están para escucharla y aconsejarla. Es cierto que Alma y Aurora la han apoyado durante los últimos seis años, pero quienes realmente conocen como piensa o como se siente no son ellas, por ilógico que parezca.

Aún tiene tiempo para pensar qué hacer. Luka llega mañana y Carlos Alberto no está en el país. Debe tomar decisiones pronto. En la noche, cansada de la despedida se acuesta y recuerda su corta historia con Luka, suspira y su mente sigue buscando la ruta a seguir.




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