El Color Perfecto

Capítulo 21. Simplemente lo sabía

En la misma discoteca, en la misma mesa en la que se sentó con sus hermanas la vez pasada, pero acompañada de otras personas se encuentra una incómoda Paulina, tener a Luka y a Carlos Alberto en el mismo lugar al mismo tiempo no es lo que se había imaginado cuando amaneció.

"Procura", esa sensual canción, inicia cuando ya se iban a sentar y Carlos Alberto la toma por la cintura, la besa, marca su terreno, a Luka debe quedarle claro quien está con Paulina. Un beso dulce al cual Paulina responde de la misma forma. Bailan de manera muy seductora esa canción, bailan para ellos, a Paulina se le olvida que sus hermanos y Luka están con ella, solo se concentra en Carlos Alberto. Han tomado bastante licor, esto hace que ella se pierda en sus sensaciones y él, definitivamente, la hace sentir.

En este momento Paulina siente los latidos de su corazón, que andan sin ritmo constante; siente el calor que despende el cuerpo de Carlos Alberto; siente el firme tacto de los brazos de él; siente la mirada que promete más que placer; siente su cuerpo como nunca antes lo había hecho, es capaz percibirse a sí misma de forma más erótica que nunca antes.

Rodolfo y Karina salen juntos en un taxi que los lleva a la casa de Mary, Luka de igual forma toma otro hasta el lugar donde se está quedando y Paulina sale con Carlos Alberto rumbo a el apartamento de él, el carro lo fue a buscar unas horas antes uno de sus empleados. Hasta las 1:30 a.m. Paulina consumió licor, sabía que no sobreviviría si continuaba tomando a ese ritmo, así que optó por solo agua desde ese momento. A esa hora ya el nivel de licor en su organismo es menor y se siente mucho mejor. El carro en el que se movilizan es mucho más grande que el otro y el conductor es el mismo que los llevó a su casa hace un par de días, se detiene frente al edificio y se bajan riendo y conversando de la mujer que estaba en la puerta llorando porque no encontraba a sus amigas, estaba completamente ebria.

En el apartamento ella quiere tomar una ducha, se siente muy sudada y Carlos Alberto le abre la puerta del baño. Cuando se está desvistiendo él se ofrece a ayudarla. Le suelta el cordón de la espalda sin tocarla y le quita la blusa por encima de su cabeza, desabotona la falda y baja el cierre con mucho cuidado, la falda cae al piso del baño y la aparta con un pie. Ella se gira para quedar frente a él, en ese momento ella se percata que el solo lleva puestos su bóxer.

– ¿Puedo acompañarte? - Susurra en su oído y le causa todo tipo de sensaciones. Su piel se eriza de forma descarada.

Un rápido abrazo con un beso apasionado los une y sus reflejos en el espejo los hace detenerse por un instante, admiran su imagen, observan sus cuerpos y frente a esta escena inician un recorrido de caricias bastante alentador. En el espejo él ve como acaricia sus senos, su abdomen, sus caderas y ella responde con similares caricias como respuesta a lo que siente.

Unos minutos después sus cuerpos se olvidan de ver, solo sienten y reclaman el contacto del otro. Se funden en uno y se deleitan en su intimidad. No cabe duda de que sus cuerpos se reclaman y que se necesitan desesperadamente. Quieren más. Necesitan más.

La ducha se ha convertido en un espacio verdaderamente erótico para ellos, la calma posterior al deleite mutuo bajo la ducha termina siendo aún más estimulante, una esponja con un jabón líquido de una fragancia exquisita, varonil, pero exquisita, se convierte en el nuevo estímulo para entregarse nuevamente a la pasión que sus cuerpos expiden.

Una toalla acaricia la piel de Paulina y sus sensaciones se hacen evidentes, Carlos Alberto tiene una atada a la cintura, la ayuda secarse con tanta delicadeza que parece que fuera a romperse si lo hace más fuerte. Al salir del bañó Paulina se muerde se labio inferior y esto lo hace enloquecer.

– Parece que quieres acabar conmigo esta noche. – La besa y la lleva cargada hasta la inmensa cama, donde habían estado antes. – ¡Me vuelves loco! – La vuelve a besar queriendo devorarle el alma, es un beso fuerte, casi agresivo que exige, pero que también da.

– Eres tú quien quiere hacerlo, ya no sé cuántos orgasmos he tenido. – Se pone de rodillas sobre la cama y toma su mano mirándolo insinuante. – Necesito irme.

– ¡Tú te quedas hoy! – Ordena con un tono bastante seductor.

– No puedo, es muy tarde, los niños están...

– Están bien, Katia los está cuidando y yo le dije que no llegarías está noche. – Dice mientras da varios besos en su cuello y su mandíbula.

Los ojos de Paulina se abren como platos y su boca no puede articular nada, se sonroja con la sola idea de que su exalumna se la imagine teniendo sexo. Su carcajada es contagiosa y Paulina se une a su risa. Él se mete a la cama y la abraza, ella de espaldas a él solo se relaja.

– Esa canción fue muy oportuna. - Dice en su oído - Creo que va a ser nuestro himno hasta que aceptes casarte conmigo. – Besa su cuello, mientras su dureza presiona desde atrás y ella siente que va a perder nuevamente el control.

El cuerpo de Paulina de tensa, casarse no es algo con lo que sueñe. Tal vez ella desea darle a sus hijos una familia como debe ser, pero casarse suena a algo tan distante, por no decir imposible.

>> No temas. Yo solo quiero que estemos juntos. Poder amanecer contigo todos los días sería increíble.

– Mis hijos...

– Ellos no son ningún problema para mi, lo sabes, son parte de ti, como te dije aquella vez, contigo es el paquete completo o nada. Ellos siempre estarán allí. Son demasiado importantes como para pedirte que los dejes por mí.

Paulina sonríe y se vuelve hacia él, sus cuerpos desnudos se sienten y la excitación se hace aún más evidente en él. Sus bocas se exploran y se desata un incontrolable furor entre ellos. Sus cuerpos se mueven como si bailaran nuevamente, el compás entre ellos es perfecto, no desentonan en ningún momento y alcanzan la plenitud juntos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.