La playa siempre ha tenido un efecto relajante para Paulina, después de un baño para quitar todo el sudor de la afanosa carrera de la mañana, se siente muy relajada. Todo lo ocurrido en estos días ha sido una locura. Ahora debe concentrar todos sus esfuerzos en la cena de esta noche.
La casa de Mary es el mejor lugar para reunirse, es grande y tiene unos espacios increíbles. El patio es realmente encantador, Mary siempre lo llama "mi jardín trasero". Todos van a llevar algo para la cena de Navidad, Karen dijo que prepararía su arroz especial y puré o algo similar, Mary un pernil y una ensalada y Paulina unos rollos de pollo y algunos postres, Rodolfo se encargaría de las bebidas fuertes y Karina llevará algo de entrada y pasabocas.
El resto de la mañana se dedica a preparar lo prometido, un delicioso postre con café y chocolate, otro de maracuyá y un especial de fresas. Los rollos de pollo estaban listos para el horno.
Prepara todo con mucho entusiasmo y sus pensamientos están en Carlos Alberto y lo que ocurrió la noche anterior. El timbre de su celular la saca de sus pensamientos, Luka está al teléfono, le habla en su idioma, como se le ha vuelto costumbre, en parte para evitar que los niños entiendan y por otra para que el entienda mejor lo que hablan.
Ella había aprendido italiano después de conocerlo, había sido muy fácil, parece que tiene una gran facilidad para los idiomas, pues solo fue un curso por internet más clases que Luka le daba en sus interminables tardes de vídeo llamadas por Messenger.
– Hola, ¿como estas? – Saluda ella mientras bate nata en un recipiente.
– Hola bella, estoy bien ¿y tú?
– Bien, ¿cómo van tus vacaciones? – No sabe que más preguntar, trata de ser cordial.
– No tan bien como me gustaría. Hoy es nuestra tarde de café. Nos vemos más tar... – Ese comentario le recuerda su promesa, se había olvidado por completo de ella.
– Wow, lo había olvidado, gracias por recordarme. – Paulina siente mucha vergüenza por haber olvidado que había aceptado su invitación – Nos vemos en dos horas, ¿te parece?
– Pensé que no querías verte conmigo. – Se sincera él – Nos vemos más tarde bella.
Él cuelga el teléfono y a Paulina le queda un agridulce sabor de recordar todo lo que había imaginado con él hace ya varios años. Después de su partida, hablaban casi a diario, casi todas las tardes de Paulina eran en un ciber café, sus conversaciones eran largas y alegres.
Las llamadas desde Italia se volvieron frecuentes en horas de descanso y hermosas flores para fechas especiales, todo el año habían hecho planes para ese diciembre, deseaban que las cosas fueran perfectas, en algunos momentos se habían planteado la posibilidad de estar juntos ya fuera en Italia o en Colombia si todo salía bien. Lástima que las cosas al final no fueron como pensaron o como ella había deseado.
A las 2:40 p.m. sale de su hogar, el taxi se demora más de lo normal, debido al alto número de turistas o nativos que se apuran a llegar a algún lugar.
Cuando llega al centro, el taxi la deja en frente a Juan Valdez, él está allí esperando y sonríe al verla.
Su vestimenta es tan sencilla como ella misma, unas sandalias de tres puntos en bonitos colores y una blusa a juego, se combinan con el jean azul oscuro y un moño en cola de caballo, la hacen lucir simplemente hermosa.
La cabeza bien afeitada de Luka la hace recordar la primera vez que lo vio. Una camisa negra y un pantalón blanco, igual que su primera noche juntos la hizo evocar tantos recuerdos, sonrió con timidez ante sus propios recuerdos.
Dos besos en las mejillas, como era su hábito, marcaron el inicio del encuentro que continúa al interior del famoso café. En el segundo piso, una mesa reservada por él unos minutos antes los espera y allí disfrutan de una agradable conversación. Luka parece no querer mencionar a aquel que le ha arrebatado lo que pensó iba a conseguir al llegar a esta ciudad. Su mente siempre en función de evocar los maravillosos recuerdos de los momentos vividos hace ya mucho tiempo.
Con más confianza que antes, Paulina conversa en el idioma de su amigo. En su conversación evita mencionar el nombre de su amado, ese tema no es conveniente entre ambos, ella conoce o sospecha lo que el pretende con esa conversación, pero tiene claro que su corazón es de un solo hombre y ese no es quien está con ella en este momento.
Por Luka siente un gran aprecio, hay un conjunto de recuerdos de otra época de su vida, sentimientos de lo que no fue. Paulina no vislumbra que su vida en este momento pueda ser diferente.
La joven mujer que los atiende les provee su pedido, un cappuccino con canela y un expreso doble. El olor del café es maravillosamente evocador. En la mesa, Paulina recuerda la primera vez con Carlos Alberto en su apartamento, ese delicioso café muy temprano y la posterior carrera para llegar a trabajar y los eventos relacionados con lo mismo.
No puede evitar sonreír por sus pensamientos, Luka la observa y toma su mano con mucha delicadeza. El rose de su piel le gusta, pero su reacción no es lo que espera. Ella retira su mano de inmediato, casi como si la quemará.
– Lo siento. No pensé que te molestaría, estabas sonriendo... – Vacila él al ver la expresión de su rostro, esa que es completamente diferente a hace un par de minutos.
– Yo... lo siento, – dice un poco nerviosa y con algo de timidez – de verdad, no quiero que confundas este momento. Tu eres mi amigo – oh no, friend zone, muy tarde comprende que esas palabras eran lo último que él desea escuchar – ocupas un lugar especial en mi corazón, pero...
La mirada de Luka cambia, solo puede pensar en la palabra "amigos" y no es lo que quiere. Él quiere una vida con ella. En estos cinco años tuvo algunas relaciones, pero todas eran circunstanciales, nada formal o serio, solo podía recordar los dulces labios de Paulina y eso evitaba que disfrutara de cualquier otra relación.