El Corazón del Alpha

Capítulo 14

Adeline

Bajo las escaleras tranquilamente; con este vestido no se puede ni caminar bien. Llego al final para encontrarme a Elion sonriéndome.

—Pero mira a esta belleza de mujer que tengo aquí. Mujer, tú vas a tener a muchos con la boca abierta.

Le sonrío.

—Mejor cállate, sí que me siento rara con este vestido. La verdad, ¿cómo es posible que me hagan poner esto como si fuera alguien importante para la corte? Yo no soy nadie.

Él se queda muy serio, parece que lo que le dije no le gustó para nada.

—En tu vida vuelvas a decir que no eres nadie, ¿me entiendes, Adeline? Eres mucho más. Decir lo que piensas es que no lo quieres ver. Ahora voy a ser tu acompañante toda la noche.

Por lo menos se comporta como un caballero. Además, al que no hemos visto es a Káiser.

Ya sabes que no podemos estar pendientes a lo que él hace.

¿Por qué tienes que ser así?

—Está bien, no me regañes. Además, eres mi protector, tienes que estar siempre cerca de mí. Sabes, tengo una inquietud con la noche de hoy. Sé que es una noche especial y todo, que vienen muchas de las mandas, pero ¿para qué es la fiesta?

Él me mira mientras toma mi mano.

—Se puede decir que esta noche nuestro rey escogerá a su Luna para realizarse la boda dentro de dos semanas. Sé que suena loco, pero dicen que él ha tenido pareja desde hace mucho tiempo y ahora es que van a anunciar su compromiso.

¿Por qué me duele el corazón al escuchar eso?

—No sé qué decirte, Elion, qué bueno por nuestro rey, y eso quiere decir que yo me puedo ir de este castillo. Yo no quiero incomodar a la futura reina.

—No tienes que hacerlo, querida, de eso yo me encargo.

Volteamos a escuchar esa voz cálida y veo a una mujer no tan mayor, pero con algunos guardias escoltándola, y tiene una de las coronas reales.

Adeline, ella es la reina, la madre de Káiser.

Rápido bajo la mirada hacia ella y hago una reverencia.

—Alteza.

—No se tienen que arrodillar ante mí. Y tú debes ser Adeline; he escuchado mucho sobre ti y no pensaba que eras tan hermosa como dicen que eres. Una loba pura que está a punto de abrir su caparazón. Y tú debes ser Elion, es valiente. Es un gusto conocerla, señorita. Y me puedes decir Clarion, no reina, eso me hace sentir vieja.

Repito y la miro. ¿Cómo es que ella sabe de mí?

—Lo siento, su alteza, y es un gusto que conozca de mí. Y lo siento por mi ignorancia, no me acostumbro a este tipo de tratos.

Ella se pone delante de mí y me mira con esos ojos profundos que tiene.

—No te tienes que avergonzar, querida. Además, yo sé muchas cosas de ti que tú no sabes de ti misma. Yo sé que cuando tu capullo se abra serás otra, y yo creo que le voy a decir a mi hijo que te voy a tener como mi aprendiz en mi castillo. Y claro...

¿Qué acaba de decir?

—Señora, yo no sé si eso su hijo lo permita, con todo respeto, ya que es su protegida y ahora mismo ella está recuperándose.

Miro a Elion, ¿cómo es posible que él le diga eso a la reina?

—Tranquilo, Elion, yo estoy informada de todo. Aunque mi hijo sea el rey, yo sigo siendo la reina y de todo lo que pasa me entero. Pero para que lo tengas en mente, y es más, para que no te asustes, no le voy a decir nada. Pero si llegara a pasar algo, las puertas de mi casa están abiertas para ti siempre, querida.

—Mi reina tiene toda la razón, Adeline, las puertas del castillo están abiertas para ti. Y, querida, te estaba esperando en el gran salón, pero veo que saliste a buscar a nuestro hijo.

Miro al rey; es más serio, pero nunca pensé que fuera así.

—Por supuesto, sus altezas, ahora, si me disculpan, quiero tomar un poco de aire, no me siento bien.

La reina me mira y asiente, y se retira con el rey, mientras yo camino rápido hacia el jardín que queda cerca de la entrada principal.

—Adeline, coge las cosas con calma. La reina no te comentó nada malo. Además, no sé qué te sorprende de que ella sepa todo lo que hace su hijo. Bueno, aunque no era de esperarse, ahora tienes el soplo de los reyes, nadie te puede tocar. Ahora no vas a ver ningún aire, vamos a ir a ese gran salón y vas a dar cara como la mujer que eres. Además, no sé de qué te preocupas, tienes a tu loba contigo, aunque no has realizado la transformación, la tienes. Y no me mientas, que te he visto quedándote en blanco.

Paro de golpe.

Yo creo que ya los descubrieron, Ade.

Yo creo que sí

—Por favor, no lo digas a nadie, prométemelo. Es algo nuevo que no sé cómo lo estoy llevando, sí. Además, también estoy descubriendo cosas que yo no sabía que tenía. Tengo un don más fuerte de lo que pensé; puede ser que esté viendo cosas del pasado y eso me da miedo.

—¿A qué te refieres con cosas del pasado, Adeline?

Suspiro lentamente antes de decirlo.

—Puede ser que yo conocí a la antigua reina, Elion. Y no solo eso, puede ser que yo estuve el día que la mataron.

Clarion

¿Cómo es posible que ella se parezca mucho a Sophia? Solo tiene que tener una explicación razonable sobre todo esto.

Miro a Luna, que me sonríe, y me le quedo muy seria. A pesar de todo lo que ella ha pasado, sé que todavía sufre por su hija.

—Reina.

—Luna, a ti te estaba buscando. Dime algo, y yo creo que tenemos que hablar de algo que solo tú y yo sabemos.

Ella asiente.

—Creo que sé a qué viene esto, y sí, puede ser lo que estás pensando.

—¿Cómo es posible que Adeline se parezca mucho a Sophia? Es casi idéntica, solo cambian algunas cosas. Es como si ella hubiera reencarnado en ella, y eso que no se ha convertido en loba todavía. Claro que tienes que saber que ella ya tiene a su loba en su interior.

Ella asiente.

—Muchas cosas no sabes, reina mía, pero tienes toda la razón. Ella tiene un parecido a Sophia, pero todo tiene una explicación. Sé que le falta madurar mucho y su poder está creciendo dentro de ella. No sé qué pasó exactamente esa noche, pero sé que parte de mi hija está en ella. No sé cómo, pero lo está.




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