"Tú eres fuerte, yo no."
Haley
Lilia llevaba puesto un vestido rojo que ajustado que resaltaba sus curvas, sus zapatos de tacón eran negros y traía su cabello negro suelto. Se veía hermosa.
Bajamos del auto y nos dirigimos a la casa de Dane, no era la primera vez que venía aquí ya que él acostumbraba a hacer fiestas.
Por fuera la casa tenía un aspecto sobrio, pero por dentro era lo contrario, la casa por dentro tenía una decoración con colores llamativos y muchos adornos en la sala lo que hacía que de un aspecto alegre, tenía dos pisos y en el segundo piso había seis habitaciones y dos baños. Sí, la casa era grande.
Entramos a la casa, ésta por dentro se encontraba llena de personas, unas bailando y otras bebiendo alcohol, dándome entender que lo que Lilia había dicho: "Sólo es una reunión", sólo había sido una táctica para que aceptara venir.
Nos acercamos a Alicia, una amiga de Lilia, se encontraba sentada en el sofá con un vaso de plástico que no sabía que contenía pero supuse que era una bebida alcohólica.
— ¡Hola, Alicia! —La saludó Lilia, mientras le daba un beso en la mejilla en forma de saludo.
—¡Hola!—Le devolvió el saludo. Luego me miró—Hola, Haley —Me saludó. Alicia era una chica muy amable, pero nunca la consideré como amiga. No sabía por qué.
—Hola.
—Creí que no vendrían, pero aquí están —dio un trago largo a su bebida—. ¿Quieren tomar algo? —nos preguntó.
Asentí como respuesta.
—Obvio —respondió Lilia riéndose.
Alicia se levantó del sofá y nos guió a la cocina, ésta se encontraba con algunas personas, de las cuales sólo pude reconocer a Maggie, Elián y Ashton; jugando algún juego en el sofá que conectaba con la sala.
Alicia sacó tres botellas de alcohol del refrigerador y las destapó.
—Toma —Me entregó una botella y la recibí.
No tomaba mucho ya que siempre terminada haciendo desastres y avergonzadome. Sin embargo, estaba dispuesta a desahogarme esta noche. Le di un trago largo.
Alicia le entregó una botella a Lilia, ella le dio un trago y luego su celular empezó a vibrar, lo contestó y salió de la cocina, salió por la puerta trasera que daba al jardín. Dejándome con Alicia.
—Oigan —La voz de Ashton hizo que lo miráramos Alicia y yo.
—Dime —contestó Alicia.
—¿Quieren jugar? —preguntó.
—¿Qué juegan? —pregunté.
—Yo nunca he —respondió—¿Vienen?
Antes de que pudiera responder Alicia habló:
—Claro —Le guiñó un ojo.
—Sí —contesté, aunque no estaba tan convencida.
Nos dirigimos hacia ellos, eran dos chicas y tres chicos, sin contar a Maggie, Elián y Ashton.
En el sofá había un espacio vacío entre Maggie y el rubio, me senté allí y pase con mucho cuidado para no tropezar o tumbar las botellas y vasos que se encontraban en el suelo. Alicia se sentó al frente de mí en un sofá quedando entre la chica castaña que estaba sentada en las piernas de Elián y Ashton.
Le dí un trago a mi botella.
—No te recomendaría que bebieras mucho —habló Ashton.
—¿Por qué? —pregunté.
—La última vez que lo hiciste no resultó muy bien —Me guiñó un ojo. Elián rió. Sentí mis mejillas arder—. Comenzamos —dijo mientras echaba alcohol a los vasos que estaba en el suelo y se los entregó a todos—. Yo nunca he sido infiel —Él bebió junto con el rubio que estaba sentado a mi lado, Maggie y el pelinegro que se encontraba al frente de mí.
—¿Haley? —dijo Ashton.
—¿Sí? —respondí.
—¿No vas a beber? —levantó una ceja y me dio una sonrisa perversa. Esto no podía estar pasando.
—No —dije con la voz firme, sin tratar de ocultar la molestia en mi voz.
—A mí me parece que sí una persona se besa con otra cuando está en una relación no se le considera fiel —atacó. Él era amigo de Ian y de Ashton.
—Pues, a mí me parece que este mundo está lleno de imbéciles como tú que se hacen los ciegos al no querer ver la realidad, pero no por eso voy a decir mierdas cuando se me pegue la puta gana —solté con rabia.
—Por lo menos digo la verdad y no me excusó tratando de que todos me miren con lástima —Lo miré con rabia.
Antes de que pudiera hablar el rubio intervino:
—Déjense de ridiculeces —dijo con hastío.
Me levanté, pero antes de salir de allí, dije:
—Es tu amigo después de todo —dije con una risa sarcástica.
Salí de allí y fui a la cocina a buscar alcohol ya que mi botella la había dejado en el mueble. Tomé un trago largo. La voz de Lilia hizo que me sobresaltara:
—¡Ey! —La miré—¿Vamos a bailar? —preguntó.
—Sí —acepté, sonriendo. Así trataría de olvidar lo que había ocurrido hace un momento.
Nos dirigimos al centro de la sala donde habían muchas personas bailando, manoseándose y bebiendo.
Me encontraba bailando con Lilia y por primera vez me sentí despreocupada. Tal vez eso se debía por el alcohol que había ingerido desde que había estado bailando, pero me sentía realmente bien.
—No me siento bien —dijo Lilia—, tengo ganas de vomitar —Una mueca de asco se formó en mi cara. ¿A quién no le da asco cuando alguien vomita?
Antes de que pudiera hablar Lilia salió corriendo hacia las escaleras, supuse que iría al baño a vomitar.
Dejé de bailar por lo cansada que estaba y porque me había empezado a marear. Creo que el alcohol estaba pasando factura.
Fui a la cocina y me senté en una silla cerrando los ojos, tratando de recuperar la estabilidad.
Me sentía peor y empecé a sudar así que fui al jardín para tomar aire fresco. Habían unas sillas vacías en la esquina, fui allí y me senté. Volví a cerrar los ojos y empecé a inhalar y exhalar para controlar mi respiración.
—¿Estás bien? —abrí mis ojos para ver de quien se trataba. Volteé y era Elián, se encontraba sentado a mi lado.