Cuando elevó su mirada, se encontró con la de ese hombre que la observaba con dulzura. Sin embargo, ella aún se sentía incómoda por lo que había encontrado en esa oficina: a él con su cuñada. No quería, en realidad, cargarse con la idea de que Céline estaba allí con intenciones claras de conquistarlo, aunque esa posibilidad no parecía muy lejana. La dama, más que interesada en sus sobrinos, parecía interesada en él, y eso ciertamente no le agradaba.
Le costaba reconocerse como una mujer celosa. En realidad, nunca se había considerado de esa manera. Al menos cuando salía con Forrest, se manejaba bajo la idea de que él debía darle su lugar, algo que claramente nunca hizo. Sabía bien que su relación con el perro infiel no se comparaba con la que tenía con Darcy, porque, aunque Forrest y ella fueran más afines en cuanto a niveles sociales, se veían tan poco que aquella interacción no parecía de pareja. En cambio, con Darcy lo veía todos los días, convivía con él, con su familia, en su casa, y eso se estaba convirtiendo en una especie de arma de doble filo que no le gustaba.
En el momento en que Darcy notó su ceño fruncido, se acercó a ella. Ambos esperaban a Chase, ya que el día había terminado. Un día que, al menos para los adolescentes, había sido especial porque disfrutaron de un momento único y hasta divertido. Cuando Darcy estuvo frente a ella, le elevó el mentón para mirarla a los ojos.
—¿Qué sucede? —preguntó Darcy con un tono delicado—. ¿Aún no me perdonas?
Ella solo suspiró, rozándole despacio el pecho.
—Ya te perdoné —respondió—, pero no quiero que vuelva a pasar.
Él sonrió con debilidad.
—La idea de que ella está aquí tratando de conquistarte no me deja tranquila —añadió ella.
La mano de Darcy fue más segura hasta terminar acunándole el rostro con la misma.
—No quiero llenarme de celos. Te dije que no me manejo bien con las inseguridades, pero ella es…
Ese suspiro que expulsó fue pesado.
—¿Es qué?
—Es hermosa, tiene clase. Posiblemente sepa desenvolverse en tus círculos sociales, si es que no lo ha hecho ya. Su apellido debe ser reconocido en otros lugares, y, aunque sea tu cuñada y sea extremadamente raro pensar que quiera algo contigo, puedo estar segura de que muchas personas la verían como la candidata perfecta para ti.
Darcy se acomodó mejor frente a ella y, al final, terminó acunándole el rostro con ambas manos, logrando que ella rozara las suyas con delicadeza.
—Bueno, esto no es un certamen ni una competencia. Créeme, hace mucho que la opinión del público, de mi círculo social, que, te aseguro, es muy pequeño, dejó de importarme —afirmó él con seguridad—. Céline no representa nada más que lo que la conecta con mis hijos, pero, para mí, como hombre, no es más que una mujer que, sinceramente, no me atrae.
Ella frunció el ceño.
—Pero es muy linda.
Él se encogió de hombros, como indicándole que no la veía de la misma manera.
—Yo veo linda a una preciosa curvilínea de ojos castaños —respondió él.
Ella pronto mordió su labio, mientras Darcy continuaba:
—Que tiene el cabello largo, mejillas bien redonditas y un trasero… —suspiró con pasión— que es divino para observar… y morder.
Thea abrió grandes ojos.
—Esa curvilínea que se viste con colores y estampados. Que me llamó señor máquina y ridículo el mismo día que la contraté —los dos sonrieron—. Que ama a mis hijos como pensé que nadie los amaría. Cuida de ellos con el mismo ímpetu que yo, y que, en un beso…
Con el pulgar, él rozó su labio inferior.
—Me hizo sentir de nuevo mi corazón, abriéndome una oportunidad para intentarlo. Con ella. Solo con ella.
—Qué lindo eres cuando me hablas así.
Fue la misma Thea quien lo tomó de la boca, perdida en las emociones y sentimientos que ese hombre había despertado en ella. Se colgó de su cuello, mientras las manos de Darcy pasaron de su rostro a su cintura. Fue el primer beso así de intenso, profundo y electrizante que se daban en esa casa, a la vista de todos. Bernardo, que salía de la cocina, se dio la vuelta, y los niños que iban bajando solo se miraron entre sí.
Millie volteó hacia atrás, viendo a su hermano Benny, quien hasta se quitó los lentes para limpiarlos. La jovencita solo sonrió al verlo y luego volteó cuando Chase suspiró de forma pesada.
—Parece que van realmente en serio —indicó el jovencito.
—Lo hacen. ¿No te agrada mi papá para ser el novio de tu hermana?
Él pareció pensarlo, pero luego la miró unos segundos.
—No es que no me agrade, pero mi papá y mi hermano Edison parecen estar preocupados por la seguridad de Thea —Millie escuchó con atención, pero se sentía confundida—. Ella es muy sensible. Es divertida, y sí, está un poco loca. Una vez la encontré bailando con una pared —la jovencita se puso a reír—, pero así como puede ser muy feliz, cuando se pone triste es algo muy profundo. No sucede tan seguido, pero cuando Thea se apaga un poco, el mundo se siente diferente, y creo que mi familia tiene miedo de eso.
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Editado: 17.01.2025