Sin una sola duda, él salió hacia donde las personas se habían reunido para auxiliar a la mujer herida. Con grandes ojos de impresión y sumo cuidado, se acercó a ella de rodillas, tomando el cuerpo inconsciente y con la sangre bajando por su sien en sus brazos. Miró al chofer, asustado y aturdido por las bolsas de aire, salir del vehículo, pidiendo disculpas, pero su mirada se posó en sus dos hijas, quienes al unísono pegaron un grito de completo dolor.
Ni Melisande ni Charlotte se pudieron quedar en esa esquina; sin pensarlo, fueron hacia donde su padre y buscaron cómo llamarla. Charlotte se tiró, llorando amargamente, sobre la panza de Dorothea, mientras Millie le tomó la mano llamándola, llorando sin control alguno, mientras la llamaba de nuevo. Entonces, se tiró a su pecho.
—Por favor, no, por favor no, no, no te vayas, no te vayas —rogó Millie—. ¡Si te amo, te amo, te amo! —La apretó más a su cuerpo—. Te amo, eres lo mejor que nos ha pasado, por favor, por favor, no te puedes ir, no me puedes dejar sola. ¡Thea, reacciona! Te pido que reacciones, papá… —miró a su padre, quien parecía no salir del shock.
La adolescente miró a Charlotte, apretándose a Dorothea, a las personas rodeando el accidente, y solo pudo tocarse el pecho, donde su agitada respiración la hizo negar. Pronto, el personal del hospital cercano salió con una camilla para auxiliar a la herida. Darcy la apretó a su cuerpo, como intentando retenerla contra su pecho, notando la sangre en el rostro que él rozó con delicadeza, las heridas en el pecho y ese pie que parecía doblado de manera anormal.
—Señor, señor, tenemos que moverla.
—Mi amor… —Darcy sollozó—. Mi amor, por favor, sálvenla, sálvenla. Mi Thea, no mi Thea.
El grupo de enfermeros se movió con suavidad, pero fueron las niñas las que lograron que Darcy se enfocara en la asistencia rápida de Dorothea. Tras limpiarse el rostro con los mismos dedos que habían tocado la sangre de Dorothea, se acercó a Charlotte y, de los hombros, la movió, cargándola.
La niña lloraba, rogaba por Dorothea, pero él buscó a su adolescente, quien negaba, acomodada en sus pantorrillas. Millie solo apretó la mano de Thea cuando la cargaron en la camilla. Se puso de pie para apretarse a la cintura de su padre, quien la rodeó por los hombros, viendo cómo la herida Dorothea, inconsciente por completo, fue trasladada al interior de emergencias.
—Papá, no la podemos perder, no podemos perderla —rogó Millie—. Por favor, por favor, sálvala, te ruego que la salves. Quiero decirle que la amo, quiero decirle que la quise desde el primer día y que gracias a ella me siento de nuevo especial. Necesito que se quede conmigo, por favor, papá, por favor.
Darcy no sentía ni su corazón, no tenía control de su mente, de sus pensamientos, recuerdos y palabras. No era así como imaginó que eso sucedería, solo quería alejarla de su lado unos días, el tiempo que le tomara reunir las pruebas suficientes para salvarla de un destino que sabía bien Dorothea no merecía, ni ella, ni su familia, y eso era la prisión. En ese punto, la culpa le apresaba las ideas y, cuando notó cómo Millie se zafó de su lado para ir hacia emergencias, no dudó en seguirla a ella, acariciándole la espalda a Charlotte, que seguía abrazada a él.
La policía, la misma que había llegado para apresar a Dorothea ante las denuncias de Isidora, salió a ver la escena del accidente. Quiso detener a Darcy, pero este ni se inmuto ante las órdenes de los dos oficiales.
—¡Thea! —el grito de Chase fue rápido, con él fue Meyris, y los enfermeros intentando detener a los jovencitos que buscaron cómo pasar con su hermana en la camilla—. ¡Es nuestra hermana, ella es nuestra hermana, tenemos que verla!
Darcy bajó a Charlotte, quien solo pudo buscar a Melisande y tuvo que retener a ese alterado Chase, que incluso se cuadró para irse con los puños con un enfermero. Les pidió que, por favor, dejaran atender a Dorothea, y llamaran cuanto antes a sus padres y hermano mayor, pero él solo pudo negar, viendo el cuerpo sin reacción de Dorothea que pasó hacia el mismo pasillo donde solo podía pasar el personal autorizado.
Ese hombre, sin corazón, sin ideas claras, solo con unos sentimientos angustiantes, pasó saliva. Miró a sus hijas llorando, a los hermanos de Dorothea alterados, haciendo llamadas y anunciando catástrofes. Su corazón latía agitado y, en ese momento, comprendió que habían dejado en soledad a Aurora. Negó, lo hizo varias veces, porque de pronto se supo un mal padre, un mal novio, un mal hombre en todos los aspectos.
Se llevó el cabello hacia atrás, tocándose el pecho. Se encontró con la mirada de Melisande, quien solo le negó a su padre, aunque pronto lo buscó para apretarse a él.
—Papá…
—Tranquila, mi amor, ya la van a atender, lo harán y ella estará bien, debe estar bien. No podemos perderla, no puedo perderla —su voz se quebró—. Millie, tu hermana, Aurora…
—La abuela llegó, dijo que quería ver a Benny y pasó a la habitación —él solo suspiró—. Luego me dijo que te fuera a buscar porque ya habías tardado mucho y ellas tenían cosas que hacer. Charlotte me siguió porque quería ir al baño y, en eso, al salir, vimos lo que pasó con Thea. ¿Qué le dijiste, papá? ¿Por qué se iba? ¿Qué sucedió?
Darcy solo pasó saliva.
—Cometí un error, hija, un grave error —respondió Darcy—. Por querer salvarla, terminé dañándola más de lo que pude haber imaginado, de lo que incluso pude haber previsto, pero esto no se quedará así, no puede quedarse así. —Se limpió el rostro y se acomodó ante su hija adolescente—. Ahora mismo, aunque sé que estamos mal, impresionados y con mucho miedo —ella asintió—, necesitamos unirnos, Melisande, como la familia Tulipán, fuertes y valientes, por Dorothea, porque la queremos en nuestras vidas, porque necesitamos que vuelva a casa. —Ella asintió con rapidez—. Manda al chofer a la casa y que por favor se traiga a Melani y otra empleada para que los atienda, buscare otra habitación del hospital para que se queden ahí, con los hermanos de Dorothea, y Aurora. —Millie poco entendía, pero asentía ante las indicaciones de su padre—. Y por nada del mundo, escuches lo que escuches, intervengas, ¿sí?
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Editado: 14.01.2025