El deseo de Sarah

CAPITULO 13 SARAH

Hoy ha sido un día muy tranquilo, pero me siento muy cansada, necesito un descanso por qué estoy trabajando mucho, mi celular suena, sonrió por qué es Madison, quedamos en reunirnos el fin de semana que tiene libre, no sé qué se trae con su jefe, pero lo que sea ya me lo contara el día de mañana.

Decido llevarme comida del restaurante, no tengo ganas de hacer cena, subo a mi coche con la bolsa de comida, también llevo mi bebida, como estoy todo el tiempo en el restaurante, no tengo muchas cosas en el refri, pero ahora que Madi irá a casa, iré mañana al súper, para atender a mi nueva amiga, nunca he sido tan amiguera, pero Madi significa mucho para mí siento que somos muy parecidas sin contar que estamos en esta ciudad solas.

Cuando llego a casa recibo un mensaje de Flavio, después de la última llamada hablamos y mensajeamos seguido, no quiero ilusionarme, no quiero que desaparezca de nuevo y me rompa el corazón 

—hola Flavio

—hola Sarah, ¿cómo estás?     

—estoy bien gracias, ¿y tú?

—también lo estoy, voy saliendo del trabajo, ¿podemos vernos?

No sé qué decirle, no es que no quiera verlo, desde que volvió a aparecer en mi vida, todo ha sido muy confuso, por mucho tiempo lo borre de mis recuerdos.

—oye Sarah, sé que no soy de tu gracia por lo que te hice, sé perfectamente lo que hice, pero déjame remediar aunque sea un poco ese error.

—está bien, podemos vernos en una hora, voy llegando a casa.

—si está bien en una hora nos vemos, gracias Sarah, en verdad gracias.

Cuelgo la llamada, me bajo del coche, tengo muy poco tiempo, antes de que se me olvide le envió mi dirección un poco insegura que Flavio sepa donde vivo.

 

Decido ponerme un vestido que compre recientemente en una boutique cerca del restaurante, es un vestido pegado al cuerpo, mis nalgas resaltan mucho, y mis pechos aunque no son grandes, pero están en su sitio, buscó unas zapatillas a juego con el vestido, me dejo el cabello suelto, un poco de maquillaje, por qué solo tengo cinco minutos para estar completamente lista, no quiero mantener por mucho tiempo a Flavio en mi hogar.

 

Me veo en el espejo que está justo en la entrada de casa, el vestido me queda genial, en definitiva fue una gran compra, solo espero que Flavio llegue ya lleva diez minutos de retraso, por mientras pongo en mi celular músico para distraerme, pero no lo consigo, no dejo de pensar que esto fue un error, no debí aceptar ver a Flavio, ¿Y si me vuelve hacer lo mismo? 

Suena el timbre, tomo mi bolso y abro la puerta, parado se encuentra Flavio muy guapo y huele delicioso, supongo que se fue a bañar a su casa por qué viene recién bañado.

—hola Sarah —me saluda mientras me ve de pies a cabeza.

—hola Flavio.

—estás muy linda, siempre lo has estado para ser honesto.

—gracias —digo tímidamente, y puedo jurar que hasta sonrojada estoy, pero Flavio no dice nada al respecto.

—vamos te llevaré a cenar.

—espero no sea mi restaurante, por qué estoy todo el día haya —bromeo.

—no te preocupes, te llevaré a otro lugar, lo prometo.

 

Flavio abre la puerta para mí y luego él sube y salimos de mi casa, al principio ninguno de los dos dice nada, pero pasando unos minutos Flavio empieza la conversación.

—¿te gusta la comida italiana?

—sí, mucho.

—hay un restaurante muy bueno por aquí cercas.

—no he tenido el tiempo para conocer la ciudad.

—si me dejas puedo ser tu guía turística

—¿cuánto tiempo tienes viviendo a aquí?

—en realidad no vivo aquí, solo vengo por temporadas o cuando mi primo me necesita

—oh, ¿pensé que vivías aquí? —no sé si mi voz a sonada decepcionada, pero Flavio sonríe

—no, vivo en san luis con mi papá.

 

Suena el celular de Flavio sin querer volteo donde está, puedo ver el nombre es el de una mujer, ¿quién será carolina?

Flavio se tensa, lo puedo ver, él también ha visto el celular, que ya ha dejado de sonar, pero vuelve a sonar 

esta vez lo toma y contesta.

—¿qué?

No escucho lo que la persona le dice.

—no sé cuando volveré, segurante pasara tiempo — está bien te aviso 

de repente me pongo incómoda, tiene novia y no me lo dijo

—estamos por llegar, atienden rápido — me comenta

yo solo asiento, antes pensaba que era mala idea salir otra vez con él, ahora lo confirmo 

ya estamos en el restaurante, el mesero muy amable nos ha tomado el pedido, Flavio se mantiene en silencio y yo no sé qué conversación sacar,

—¿cómo está tu papá? —decido preguntarle eso

—está bien, trabajando mucho, trabaja con el tío Orestes, son hermanos gemelos.

—por eso te pareces mucho a él, lo pude ver el día que lo conocí en el restaurante

—si Orestes y yo nos parecemos mucho solo tenemos un poco diferentes los ojos, y la edad no es tanta, si nos han confundido las personas que no nos conocen bien 

empezamos hablar de diferentes cosas, la cena fue amena, hasta que su celular volvió a sonar, Flavio abre la notificación para ver quien es, una foto se la ha enviado una chica.

—¿es tu novia? —no quería preguntar, pero mi subconsciente me ha ganado.

—no, lo era, pero ya no lo es

—¿terminaste con ella?

—si terminamos hace poco

—Deberíamos irnos ya es noche y mañana trabajo desde temprano.

—Pediré la cuenta, entonces —le hace señas al mesero pidiendo la cuenta.

El celular de Flavio sigue sonando.

—Disculpa Sarah — se levanta para ir a contestar.

Lo puedo ver de lejos, no está feliz con la llamada, está tenso y por su movimiento está hablando molesto.

El mesero llega con la cuenta, le doy mi tarjeta para que se cobre, no sé cuanto se tarde en regresar Flavio y no quiero hacer esperar al mesero.

Flavio vuelve cinco minutos después, se percata de que ya he pagado la cuenta. Me voltea ver de inmediato




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.