El deseo de Sarah

CAPITULO 40 FLAVIO (PRESENTE)

Estaba intentando consolar y tanquilizar a Amaia, no puedo creer que alguien se haya atrevido a sacarlo y sobre todo por una estupides como esta. 

—hola Flavio

Escucho la voz y no necesito voltear para saber quién es, Carolina llega hasta donde estamos Amaia y yo.
—hola querido.
Carolina se me ha echado  encima, a pesar que estoy sentado su cuerpo está sobre el mío.
Me la quito de encima lo más rápido que puedo.
—que gusto me da encontrarte Flavio. —ella sonríe
—hola carolina— no digo más.
—¿Que haces aquí? ¿Necesitas atención médica? —oh dios yo puedo atenderte —me dice casi sin tomar aire.
Miro Amaia de reojo si semblante no me gusta y la forma en la que mira a Carolina tampoco.
—estoy bien, es la hija de mi novia la que está ingresada.
No sé si Carolina había visto a Amaia pero ahora la está mirando.
—¡ah la borracha! —susurra
—no es borracha, y esto es totalmente injusto— Amaia protesta.
Carolina la mira con indiferencia y se vuelve a dirigir a mi.
—¿Podemos ir a tomar algo y platicar?, tenemos tanto tiempo sin vernos pero mírate sigues estando igual de guapo como siempre.
—no, no puede ir a tomar nada contigo, no vez que está aquí conmigo — la voz de Amaia se escucha fuerte por la sala de emergencia.
La miro, ella no me mira A mí por qué está viendo a Carolina, las dos se están viendo, se que lo que diré se escuchará mal pero Amaia celosa me gusta, me gusta más de lo que debería.
—lo siento Carolina pero estoy con mi novia y la verdad no quiero ser grosero contigo pero no quiero tomar nada contigo no tenemos nada que ver.
—te di muchos años de mi vida y me dejaste casi en el altar — me contesta.
En el altar por dios que ni le di el anillo, solo me aleje cuando empezó hablar de formalidades, hice mal en aquella ocasión no hablarle con la verdad, pero ya no soy ese hombre, y nunca más quiero volver a serlo, Amaia se decepcionaría si conoce al hombre que fui.
— lo siento por qué en el momento no fui claro contigo Carolina pero tú y yo simplemente no hubiéramos llegado a nada, y nunca te pedí que te casarás conmigo.
—pero Flavio
—disculpa Carolina iremos hablar con el director por lo que le acabas de hacer a Amaia.
Tomo de la mano a Amaia y caminamos dejando atrás a Carolina y a Oliver, ese es otro tema que quiero hablar con Amaia, quiero a Oliver es mi amigo desde hace tiempo pero no estoy de acuerdo que se sienta con el derecho de meterse en nuestra recién relación, se que es el hermano de su difunto esposo pero no le voy a permitir que me diga que puedo hacer o no con Amaia, se que la quiere proteger pero yo no soy su enemigo y me decepciona que me conoce y dude de mi.
Preguntando hemos llegado a la oficina del director del hospital, por suerte es el padre de un buen amigo de Orestes y doctor de cabecera de sus hijos y los mios así que al reconocer el apellido nos ha pasado de inmediato.

—hola buenas noches ¿A qué le debo su visita? —nos habla amablemente 
—buenas noches doctor Castillo, lamento tener que molestarlo.
—no es molestia, ¿Cómo esta tu primo?
—esta muy bien gracias por preguntar
—saludado de mi parte, hace mucho que no lo veo, se que lleva  a consulta a sus hijos con el mío.
—claro de su parte, gracias por atendernos, vera mi novia y yo estábamos en el un bar junto con mi primo y algunos amigos, pero la hija de ella ha Sido ingresada y la han sacado por qué según está ebria pero ya verás tu qué no lo está, solo se ha tomado dos.

El doctor Castillo, mira a Amaia está tranquila mientras hablo.

—ya veo ¿dime quién es el personal que te saco?

—Carolina...

—oh Carolina ,—el doctor se lleva las manos a la cara sin disimulo.

—ella ha Sido muy molesta —Amaia decide hablar.

—lamento esto señora, la doctora Carolina ha tenido muchas quejas, por desgracia es hija de un prestigioso colega a si que eso me ha detenido en despedirla, pero ustedes no se preocupen ya ordenare que pueda pasar a estar con su hija.

—muchas gracias doctor en verdad se lo agradezco.

 

 

Volvimos a la sala de espera, en cuanto llegamos Amaia vuelve a entrar, El padre de Oliver ya está aquí, y converso un poco con el, Oliver está en la otra parte de la sala con la novia a mi parecer están discutiendo discretamente, no se por que esa chica no me cae bien, desde que le dijo aquellas palabras a Amaia, su presencia me incomoda.

—Maia es una niña muy fuerte, ya pronto la darán de alta —el padre de Oliver dice.

—ya veras que si sale, mis tres hijos ya han pasado por infecciones estomacales —lo conforto.

—oh si Oliver nos dijo que tienes tres pequeños niños.

—si una niña y dos niños.

—eres un excelente padre, cuidas bien de tus hijos no es fácil ya sabes 

Se ha lo que se refiere, a si que solo asiento.

— a si que que tú y Amaia están juntos.

Hablar con el padre de su difunto marido es un poco incómodo para mí pero entiendo que son parte de la vida de Amaia y siempre van a estar por qué Maia es su familia.

—se que no es el lugar para hablar pero solo quería decirte que Amaia es un amor de chica, la mejor siempre ha Sido Haci y también la mejor madre, mi mujer y yo estamos agradecidos que nos permita pasar tanto tiempo con nuestra nieta, y que nos tenga la confianza que nos tiene para cuidarla, y nos da muchos gusto que vuelva a rehacer su vida más que nadie se lo merece, y quiero que sepas que si avanza lo de ustedes tendrás una espacio en nuestra familia.

—agradezco sus palabras...

Intentaba decir más, pero Amaia sale por la puerta de urgencias con Maia en brazos y su suegra atrás de ella, su suegro corre a su encuentro y besa con cariño a la niña que está un poco soñolienta.

—¿Que te han dicho? —pregunta Oliver que también se acercó.

—esta bien solo tenemos que cuidar su alimentación y darle el medicamento a sus horas en unos días estará bien.—Amaia de ve más tranquila que cuando entro.




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