El día que te conocí

Capítulo 018 "Bombón"

Miércoles, 13 de junio. 2018

Mis ojos arden, mi cuerpo se siente ligero en el agua de la bañera, siento mi pulso martillar fuertemente, parpadeo rápidamente intentando alejar las lágrimas que han comenzado a formarse en mis ojos, pero me es imposible, el nudo en mi garganta hace que me cueste respirar, y siento que duele, todo duele.

Han pasado dos días desde que definitivamente mi padre se ha mudado con nosotras, Terry estaba a la defensiva pero papá ha logrado ganarse su confianza a base de juegos,  mi madre ha estado monótona, no se ve feliz pero tampoco triste

Sé que este cambio costará, más a mis padres, pero por los momentos creo que es lo mejor para Terry tener una figura paterna

En cuanto a Ilan cada hora, cada minuto y cada segundo que pásame doy cuenta que será más difícil alejarnos, el trato sigue en pie y espero que él y yo nos volvamos a unir en un futuro, que el destino se encargue de unirnos de nuevo

Ilan es mi talón de Aquiles, es esa persona que sé con certeza que si nos conseguimos diez años después seguiría dándome todas estas mariposas en el estómago, e incluso si estoy con alguien y eso me aterra

Salgo de la bañera, un poco de agua se derrama en el proceso, cojo mi albornoz y mi envuelvo en él, quito el tapón de la bañera y empieza a desaguarse

Camino hasta el lava manos, mi reflejo aparece en el espejo, una yo con ojos enrojecidos debido al llanto, ojeras que se empiezan a notar más, piel pálida con pequeñas y casi imperceptibles motas cafés cubriendo la nariz y unas cuantas en las mejillas

Empiezo a peinarme, al terminar salgo del baño buscando que ponerme. Unos jeans, una franela de rayas, me coloco mis vans, y estoy lista, escucho el tono de llamada de mi teléfono y como loca empiezo a buscarlo por el desastre de mi habitación

— ¿Hola?

—Hola niña bonita ¿Ya estás lista?—Mi corazón da un vuelco al escuchar su voz

—Sí, estaba tomando mis cosas, ¿Estás abajo?

—Sí, estoy en el pórtico

—Ya voy para allá

—Aquí espero, Mess

Finalizó la llamada, tomo mi bolso y las llaves de a casa, bajo hasta llegar a la sala y caminar a la puerta, cuando la abro Ilan aparece en mi campo de visión, su vista que esta puesta en su teléfono se dirige hacia mí, esboza una cálida sonrisa que no hace más que derretirme de ternura

Va vestido con unos jeans negros y una franela gris, una chaqueta de cuero marrón, rápidamente Ilan se acerca a mí y colocando una mano en la parte posterior de mí cuello me acerca a sus labios, en un beso arrebatador y lento

Su lengua se abre paso en mi boca y su mano libre viaja a mi cintura, nuestras lenguas danzan a un ritmo lento y seductor, sus dientes constantemente rozan mi labio inferior, mis manos van a su cabello repartiendo suaves caricias, entonces por unos segundos nos separamos sus ojos mirando intensamente los míos vuelven a cerrarse cuando se acerca de nuevo y me vuelve a besar, está vez más rápido, más caliente

Cristo en muletas, siento mis cachetes hirviendo

La mano aprieta mi cintura enviando una oleada de deseo por mi cuerpo, haciendo que me estremezca, su lengua delinea mi labio inferior antes de introducirse en mi boca, el beso empieza a descontrolarse, mi respiración y la suya son un caos, entonces antes de separarse tira de mi labio con sus dientes

Cuando abro mis ojos él ya me está mirando con una sonrisa gigante en su rostro

—Quita esa sonrisa arrogante de tu cara—Digo—, Vámonos si seguimos aquí creo que nunca nos iremos

No dejo que responda, tomo su mano y nos encamino a su auto que ni siquiera movió de en frente de su casa, él desbloquea las puertas y suelta mi mano para entrar al auto, yo hago lo mismo, cuando estamos adentro él me observa, y suelta una risita

— ¿Qué es gracioso?—Cuestiono divertida por su repentina risa

Él se inclina hacia mí y noto la indirecta por lo que dejo un casto beso en sus labios, su mano ahueca mi cara y su pulgar roza mis labios

—Se te han enrojecido mucho los labios y eso lo hice yo, es una perdición, ahora quiero besarte hasta que el mundo se acabe—Un escalofrío me recorre, mientras él sigue acariciando mi labio, ni siquiera me mira, solo mira mis labios

Entonces su mirada se conecta con la mía

—Eres preciosa, Mess, siento que mi corazón se sale de mi pecho cuando te veo, siento que voluntariamente se entrega a ti—Sus palabras causan un remolino de emociones, siento mis mejillas calentarse—. Estás roja

— ¡ILAN!—Exclamo y siento como mis orejas se calientan y él empieza a reír, sin más enciende el auto

 

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—Mamá—La llamo desde el marco de la puerta de su oficina

—Oh, hola cariño ¿Qué tal el colegio?—Ella sube la mirada de su ordenador para enfocarse en mí




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