Tus anchos ojos son la luz que tengo de las constelaciones derrotadas, tu piel palpita como los caminos que recorre en la lluvia el meteoro
—Pablo Neruda
A donde tú quieras… ¿A dónde quiero llegar? ¿A dónde no quiero llegar?
No lo sé, no sé a dónde quiero llegar.
Observo fijamente a Ilan, quien al igual que yo tiene la respiración agitada.
Mentiría si no dijera que he pensado sobre este momento muchas veces, siempre me han metido en la cabeza que este momento debe darse con una persona especial, y aunque no crea del todo que es así, si creo que Ilan es mi persona especial, pero justo ahora tengo miedo, mucho miedo, mi cuerpo ha empezado a temblar, mis manos están frías, él parece notar mi miedo, por lo que me da una pequeña sonrisa, toma mis temblorosas y frías manos con las suyas, colocándolas en su desnudo pecho, sintiendo los acelerados latidos de su corazón. Sus ojos son dos gemas preciosas que a pesar de que no hay mucha luz, pueden verse brillosas, preciosas.
—Yo también estoy aterrado, por todo esto que siento, James—Habla en tono bajo—. No es la primera vez que beso, que toco, que experimento, pero contigo todo es diferente…, completamente diferente, todo es más intenso y me hace sentir aterrado
En este momento me doy cuenta que no hay duda alguna, quiero llegar a muchas cosas con Ilan, pero nuestro tiempo es contado.
Me atrevo a decir que Ilan es mi irrefutable amor, ese que perdurara toda la vida, y sé que si lo volviera a ver… Los nervios me atacarían
Sí, estoy aterrada, pero mirando a sus ojos noto que él también lo está, que no soy la única que esta abrumada con este chorro de sentimientos fluyendo en mí.
Ilan es mi chico, podrán decir que soy una niñata que aun no sabe que es el amor, pero creo que se equivocan, quiero y amo a Ilan, con cada latido de mi corazón, no moriría por él… Viviría por él que es aun más difícil.
Los latidos de Ilan siguen siendo descontrolados y fuertes contra su caja torácica, entonces me acorto la distancia, uniendo mis labios con los suyos en un beso dulce.
—Ya sé a dónde quiero llegar…
— ¿A dónde?—Susurra algo embelesado por el beso, que tierno.
—Ya lo verás—Intento sonar seductora pero creo que fracaso…, o eso pensaba antes de jadear por el beso arrebatador que me está dando Ilan, incluso me cuesta seguirle el ritmo, sus manos bajan por mi cintura pasando por mi trasero y más abajo, captando la indirecta me dejo alzar sin dejar de besarlo enredo mis piernas alrededor de sus caderas, él empieza a caminar supongo que a la cama, estoy muy distraída en el beso como para prestar atención a esto.
Mientras una de sus manos aprieta mi trasero, la otra sube por mi abdomen dejando un rastro de caricia que hace que me estremezca, ahora su mano sostiene uno de mis senos desnudos y le da atención a mis erguidos pezones. Muerdo su labio inferior haciendo que él suelte un suspiro.
Mi espalda toca el colchón, pero mis labios nunca abandonan los suyos, sus manos tocan todo a su paso, entonces se detienen en el botón de mi short de jean, él empieza a darme cortos besos en los labios antes de observarme
— ¿Estás segura de esto, James? No quiero que te sientas presionada, menos que sientas que te estoy obli…—Lo beso, callando todo lo que tuviera para decir, cuando me separo le sonrío, y sin dejar de mirarlo bajo mis manos hasta llegar al botón del short rosando con sus manos lo desabrocho, bajando la bragueta.
Él recibe la señal por lo que me despoja de la corta prenda dejándome en mis pequeñas bragas de color rosa, su sonrisa se ensancha, y con sus dedos juega con el borde de encaje antes de besarme. La mezcla entre el roce de sus dedos contra mi sensible piel, y su lengua danzando con la mía me hace sentir que todo arde, es algo de una manera tan inefable, primera vez en mi vida que siento esta intensidad.
Su dedo delinea el borde superior de mi braga rosando intencionalmente con mi piel, haciendo que mi piel se erice, él me sonríe dándome una mirada realmente seductora.
Agreguen algo a la lista de Ilan Howland, es extremadamente caliente
— ¿Te he dicho hoy que eres preciosa, Mess?
Niego con la cabeza
—Eres preciosa, eres mi niña bonita y te amo, te amo tanto—Dice bajando el tono, haciendo que su voz suene más grave, estoy realmente cerca de perder la cordura, siento una presión en mi pecho y me pregunto qué tan bueno hice para merecer a Ilan.
—Te amo, Ilan—Susurro, antes de que él vuelva a unir sus labios con los míos, el pantalón de chándal sale del cuerpo de Ilan dejándolo en un bóxer ajustado gris que muestra totalmente su excitación.
Sus labios barren los míos, mi cuerpo ansia su toque, y es que en este punto ya no necesito filtros, este es mi momento, nuestro momento, estoy en una gran burbuja de realidad, en donde solo somos él y yo, tengo miedo, porque sé que pronto explotará.
Sin dejar de besarme los dedos de Ilan juegan de nuevo con el borde de mis bragas, es entonces cuando lentamente el mete su mano en mi intimidad, presionando un poco hace que me remueva por la sensación que esto produce, es entonces cuando sus labios empiezan a hacer un recorrido de besos por mi barbilla pasando por mi cuello donde mordisquea un poco haciendo que suspire. Sus labios siguen bajando entonces toman una de las cimas de mis pechos enviando intenso placer por todo mi cuerpo, sus dedos empiezan a moverse haciendo que realmente pierda la cordura, entre los círculos que hace con sus dedos y la atención que les da a mis pechos.