La vista de su casa era impresionante.
Su casa quedaba junto al lago Nahuel Huapi, más o menos unos 30 metros de distancia; la belleza del lago era algo por la cuál el vivía para admirar. Su color, su transparencia, y el reflejo de las montañas en ella no podía dejar de mirarla. A Tyler siempre le han gustado las montañas, les parecía algo interesante y hermoso. Eran enormes y no estaban en cualquier lado.
En su anterior casa no tenía tal vista, él salía y veía a su vecino del frente. La persona más insoportable del mundo. No piensa que está mal, a algunas personas les gusta ésas clases de vista supongo, y vivir en una ciudad donde habita demasiadas personas, y no haya tanta naturaleza cerca pero bueno, él decidió esto y esto tiene ahora.
Había llegado el día anterior a la tarde. El vuelo estuvo bien pero era cansador, llegó y durmió hasta la madrugada, luego se levantó, y volvió a dormir. Estaba muy cansado. El cambio de horario afectaba muchisímo. Todo le estaba cayendo de golpe, y se sentía algo emocionado. Se ponía a pensar qué rayos hacía allí; en un país diferente. Porque no se encontraba en Inglaterra, ya no, se encontraba en Argentina. Siempre ha escuchado cosas positivas del país, como también cosas negativas pero supongo que era algo para debatir.
No quita que Argentina tenga muchas bellezas, y muchas cosas importantes que otro país no tienen. Es más, los escritores más importantes de Argentina es algo que Tyler admiraba demasiado; Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Rodolfo Walsh, Silvina Ocampo, y demás. Y cabe destacar que allí se encontraba las cataratas del Iguazú. Tyler algún día admiraría eso de cerca, seguramente sería su lugar favorito. Siempre quiso verlo pero ahora también estaba rodeado de belleza.
Esa mañana, a las 9:35 a.m su madre llamó. Se la escuchaba entre emocionada, preocupada, y un poco sensible. Su madre siempre era un poco sensible al parecer.
"¿El vuelo estuvo bien?"
"Sí, mamá." sonrió aunque ella no pudiera verlo. Tyler hace años no vivía con ella. Por suerte, su madre toda la vida ha trabajado bien, y pudo regalarle la casa para sus 18 años, comenzó a estudiar, a los 22 años comenzó a trabajar y mucho. Era solo, y comenzó a ahorrar, todo lo que podía. Su madre lo ayudó, y pudo tener todo lo que hoy en día tiene. Todo es por ella. Siempre será por ella. "Estuvo bien el vuelo. Hace mucho tiempo no viajaba en avión. Parecía como la primera vez."
"Recuerdo cuando habíamos ido a Italia cuando tenías quince años, había sido una experiencia increíble."
"Fue lo mejor que hice en toda mi vida."
"Me alegro mucho que te haya gustado. Te extraño."
"Mamá..."
"Te extraño, mi niño. Estás demasiado lejos ahora."
"Lo sé pero volveré a visitarte algún día. Jamás me tendrás demasiado lejos." dijo. "También te extraño."
"Te dejo, Ty. Ten un lindo día, y llamáme cuando gustes. Te amo."
"Y yo a ti."
Tomó un café. Realmente desayunaría en otro lado pero debía limpiar un poco, si no lo hacía ahora no lo haría nunca literalmente. En realidad no había que limpiar mucho porque la casa estaba impecable pero se refería a ordenar más que nada y lustrar un poco las cosas. Comenzó por abajo, la cocina, la sala de estar, limpió los ventanales que daban una vista hermosa, luego arriba, su habitación, el baño, y limpiando unos estantes del pasillo de arriba se quedó mirando algo; el ático. Tuvo que traer un banquito pequeño para alcanzar la bolilla con el hilo y atraerla hacia él. De allí salió una escalera.
"Me siento en una película de terror." dijo en voz baja un poco asustado. Se sintió tonto por estar asustado.
Cuando subió se encontró con una pequeña ventaba redonda mediana que daba justo al lago, algunas cajas, y un poco de polvo. Bajó rápidamente para buscar las cosas y limpiar, y cuando volvió a subir empezó a sacar un poco de polvo. Moviendo cajas de aquí para allá, obviamente las empezó a abrir.
Una caja decía «Libros 1995», y estaba llenísimo de viejos libros. Luego en otra caja había cassettes de alguna que otra banda famosa, luego discos, papeles de hace años, planos de la casa de cuándo la empezaron a construir, y mapas, pero en otra caja, o más bien una cajita ,porque era más pequeña que las demás, había un diario. De cuero marrón, parecía viejo y tenía manchas, polvo, y cuando Tyler volteó el diario, abajo en la punta izquierda había un nombre grabado: Emily Walker.
Tyler no dudó en desabrochar el diario para abrirlo, había hojas escritas con una caligrafía divina y las hojas parecía un poco manchadas con quién sabe qué. Sin darse cuenta se sentó en el suelo abriendo la primera página del diario.
El silencio es un amigo que jamás traiciona - Confucio.
Abrió la segunda página.
2009
Soy Emily Walker. Tengo 16 años. Vivo en Argentina desde hace tres años. Me gusta.
Quiero sanar; ese es mi principal objetivo. Sanar. No me gusta que me duelan las cosas, no me gusta que me golpeen, no me gusta llorar, no me gusta sentir que mi pecho se oprime y tampoco me gusta callar pero el silencio ha sido mi amigo por mucho tiempo y jamás me falló.
Esto ha sido un poco difícil desde que estamos viviendo aquí. La vista puede ser bella pero aún así no cura mi dolor. El dolor que siento de pensar en lo que me pasa. Cada vez que paro en la realidad y caigo en que nada es como yo quisiera que fuera.
Me duele y lloro. Lloro por mí porque me duele cambiar. No es fácil. Nada es fácil.
Ni siquiera sé por qué escribo esto. Estoy muy triste.
Necesito un abrazo.