El Diario de Emily Walker

10. Por ti sí.

Pasaron los días. Miriam había llegado, visitó a Emily durante tres días y así... se marchó porque debía volver a trabajar y además... no tenía el dinero suficiente. Tyler la ayudó mucho pero ella ya no quiso. Le agradeció con alma y cuerpo a el castaño. Le dijo que era una buena persona, un buen chico, y con un corazón de oro. Y dijo:"Qué bueno que Emily te encontró."

Él encontró a Emily.

Emily debía quedarse unos días internada. Y está bien porque tenía que recuperarse sí o sí. Tyler dejó a la pareja en su casa por una cuestión que debían irse también. La familia de ellos iban a visitarlos y no podían quedarse. Tyler durmió una noche en su casa, pero constantemente llamaba a Emily. Ella no entendía tal preocupación. Pero bueno. 

Ellos estuvieron hablando mucho, la castaña ha entendido que no debía hacerse daño en el cuerpo. Que lastimarse no era una solución. Si ella seguía haciéndose daño, nunca iba a sanar. Tyler pudo conocer más a Emily, y viceversa. Hasta ahora su relación iba bien, digamos. El castaño no quería dejarla sola mucho tiempo porque tenía miedo que se hiciera daño pero los médicos la controlaban un poco.

Esa misma noche que Tyler no estuvo allí, y que estuvo en su casa; llamó a Emily a más ocho de la noche.

"Mañana iré temprano."

"Puedo cuidarme sola."

"No." dijo. "Es decir, no. No puedes estar sola. No digo... o sea, estás recuperándote. Necesitas apoyo."

"Me gustaría saber por qué te preocupas tanto. Todavía no me dás una respuesta, ¿sabes?"

"No sé responderla."

"Has pasado días y días buscándome. Ni siquiera pudiste disfrutar de tu nueva casa, de tu nueva ciudad y tu nuevo país. Estás perdiendo tu tiempo."

"Me voy a enojar."

"Es la verdad."

"No." dijo enojado. "No es la verdad. Deja de decir eso. Tú, mi madre, mi amigo, y todos, no me importa si estoy perdiendo el tiempo, cosa que no hago, porque me preocupa. A mí me importa. Siento que tal vez alguien hubiera hecho lo mismo por mí. Y si no es así, tampoco me importa. Ahora estoy aquí para ti. No me gusta y me entristece todo lo que has pasado. No te tengo lástima, ya lo dije. Sólo me importas. Me importa lo que te pasa. Me preocupa. ¿Está claro? Duérmete."

"Qué rudo." 

"Hablo en serio." resopló. "Deja de preguntarte por qué hago esto. Está bien si no te conocía, pero pude hacerlo a través de otras personas y ahora lo hago. Es suficiente para preocuparme. ¿Tú no harías lo mismo por alguien que está roto?"

"Por ti sí."

"Hablo de otras personas."

"Lo pensaría..." 

"Emi..."

"Bueno sí. Listo. Está bien. Te veo mañana." dijo ella. "Descansa."

"Descansa, Emi."

Y colgó. Al otro día estaba todo bien. Algunos resultados que el médico le había explicado a Tyler, salieron bien. Emily dentro de cuatro días podía volver a casa. A su casa. Allí. En Zapala. Iba a poder estar tranquilq, en paz, viendo televisión y tomando café. Solamente... había un problema; Tyler no quería alejarse. El castaño era como una garrapata literalmente, no sabía bien que le sucedía pero bueno. No importa, era así cuando le importaba alguien. Así que Tyler cuatro días antes; habló con Emily. A solas.

"¿Puedo pasar?"

"Ya pasaste." dijo Emily incorporándose y dejando el jugo exprimido de naranja junto a su camilla. "¿Estás bien?"

"Algo." dijo. "Necesito hablar contigo."

"Tyler, ¿dónde estuviste durmiendo éstos días? Olvidé de preguntarte."

"En tu casa." dijo obvio. "¿Dónde más?"

"¿Quién te dio permiso?" le arrojó una almohada blanca. Tyler la atrapó sonriendo.

"Hey, de verdad, necesito hablar contigo."

"Empieza."

"¿Irás a vivir sola cuando salgas de aquí?"

"Sí... ¿por qué? Es decir, dónde estás tú ahora. No veo el problema."

"Lo sé. Solam-"

"Tyler. Creo que de verdad no quieres dejarme sola y no confías en mí como para que yo pueda superarlo."

"Sí, lo hago." asintió. "Hace dos semanas estás aquí. Todos los días vengo a estar contigo. Confío en ti. Lo sé. Solamente no me parece que puedas estar sola. ¿Y si tienes una recaída o algo así? ¿A quién vas a llamar a las tres de la mañana si te acuerdas de algo y quieres llorar?"

"A ti." rió poquito. "¿Vendrías por mí? ¿Viajarías cuatro horas y media para que deje de llorar?"

"Sí." Y lo decía en serio. Fue increíble. "Sí. Lo haría."

Emily lo quedó mirando una vez más. Y por unos largos e infinitos segundos. Bajó la mirada, parecía más tímida de lo que era. Parecía nerviosa. "Estaré bien."

"No quería hacer esto pero no tengo miedo de hacerlo." dijo Tyler. "Ven conmigo. Ven a Bariloche. Yo puedo cuidarte bien, y que no estés así."

No sabía bien lo que estaba diciendo pero sabía que lo decía de verdad.

Ella subió la mirada y clavó sus ojos en Tyler. "No puedo volver a esa casa. Me hace mal. Está algo vieja, o sea... no puedo. No puedo, y basta."

"Ok." Tyler no iba a discutirle eso. Tenía razón. La casa le hacía traer recuerdos horribles. "Estás en todo tu derecho. Te trae recuerdos horribles. Eso no lo había pensando."

"Es qu-"

"Voy a vivir aquí contigo." 



#3381 en Otros
#881 en Relatos cortos
#1151 en Thriller
#444 en Suspenso

En el texto hay: dolor, misterio amor, suspenso amor

Editado: 25.01.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.