El Diario De Rem

Entrada 02 – "Los amigos no duran, pero los sueños sí"

Nunca tuve muchos amigos. Y los pocos que hice, no duraban.

Mi papá tenía un trabajo que nos obligaba a mudarnos constantemente. A veces seis meses. A veces un año. Muy rara vez, dos. Nunca era seguro. Y cuando no sabes cuánto tiempo vas a quedarte, aprendes a no soltar raíces. Aprendes a no encariñarte.

Al principio, dolía. Dejaba cosas atrás, personas. Me despedía con lágrimas. Pero con el tiempo… dejé de llorar. Y más tarde, dejé de saludar. Después, simplemente dejé de acercarme.

Mis padres eran muy tradicionales. Me enseñaron que debía enfocarme en los estudios, que las emociones eran distracciones. Y lo peor: empecé a creerlo. No salía. No jugaba. No tenía acceso libre a internet. Solo podía usar la computadora para tareas, libros, artículos... Mi mundo era un cuarto, una escuela nueva, y los silencios en la mesa.

Pero fue ahí, en medio del silencio, que algo apareció. Un día, en la biblioteca de una nueva escuela, encontré una revista vieja de anime. Había imágenes coloridas, nombres que no entendía, ojos enormes y expresiones exageradas. Me atrapó al instante.

Después vino el manga. Y con el manga, vinieron los personajes. Y con los personajes, vinieron las emociones que yo no podía decir en voz alta.

Me vi reflejada en ellos. Chicas mágicas que sufrían en silencio. Protagonistas que ocultaban su verdadero yo. Guerreras que eran ridiculizadas por ser diferentes, pero seguían de pie. Ahí encontré algo que no sabía que necesitaba: identidad.

No hablaba japonés, pero los sentimientos se entendían igual. Ese fue mi primer idioma emocional. Las historias se volvieron mi refugio. Y sin darme cuenta… también se volvieron mi espejo.

Aunque seguía sola, ya no estaba vacía. Había mundos donde podía existir tal como era. Mundos donde lo raro era especial. Mundos donde no tenía que esconderme.

Gracias a Japón, empecé a conocerme. Gracias a los animes, supe que podía existir un yo que aún no se atrevía a nacer. Gracias a los mangas, entendí que ser diferente… también podía ser hermoso.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.