Entrada 05 – "El lugar que no fue hogar"

Pasó lo que jamás imaginé: Papá no volvería a ser movido. Nos quedaríamos en una ciudad, por fin… ¿Era real? ¿Un sueño?

Por primera vez, sentí que quizás podría tener amigos… construir algo estable… dejar de ser "el que se va".

Pero todo cambió. Y no para bien.

Llegamos a una ciudad nueva… a una escuela nueva. Y desde el primer día… supe que no encajaba.

El ambiente era distinto a todas las escuelas donde había estado. Frío. Duro. Cruel. La gente se agrupaba por apariencia, por fuerza, por lo que eras por fuera. Y yo… no era nada de eso.

No entendía bien qué hice mal. Tal vez llegué tarde. Tal vez mis mangas eran demasiado visibles. O tal vez simplemente mi forma de ser les molestaba.

Mis ojos brillaban cuando hablaba de anime. Mis dibujos eran de chicas mágicas, no de autos o armas. Llevaba mis carpetas decoradas, mis cuadernos con pegatinas, y soñaba con mundos donde todo era posible.

Pero en la vida real, me convertí en un blanco fácil.

Las miradas. Las burlas. Las risas apenas cruzaba la puerta del salón.

—"¿Qué es eso que ves?" —"¿Por qué hablas así?" —"¿Eres niña o qué?"

Y cada palabra… cada risa… cada empujón… hacía que me odiara un poco más.

Comencé a esconder mis mangas. A no hablar de lo que me gustaba. A fingir que me gustaban las cosas que los demás decían que estaban bien. A vestirme "normal". A mirar al piso. A hablar menos. A ser menos.

Pero por dentro… me sentía como si estuviera gritando en una caja sellada. Y nadie podía o quería oírme.

Esa ciudad que pensé sería mi hogar… se convirtió en mi jaula.

Y sin darme cuenta, empecé a construir murallas. Murallas para protegerme. Murallas para esconderme. Murallas que me alejaban de todos… y de mí misma.

Pero en esa oscuridad… había una chispa. Una voz. Un susurro que decía: "Esto no es todo lo que eres."

Y esa voz… era Rem.