Después de ese día, algo cambió.
Los reflectores, que siempre habían estado fijos en Mina, comenzaron a moverse.
Todo comenzó en redes sociales.
— “¿Quién es la que cantó en la versión de radio?”
— “¿Por qué esa voz no está en la versión oficial?”
— “Rem… ¿cierto? Debería ser la vocal principal.”
Y luego… una ola: videos comparativos, ediciones, reacciones, y el hashtag #RemVersionBetter que empezó a escalar.
Llegué al ensayo como siempre, pero el ambiente estaba distinto. Mina estaba seria, con audífonos, aislada. El resto hablaba en voz baja. El manager colgó una llamada y se acercó directo a mí.
— Tenemos que grabar otra versión de la canción. Tú serás la vocal principal.
Me quedé helada. Pensé en preguntar si Mina estaba de acuerdo, pero él me interrumpió.
— No hiciste nada malo, Rem. Y no hay nada de malo en que otros resalten también.
Sonrió… pero era una sonrisa falsa. De esas que uno aprende a reconocer cuando ya vivió demasiadas decepciones.
Ese día, durante el ensayo, todos intentaron animar el ambiente. Demba hizo un freestyle sobre mí y mi “ascenso sorpresa”. Nura me guiñó el ojo diciendo:
— Te dije que estabas lista.
Pero por dentro… yo solo pensaba: “A veces, la atención no es tan buena.”
No sabía si había subido un peldaño… o abierto una puerta que nunca podría cerrar.
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Editado: 28.08.2025