El Diario De Rem

Entrada 42 – "No estoy sola"

A solas en el baño… Respiré hondo.
El espejo estaba empañado, mis ojos hinchados. Me miré… y no vi a la Rem de ahora, sino a todas las que fui.

Vi a la rem que quedó sola en el recreo porque sus amigas decidieron que “ya no encajaba”.
Vi al adolescente que apretó los puños al ver a la chica que le gustaba decir “sí” a otra persona… mientras fingía que no dolía.
Vi al joven que lloró en silencio después de que le dijeran que su forma de vestir era “una vergüenza para la familia”.

Y también vi a la Rem que salió adelante de todo eso.
La que siguió caminando incluso cuando no había nadie esperando en la meta.
La que un día decidió que valía la pena vivir como quería, aunque costara.

Mi mirada se posó donde siempre encontraba fuerzas: mi anillo.
Pensé en mamá. En cada vez que caí y me levanté. En todo lo que había superado.
¿Me rendiría ahora? No. No después de todo.

Me lavé el rostro, traté de ocultar mis lágrimas… y salí.

Ahí estaban todos.
Nura fue la primera en acercarse. Me abrazó fuerte, tan fuerte que sentí que si me soltaba me desmoronaba.
Sindo me dio una palmada en la espalda, y con su voz grave dijo:
—“Si quieren meterse contigo, primero tendrán que pasar sobre nosotros.”
Kaiyon y Demba me rodearon, uno a cada lado, sonriendo como si no hubiera pasado nada… pero en sus ojos había una furia tranquila, como una promesa silenciosa de protegerme.

Y entonces, Mina.
No dudó. Me tomó de los hombros y me abrazó.
—“Sé lo que es que te juzguen por algo que no eliges. Yo también tuve gente que me dijo que nunca sería suficiente… pero aquí estamos.”
Sentí que ese abrazo borraba todo lo que pasó con la canción. Que no había resentimiento. Solo apoyo.

Incluso el manager —quien solía ser frío y profesional— estaba serio, pero firme. Sacó su teléfono, comenzó a hacer llamadas, a pedir que bajaran artículos, a mover sus contactos. Estaba molesto. No por lo que yo era. Sino por cómo me estaban atacando.

Al día siguiente lo hablamos. Decidimos dar una rueda de prensa.
No podía esconderme. No quería hacerlo. Y el grupo… decidió no dejarme sola.




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