Desperté con el sonido incesante de notificaciones. Al principio pensé que era otra lluvia de mensajes por la foto filtrada… pero no, esto era diferente. La pantalla estaba cubierta de hashtags nuevos: #RemyDemba, #Remba, #RemySindo, #RemyNura, #RemyMina.
Los fans habían pasado de la sorpresa a una verdadera cacería de brujas.
Parecía que de la noche a la mañana se habían convertido en el FBI y la CIA juntos: revisaban cada presentación, cada ensayo grabado, cada entrevista, pausando y ampliando videos, mejorando imágenes, comparando gestos y miradas. En los foros había hilos enteros analizando segundos específicos: "Miren aquí, en el minuto 2:43, cómo se le ilumina la cara cuando lo ve", "En esta práctica, su sonrisa dura más de lo normal".
Lo peor es que no se quedaron con una sola teoría. Para ellos, yo podía estar con cualquiera. Había capturas mías hablando con Demba, con Sindo, con Nura, con Mina… y cada una venía acompañada de largas explicaciones, como si fueran informes de investigación. El fandom estaba dividido, pero todos coincidían en una cosa: algo había detrás.
Y entonces, el golpe final.
El mismo fan que había filtrado la primera foto regresó con más “evidencia”. En su publicación, con un tono de detective orgulloso, escribió:
"Estuve revisando videos antiguos y descubrí algo. Este concierto, hace meses, fue la última vez que Rem llevó su anillo. En el siguiente… miren quién lo tiene."
La imagen era borrosa, pero inconfundible: la mano de Nura, con mi anillo.
El post incluía fechas, capturas de alta calidad, comparaciones con primeros planos y hasta un timeline con cada momento en que el anillo estuvo presente… y cuando desapareció de mi mano.
En minutos se volvió viral. Las teorías ya no eran teorías. Todo estaba ahí, expuesto, analizado, compartido miles de veces. Y yo solo podía pensar:
No hay forma de ocultarlo más.
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Editado: 18.09.2025