Toi

Tu nombre aún se dibuja en la tiza intentando arreglar aquél garabato que adorna tu rostro se vuelve una fotografía borrosa, ¿Recordarte es volver a amarte?, ¿Soñarte o suspirarte? Está mal cerrar los ojos y desear encontrarte,. Té sigo persiguiendo, sé que aún puedo alcanzarte el eco de mis pasos no me deja tranquilizarme, cuál es la diferencia de un sueño y un anheló, así ambos sé tejen y construyen de la abstracción del consiente que finge ser inconsciente y en el la tragedia se remarca, mis ojos no quieren abrirse pero deben de hacerlo, ¿Por qué no puedo desprenderme de aquél sueño? Quizás porque en el fondo aún anhelo volver a tocar tu rostro, volver a sostener tu nombre, volver a aquél gélido recuerdo.

Si tan solo las cenizas fueran suficientes para delinear esa cicatriz, ¿Por qué no puedo tener un sueño? Porque debo de despertar de el, ¿No quedarme? ¿Quedarme?, ¿Irme o tenerte? Que me alguien me diga cuál es la tragedia que vivo a día, si no es más que un simple sueño que se forma en la bruma de mi incomprensión porqué no quiero aceptar está realidad, no quiero tener que vivir en este espiral.

Su voz aún hace eco, la siento en el filo de mi cuello, ¿Soñar o quererte? Cuál es la diferencia si ambos son cómplices de tan asqueroso anheló que se mezcla con el amor, ¿Amor a qué?, ¿A quién?, ¿A tí? Quizás, puede ser, no lo sé, buscó tu voz, buscó tus ojos, debería rendirme ya, aceptar lo que tengo, no renegarlo, ¿Ahogarlo?, ¿Conservarlo o quemarlo? Acaso importa si ambos duelen, acaso importa si ambos están disparejos, no quiero aceptar la realidad que me has plantado, no quiero volver a esos pasos, tú eres el culpable de esto, ¿Yo o tu?, ¿El o ellos?, ¿Nosotros o ustedes? Dónde te escondes es donde menos te quiero buscar, te he visto escabullirme por entre las vértices del recuerdo, volviendo al mismo lugar aquel qué juramos nunca mencionar.

¿Tu? Quien eres tu, que persigo, quien eres tu que buscó con desesperación, ¿si te llegó a encontrar todo esto se calmará?, si te llegó a ver ¿Acaso yo estaré mejor?, ¡dime dónde estás, dime a dónde has ido, que se supone que haga yo con todos estos trozos de cristal clavados en mi pupila que se contrae al menor contacto de la nostalgia que hace sangrar el interior de mi cuerpo!...¿acaso debo de morir para entender está nostalgia?, ¿acaso debo sucumbir a los deseós egoístas? O simplemente debo de aceptar quien eres tú.