2. LA VARIABLE INESPERADA

OLIVER

El observatorio olia a hierro viejo y a ese silencio denso que siempre me recodaba a Cali. Me quede de espaldas a la puerta, escuchando como subia la escaleras. Reconoceria ese paso en cualquier parte: rapido, decidido, casi ritmico.
Cuando la puerta se abrio, me obligue a contar hasta tres antes de girarme. No queria que viera que estaba tan nervioso como un crio en su primera obra de construccion.

Habia pasado tres años convencido de que la imagen que tenia de Cali era una exageracion de mi memoria, un truco que me jugaba la nostalgia por mi casa y por los veranos en el jardin.
Pero cuando me di la vuelta, la realidad me golpeo con mas fuerza que cualquier calculo estructural.
Cali no solo habia crecido; se habia blindado. Estaba alli de pie, con una ropa extraña que parecia diseñada para sobrevivir un apocalipsis y esa mirada afilada que siempre te hacia sentir que te esta escaneando el codigo genetico. Seguia siendo la chica mas inteligente de la sala, pero ahora tenia una barrera de hielo a su alrededor que se podia sentir desde el otro lado de la habitacion.

Me divirtio ver como intentaba hacerse la desinteresada. Usada palabras grandes y conceptos fisicos para marcar distancia, como si los libros pudieran protegerla de lo que ambos sabiamos que seguia ahi. Siempre fue asi: cuando Cali se siente vulnerable, se vuelve tecnica.

-Vaya, deberia haberlo imaginado. Solo alguien con tu cerebro elegiria el sitio mas alto y aislado de toda la ciudad para esconderse de la gente-
-No me escondo- me solto de inmediato, cruzando los brazos. Su defensa estandar -Simplemente optimizo mi tiempo. Aqui arriba no hay distracciones, o al menos no las habia hasta que decidiste tirar tu chaqueta sobre mis planos de termodinamica-
Mire mi chaqueta sobre su mesa y me apoye contra el borde del escritorio, invadiendo su espacio a proposito. Queria ver cuanto tardaba en saltar.
-Sigues siendo igual de directa, Cali. Ni un "¿como te ha ido?", ni un "¿que tal la capital?". Directo al grano-
-Se como te ha ido en la vida por Maya- dijo ella, esquivando mi mirada -No necesito los detalles sentimentales-
-Vaya, asi que has estado preguntado por mi- la pique, arqueando una ceja.
-No he preguntado. Maya me habla. Yo tengo oidos. No te des tanta importancia , Oliver-

Me encantaba como intentaba reducir todo a procesos biologicos para no admitir que le importaba. Me puse serio por un momento y señale el telescopio.
-Este sitio necesita alma, Cali. No solo numeros. Por eso me han traido a mi-
-"Alma" no es una unidad de medida, Oliver- replico ella, y juraria que vi un rastro de rubor en sus mejillas.
-Ese es tu problema. Si no se puede medir, crees que no existe. Pero te acuerdas de cuando intentamos construir aquel transmisor de radio, ¿verdad? casi lo logramos-
Ella bajo un poco la guardia y una pequeña sonrisa, casi invisible, aparecio en su cara.
-Tu intentaste construirlo. Yo tuve que recalcular las frecuencias para que no hicieramos explotar los fusibles de la calle-
-Teniamos tiempo, Cali- le dije, bajando la voz y acercandome un paso mas -Pero te fuiste sin despedirte cuando me mude. Me dejaste una nota que parecia una lista de compras. Te dio miedo, ¿verdad? Siempre que algo se vuelve real, buscas la salida de emergencia.
-No tengo miedo a nada- dijo ella, aunque sus ojos decian otra cosa -Simplemente no le veo sentido a las despedidas. Son ineficientes-.
-Eres la mentirosa mas brillante que conozco- le solte con una sonrisa -Pero escucha, vamos a estar dos mese aqui arriba. O fingimos que somos extraños, o aceptamos que nos conocemos mejor de lo que quieres admitir-.
Cali se quedo callada, y supe que le habia dado donde mas le dolia: en su logica. Recogi mis planos y mi chaqueta, dandole el espacio que tanto necesitaba para respirar.

-Por cierto- le dije antes de salir -La ropa te queda increible. Muy futurista. ¿Es para evitar que la gente se acerque o porque tienes un gusto excelente?-
No la deje responder. Sali de alli sintiendo que, aunque ella pusiera mil muros, yo ya conocia el camino para saltarlos todos.

CALI

Me quede mirando la puerta cerrada, con el corazon martilleando contra mis costillas. "idiota", susurre, aunque no sabia si se lo decia a èl o a mi misma.

Recogi mis cosa a toda prisa. El aire en el observatorio se sentia distinto, como si èl se hubiera llevado consigo el oxigeno. Baje las escaleras y encontre a Maya esperandome afuera, sentada en un banco.
-¿Sobreviviste?- me pregunto con una sonrisa traviesa.
-Es un arrogante- solte, echando a caminar a toda prisa. -Ha llegado alli como si fuera el dueño del lugar. Ha tenido la audacia de decirme que huyo de las cosas "reales" y que mi forma de ver el mundo es incompleta-.
Maya solto una carcajada y me siguio el ritmo.
-Ese es oliver. Pero admite que te ha dejado descolocada. No hablabas asi de rapido desde el ultimo fallo informatico del laboratorio-
-No estoy descolocada, Maya. Estoy irritada-
-Claro, lo que tu digas- me paso un brazo por los hombros. -Vamos a mi casa. He pedido pizza. Necesitas apagar ese cerebro antes de que entres en cortocircuito-.

Caminamos hacia su casa, el mismo trayecto de toda la vida. Al entrar en el salon de los Vega, el olor a hogar me golpeo. Era un sitio caotico y lleno de fotos, todo lo contrario a mi mundo ordenado.
-¿Sabes que es lo peor?- dije, dejandome caer en el sofa mientras Maya abria la pizza. -Que se acuerda de la nota que le deje cuando se fue. Se acuerda de que no me despedi-.
Maya se quedo congelada con un trozo de pizza en la mano.
-Cali... han pasado tres años. Si se acuerda de eso, es porque le importo mas de lo que crees-.
Me quede mirando la pizza, sintiendo que mi "Teoria del vacio" se desmoronaba.
-No voy a dejar que me afecte- dije finalmente. -Es solo una variable temporal. En dos meses se habra ido de nuevo-.
Maya me miro con una sonrisa que me puso aun mas nerviosa.
-Si, claro. Y yo mañana me levanto siendo astronauta-.