CALI
El lunes por la mañana, el campus parecia un grafico de barreras monotono y gris. Me desperte antes de que saliera el sol, con una presion en el pecho que ninguna tecnica de respiracion lograba disipar. Me puse mi ropa de trabajo mas comoda -un mono gris oscuro que Maya dice que me hace parecer un mecanico de la NASA- y me dirigi al observatorio.
Caminaba rapido, tratando de convencer a mis neuronas de que lo de anoche en la cocina de los Vega no habia sido un error critico del sistema, sino una anomalia estadistica sin importancia. "Huir es una respuesta biologica de preservacion", me repetia. Pero en el fondo, mi propia logica se reia de mi.
Cuando llegue a la azotea, me detuve ante la puerta de madera. respire hondo, me ajuste la mochila y entre con la cabeza alta.
Oliver ya estaba alli.
Estaba subido a una escalera de mano, trabajando en los engranajes superiores de la cupula. No se giro al oirme entrar, pero note como sus hombros se tensaban un poco. El sonido del metal contra el metal resonaba en el espacio vacio.
-Llegas tarde- dijo èl. Su voz no era como de costumbre; era seca, profesional. Ni siquiera me miro. -He tenido que empezar con el eje de rotacion yo solo-.
-He tenido un retraso cuando recogia algunos datos- menti, yendo directamente a mi mesa. Mis manos temblaban un poco al encender los monitores. -Y no llego tarde. Son las ocho y un minuto-.
-Para alguien que mide la vida en milisegundos, un minuto es una eternidad, Cali-.
Me sente y me obligue a mirar la pantalla, pero las lineas de codigos de mezclaban ante mis ojos. El silencio que siguio no era el silencio comodo de la semana pasada. Era un silencio pesado, lleno de todas las palabras que me habia tragado en la cocina de su madre.
Paso una hora. Luego dos. Yo fingia procesar datos y èl fingia estar muy concentrado en un tornillo que ya estaba apretado. la tension era tan real que casi podia calcular su coeficiente de resistencia.
-No voy a pedirte perdon por lo de anoche- solto èl de repente, bajando de la escalera. Tiro la llave inglesa sobre mi mesa de trabajo con un golpe que me hizo dar un salto. -Porque no hice nada malo. Solo te pedi que fueras honesta, y tu saliste corriendo como si te estuviera persiguiendo un agujero negro-.
-No sali corriendo- respondi, dandome la vuelta en la silla. Mi corazon empezo a latir a esa velocidad que ya empezaba a odiar. -Simplemente decidi que la conversacion no llevaba a ninguna conclusion productiva. Las discusiones sobre sentimientos son circulares, Oliver. No tienen ningun punto final logico-.
-¡A la mierda el puto punto final logico!- Oliver camino hacia mi y se detuvo a un metro. Tenia una mancha de grasa en la mejilla y los ojos encendidos. -¿De verdad vas a pasar los proximos dos meses fingiendo que no paso nada? ¿Que no nos conocemos? ¿Que no me querias, cuando era yo el que te traia los libros de astronomia porque tus padres se estaban gritando en el piso de abajo?-.
Me quede helada. Esa era la primera vez que mencionaba el pasado de forma tan directa, tan cruda.
-Eso fue hace una eternidad, Oliver. La gente cambia. Yo he cambiado. He construido una vida donde no necesito que nadie me traiga libros para sentirme a salvo. Me cuido sola-.
-Nadie a dicho que no puedas cuidarte sola, genio- dijo èl, bajando la voz y acercandose un paso mas. -Pero hay una diferencia entre ser independiente y estar enterrada viva en una montaña de formulas para no tener que admitir que te mueres de miedo de que alguien te quiera de verdad-.
-No tengo miedo- susurre, aunque mis ojos empezaron a picar. odiaba esa vulnerabilidad, odiaba que èl siempre supiera donde golpear. -Solo quiero que me dejes trabajar. He venido aqui a terminar mi tesis, no a que me psicoanalices-.-
Oliver me miro durante un largo rato. Vi como la rabia en su rostro se transformaba en algo parecido a la derrota. Suspiro y paso una mano por su pelo desordenado.
-Esta bien, Cali. Tu ganas. Vamos a trabajar, Vamos a ser "profesionales"-.
Se dio la vuelta y volvio a sus herramientas. Durante el resto de la mañana, no volvio a dirigirme la palabra. Trabajo con una intensidad furiosa, moviendo piezas y ajustando cables sin pedirme ayuda ni una sola vez.
Y, por extraño que parezca, me dolio. Me dolio mas su silencio que sus bromas o sus ataques. Me di cuenta de que mi "Teoria del desprendimiento" funcionaba muy bien sobre el papel, pero en la practica no, el vacio que dejaba Oliver era mucho mas dificil de gestionar que su presencia.
A medio dia Maya me envio un mensaje.
Maya BFF
Mama dice que te dejaste el paraguas. Y que dejes de ser tan cabezotas. Oliver esta de un humor de perros. Arreglalo,Cali.
Mire a Oliver, que estaba de espaldas a mi, limpiando una pieza de bronce con un trapo. Parecia tan solo y tan testarudo como yo. Me di cuenta de que mi sistema estaba fallando. Si seguia aislandome, el sistema no se estabilizaria; simplemente se detendria.
-Oliver- dije, casi sin voz.
Èl no se giro.
-Dime, ingeniera-.
-Esa pieza...- me levante y camine hacia èl, deteniendome justo a su lado. -Si la limpias con ese disolvente, vas a dañar la patina original. Usa la mezcla de alcohol que tengo en el armario. Es mas... eficiente-.
Èl se detuvo. Miro el trapo, luego me miro a mi. No habia sonrisa, pero el hielo en sus ojos se habia agrietado un poco.
-Eficiencia- repitio èl, con una sombra de su antigua sonrisa. -Claro. No querriamos dañar la patina.
No fue una reconciliacion, ni una confesion, pero fue un alto fuego. Mientras le ayudaba a limpiar el bronce en silencio, comprendi que los dos estabamos igual de rotos, y que tal vez, solo tal vez, restaurar este observatorio era la unica forma que teniamos de intentar restaurarnos entre nosotros mismos.
OLIVER
Cerrar el observatorio esa tarde fue como intentar clausurar la zona de desastre. El ambiente se habia quedado vibrando con una estatica que te ponia los pelos de punta. Cali se habia marchado cinco minutos antes que yo, con esa rigidez en la espalda que usa cuando intenta convencer al mundo de que es de piedra.