El Efecto Oliver

7. EL TEOREMA DE LA PROXIMIDAD

OLIVER
El aire en el observatorio estaba viciado, cargado de ese olor aceite viejo y polvo estelar que tanto me gustaba, pero hoy habia algo mas: el rastro del perfume de Cali, algo olia a vainilla y a limpieza, una nota discordante entre tanto metal.

Llevabamos tres horas sin cruzar mas de diez palabras. Ella estaba enterrada en sus codigos y yo estaba lidiando con el motor de apertura de la cupula, El problema era que el engranaje principal se habia bloqueado.

-Cali, necesito que subas aqui- dije, secandome el sudor de la frente con el brazo. -El sensor de posicion no esta mandando señal de liberacion. Si fuerzo la palanca y el software no responde, nos cargaremos el eje-.
La vi dudar. Sabia que preferia quedarse tras el escudo de su monitor, pero la ingeniera que lleva dentro gano la batalla. Suspiro, se ajusto su coleta y subio por la pasarela metalica hasta la plataforma donde yo estaba.

El espacio era ridiculamente estrecho.

-Dejame ver- dijo, poniendose de rodillas a mi lado.
Estabamos tan cerca que su hombro rozaba el mio. Podia sentir el calor que irradiaba su cuerpo, algo que me distraia de cualquier cosa que estuviese haciendo. Cali saco un multimetro y empezo a testear las conecciones.
-El problema no es el motor, Oliver. es una derivacion de tierra con el cableado del sensor- murmuro, concentrada. -pasame la llave de ocho-.
Se la entgregue, pero cuando ella intento alcanzarla el tornillo oculto detras de la carcasa, su mano resbalo. La plataforma era vieja y el metal estaba algo aceitoso.
-¡Cuidado!- la agarre por la cintura antes de que su cara chocara contra el engranaje.
El impulso la atrajo hacia mi. En un segundo, Cali estaba sentada practicamente sobre mis rodillas, con la espalda contra mi pecho y mis manos rodeando su cintura, Se quedo completamente rigida, como un pajaro atrapado.
-Lo siento- susurro, pero no se movio para alejarse.
-No te disculpes. Te tengo- respondi, con la voz un poco mas ronca de lo que pretendia.
Lentamente, ella se giro entre mis brazos. Sus ojos, enormes detras de sus pestañas. buscaron los mios.
Estabamos a menos de cinco centimetros. El ruido del campus, del viento contra la cupula, de la vida fuera de las paredes... todo se apago. Solo existia el sonido de su respiracion entrecortada, una frecuencia que yo queria sintonizar para siempre.

Baje la mirada a sus labios. Estaban entreabiertos, invitandome a romper de una vez por todas esa distancia que ella de esforzaba tanto en mantener.
Acerque mi rostro, centimetro a centimetro, dandole todo el tiempo del mundo para huir, para decir "no", para recitar una ley de Newton.
Pero no lo hizo. Cali cerro los ojos y senti como sus manos, que aun sostenian la llave inglesa, se relajaban sobre mis hombros.

Estaba ahi. Casi sentir el calor de su aliento contra mi boca. El mundo se detuvo en ese "casi", en esa tension superficial a punto de romperse.
-Oliver...- susurro mi nombre como si fuese una pregunta sin respuesta.
Justo cuando mis labios estaban a punto de rozar los suyos, un crujido violento sacudio la plataforma.

¡CLACK!

El engranaje que habiamos estado intentado liberar cedio de golpe, y la cupula empezo a girar con un estruendo metalico que hizo vibrar hasta el suelo najo nuestros pies. El susto fue tan grande que Cali se separo de golpe, perdiendo su equilibrio y terminando sentada en el suelo de la pasarela, con el pelo alborotado y el rostro encendido.
-¡Se... se ha movido!- exclamo ella, buscando desesperadamente recuperar su mascara tecnica. -¡El sensor de par ha detectado la presion y ha activado el ciclo de apertura! ¡Rapido, Oliver, comprueba la corriente!-
Se lavanto de un salto y huyo pasarela abajo hacia sus ordenadores, moviendo las manos como si estuviese dirigiendo una orquesta invisible de datos.
Yo me quede alli arriba, con el corazon martilleando contra mis costillas y los dedos aun calientes por haberla sostenido. Mire hacia el cielo que empezaba a verse a traves de la apertura de la cupula.

Habiamos arreglado el motor, si. Pero ese "casi" beso se habia quedado suspendido en el aire, como una estrella que brilla con fuerza pero que todavia no hemos aprendido a alcanzar.
Maldito motor. Y bendita fisica, que siempre encontraba la forma de recordarme que el tiempo y la presion lo cambian todo.

CALI

Mis dedos volaban sobre el teclado, pero no estaba escribiendo codigos; estaba intentado no desintegrarme. En la pantalla, las columnas de numeros subian y bajaban, pero yo solo veia la imagen de los ojos de Oliver a milimetros de los mios.

-Corriente estabilizada en 220 voltios- grite, aunque mi voz sono mas como un graznido. No me atrevia a mirar hacia la plataforma.

Mi cuerpo era un mapa de reacciones quimicas incontroladas. Donde sus manos me habian sujetado la cintura, sentia un calor que atravesaba la tela del mono de trabajo. Mi sistema limbico habia tomado el control total, anulando cualquier rastro de corteza prefrontal. Por un segundo -un segundo que duro una eternidad-. yo habia querido que èl acortara la distancia. Habia cerrado los ojos. Habia aceptado la derrota de mi logica.

-¡Cali! ¡Mira esto!- la voz de Oliver bajo desde la cupula, cargada de una emocion que ya no era solo profesional.
Me obligue a levantar la vista. La cupula se habia abierto por completo, dejando al descubierto un cielo azul, salpicado por las primeras estrellas de la tarde. El aire fresco de la azotea entro de golpe, enfriando mis mejillas, pero no el incendio que llevaba por dentro.

Èl bajo de la plataforma despacio, moviendose con esa seguridad que siempre me hacia sentir desequilibrada. Se detuvo junto a mi mesa, apoyando las manos en el borde de la madera, Podia ver que èl tambien estaba agitado; su respiracion era pesada y tenia el cuello de la camiseta empapado en sudor.
-Lo hemos conseguido- dijo, mirando la pantalla y luego a mi. -El sistema vuelve a estar en linea.
-Si- respondi, fingiendo una calma que no tenia mientras cerraba ventanas de diagnostico al azar. -La eficiencia del motor ha subido un quince por ciento tras la liberacion del eje. Es un buen resultado-
Oliver solto una risa seca, sin rastro de alegria.
-¿De verdad, Cali? ¿Eso es lo que vas a decir? ¿"Un quince por ciento"? Casi nos besamos ahi arriba y tu estas calculando el rendimiento del motor-
-Casi es una palabra que no tiene valor cuantitativo, Oliver- dije, aunque me temblaban las manos tanto que tuve que esconderlas bajo la mesa. -"Casi" no es un heho. Loe hechos son que la cupula funciona y que tenemos un horario que cumplir-.
Èl se quedo callado un momento, mirandome con una mezcla de frustracion y algo parecido a la admiracion.
-Eres increible- murmuro, sacudiendo la cabeza. -Tienes una capacidad para negar la realidad que deberia estudiarse en psicologia, Pero no voy a dejar que te escondas otra vez detras de tus monitores-.
Se incorporo y me miro con una determinacion que me hizo querer salir corriendo y, al mismo tiempo quedarme alli para siempre.
-Mañana no vamos a trabajar aqui- sentencio. -A las siete. te paso a recoger en la puerta de tu edificio-.
-Tengo datos que procesar, Oliver. No puedo simplemente...-
-No es una pregunta- me interrumpio, cogiendo su chaqueta. -Es una necesidad tecnica. Hay un festival de luces en el jardin botanico, Usan tecnologia de proyeccion laser de ultima generacion. Como ingeniera, deberias verlo. Como mi amiga...- hizo una pausa, y su voz se suavizo, -como la chica que casi me besa hoy, me lo debes-.
-No es una cita- dije, intentando poner una ultima barrera.
-Llamalo como quieras, genio. Ponle el nombre tecnico que prefieras para poder dormir tranquila. Pero mañana a las siete, te quiero lista-.




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