El Ermitaño

Y tú, ¿no estabas Muerta?


 

  En la discoteca, Bella descubrió que es muy buena bailarina, Eduardo y ella hacen una gran pareja de baile, se entienden bailando y se divierten. ¿Porque vives retirado de todo?, ¿No extrañas la ciudad y divertirte?. No quiero formar parte de esta hipócrita sociedad y no extraño nada de nada de aquí.  ¿Por qué vienes entonces?. Por ti, vine para que te diviertas, lo necesitas y puede producir recuerdos en ti.

 

 Gracias por pensar en mi, eres muy lindo conmigo, nunca te he dicho que eres mi héroe, me salvaste y cuidaste cuando estaba inconsciente y cuando más lo necesitaba. Lo mira a los ojos con una mezcla de ojos enamorados y con agradecimiento; Eduardo la ve tan hermosa y piensa en las veces que su corazón ha sido traicionado y herido por confiar en una bella mujer.

 

  Esos labios tentadores se le ofrecen, pero él se niega a otra oportunidad, se volvió ermitaño, se retiró de la vida social, porque no confía en nadie. Para salir del paso la invita a bailar ¿Bailamos?. ¡Sii, bailas muy bien!  Salen a la pista de baile y de repente el ritmo movido de salsa cambia a una canción lenta; Bella pega su hermosa humanidad al cuerpo de Eduardo, y lo hace estremecer.

 

Eduardo parece ceder un poco y la rodea con sus fuertes brazos, bailan como si todo el mundo no existiera, unidos, pegados uno al otro. En medio del  baile, Bella le da un suave beso en la mejilla y luego le desliza la mano por la mejilla limpiando el labial que le impregnó. Esa suave caricia lo enloquece, pero prefiere conservar la calma haciéndose el fuerte.

 

  Al terminar la melodía van a la mesa tomados de la mano y toman una copa. Eduardo, ¿te rompieron el corazón?. Si, dos veces. ¿Te dolió mucho?. Sí, paso mucho tiempo para que lo olvidara, me aleje de todos, me volví huraño, la última vez fue la peor experiencia de mi vida. Tienes que volver a vivir, te lo debes a ti mismo, no puedes dejar que una mala experiencia no te deje vivir de nuevo. 

 

 Pasan horas bailando, hablando, compartiendo como dos viejos amigos. Bella al notar que Eduardo se sentía nervioso con sus tímidos avances, dejó de intentar y pasan una linda velada. Gracias por ser sincero conmigo, me habría sentido muy triste si no me lo cuentas, pero ahora sé que te hirieron y por eso estás cerrado a la vida; y eso me  ayuda a comprender.

 

  Cuando es de madrugada deciden irse al hotel. Voy al tocador, ya regreso.  Bella entra al baño de damas y luego sale al espejo, y se está arreglando el pelo, cuando una mujer se acerca y la observa detenidamente, Bella voltea y la mira de frente. ¿Y tú, no estabas muerta?. Dice con  cara de asombro y sale rápidamente, ella la sigue pero, Eduardo la detiene, nos vamos, por aquí es la salida _ Esa mujer me conoce, quiero preguntarle quién soy _ Salen corriendo Detrás de la mujer, pero la desconocida sube a un auto que sale rápidamente y se pierde en la calle solitaria.

 

  Esa mujer me miró y me pregunto. ¿Y tú, no estabas muerta?, y salió corriendo con cara de susto._ ¿Quién será?, parece estar muy enterada de lo que te paso. Sabes que su cara se quedó en mi mente y me parece familiar, pero no sé quién podría ser. No te esfuerces, ya recordarás. ¡Auch, me duele la cabeza!. Se pone las manos en la cabeza y se desmaya, Eduardo la toma en sus brazos y entra con ella al hotel, sube la escalera y la acuesta en su cama. Bella, ¿qué tienes?, ¡despierta!.

 

  Bella despierta,  pero se duerme de nuevo y Eduardo se acuesta a su lado y la abraza, se queda dormido con ella en su pecho. En la mañana se despierta y no encuentra a Bella en la cama, escucha la ducha y se tranquiliza, Bella sale del baño. Hola dormilón, ¿cómo amaneces?. Bien, ¿y tú cómo te sientes?. ¡Muy bien!. Anoche te desmayaste, debe ser por cansancio, aún estás convaleciente.

 

 Tengo que cuidarte mejor, soy tu médico de cabecera. Gracias, mi médico. Eduardo se ducha y los dos bajan a desayunar, luego van a dar un paseo por el parque; Bella se ve hermosa con un jeans y camiseta azul, con lo que se ponga igual se ve bonita. Saca el móvil y realiza una llamada. Ok, puede llamar a este número cuando esté lista la descarga.

 

  Bella está dando comida a las palomas del parque y Eduardo le toma varias fotos, ella parece una niña contenta con algo sencillo y natural. Eduardo ve un desconocido que se acerca a Bella, tiene algo en la mano, la apunta. ¡Es un arma!. Eduardo le da una patada y el arma sale por los aires, cuando el tipo se ve desarmado sale corriendo y él sale detrás del tipo.

 

  Bella gritó aterrorizada. ¡Eduardoooo no me dejes sola!. Eduardo quiere atrapar al bandido, pero no quiere dejar sola a Bella que está muy nerviosa, la ve pálida y va corriendo a su lado, la toma por la cintura y la ayuda a sentarse en un banco del parque. Tengo miedo, vámonos, quiero ir a la cabaña. Vamos al hotel, el camión no está listo, él monta-carga se había averiado y no han descargado aún la madera.

 

  Están cerca del hotel, pero Eduardo detiene un taxi y la ayuda a subir. Ella no está bien, van al hotel y acuesta a Bella, le da un sedante, cuando está profundamente dormida escribe una nota, la coloca en la mesita y sale. Va a comprar comida y regresa. Bella aún duerme, él se queda mirando a la linda mujer. ¿Quién será esta misteriosa mujer?, ¿por qué la quieren matar?. Cuando bella despierta, él va rápido a su lado. ¿Cómo te sientes?. Me siento bien, pero quiero irme a casa.  Eduardo le trae una bandeja con comida, pollo, asado, ensalada, sopa, frutas.



#342 en Novela contemporánea
#472 en Otros
#75 en Acción

En el texto hay: persecucion, secuestros, atentados

Editado: 04.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.