El Ermitaño

El viaje

 

 Bella y Eduardo vuelan a bordo de su avión privado, esta vez Eduardo contrató un capitán para tener más tiempo para su novia. Bella, ven a almorzar. Es medio día y Eduardo sirve el almuerzo que Salim preparó para ellos y también le lleva al capitán. Se dan un banquete y luego se ponen a jugar ajedrez. 

 

 En el lujoso yate de Marco también están almorzando, han anclado en una paradisiaca isla y han pasado la mañana jugando pelota en la playa, bañándose en las aguas cristalinas de la bahía y ahora están a la mesa,  conversan y bromean, al terminar la comida. Abuela vamos a observar las aves de la isla, tengo un largavista. La abuela se levanta y se marchan juntos, bajan por la escalera y caminan hasta la orilla de la playa y se internan en la vegetación.

 

 Marco y Violeta se quedan a solas. Ven vamos a oír música. Marco la toma de la mano y la lleva hasta el salón de música, ambos están en traje de baño, Marco pone música y sirve dos copas. Brindemos por más momentos juntos y felices. Chocan las copas y Violeta brinda. ¡Por muchos momentos felices!. Se toman un trago y Marco se le acerca. Señorita, ¿quiere bailar conmigo?. Ella se levanta con una gran sonrisa y le da la mano.

 

 Marco la conduce hasta el centro del salón y bailan un ritmo muy movido, Marco la guía dando algunos pasos difíciles, pero ella se deja guiar y baila con soltura. Al terminar la canción, él  coloca una melodía suave y romántica, atrae hacia él la exuberante humanidad de Violeta que respira sensualidad, sus cuerpos pegados  uno al otro, el sol de la playa los ha bronceado, las mejillas de ella están rosadas y la hace ver muy linda. 

 

 Violeta siente que este hombre le transmite sensaciones que jamás había sentido. Marco presiona la espalda de ella con sus fuertes brazos. En un momento entra Junior corriendo y la magia del momento se corta. Vengan, hemos encontrado un conejo chiquito, parece que está enfermo. Los tres salen del yate y ven a Lourdes que trae una bola de pelos en sus manos. Violeta lo toma y lo lleva al yate, le da leche y el pequeño conejo cobra fuerzas y se aventura a dar unos pasos. 

 

 En Suiza Bella y Eduardo han aterrizado y alquilan un auto en el aeropuerto, él hace una llamada y su madre le envía la ubicación por GPS. Recorren una hermosa carretera bordeada de árboles y  llegan a un espectacular castillo en una loma, con unos jardines con bellas y exóticas flores. La madre de Eduardo sale a recibirlos con una radiante sonrisa, se abraza a su hijo y lo besa. ¡Bienvenidos, guau que hermosa es tu novia!. Le da un abrazo a Bella y toma a cada uno del brazo y entran al castillo. 

 

Mi esposo está en la ciudad finiquitando un negocio, pero pronto llegará, está loco por conocerlos. Se sientan en un majestuoso salón donde les sirven té y galletas. Mamá, te ves radiante y bonita. Ella contesta con una sonrisa. Es el amor, también te veo más guapo y relajado, pareces muy feliz. Lo soy, mamá, he encontrado al amor de mi vida. 

 

Me alegra tanto, hijo, ya es hora que seas feliz. ¿Cuándo se van a casar? Quiero tener nietos. Eduardo responde. Pregúntale a Bella, yo quiero casarme ayer, pero ella es la que no quiere. Bella le pega con un cojín. Yo si quiero casarme, no mientas, solo te he pedido un poco de tiempo. Marianne la madre de Eduardo interviene. Deberían aprovechar esta visita para casarse. Bella contesta. Pero quiero que mi abue esté presente el dia de mi boda.

 

 Eduardo se apresura a decir. La mandamos a buscar, solo tengo que llamar al capitán para que vaya a por ella. Bella baja la mirada y luego levanta la cabeza. Siiii, está bien, envía por mi abuela. Eduardo la abraza y la alza en sus brazos. Gracias mi amor, me haces muy feliz, pero no te quiero presionar, solo si tu quieres yo quiero también. Bella le quita los mechones rebeldes de la frente y le dice. No seas tonto, yo te amo y quiero casarme contigo.

 

Marianne aplaude. No se diga más, voy a contratar a una amiga experta en bodas para que organice todo, no se preocupen por nada, escojan la fecha nada más, y ella tendrá todo listo. Los dos se miran a los ojos y ninguno dice una fecha y Marianne dice una fecha tentativa. ¿Qué les parece en 15 días?. Bella asiente con la cabeza. Si, que sea en 15 días, ¿verdad mi amor?. Eduardo sonríe y contesta. Yo iba a decir el sábado siguiente.

 

 No, porque es poco tiempo para organizar todo. Le dice Marianne, en esos momentos hace acto de presencia el elegante esposo de Marianne. Ven mi amor, este es mi hijo y su novia Bella, hijos les presento a mi esposo. El hombre tiende su mano con cortesía. Es un placer para mi conocerlos, bienvenidos a nuestro hogar. Gracias muy amable. Contesta Bella.

 

 Marianne emocionada le cuenta sobre la boda. Excelente, nuestro castillo se vestirá de fiesta para la ocasión. Eduardo pide permiso y se retira para realizar una llamada, Marianne también aprovecha para llamar a la experta en bodas. Bella se queda conversando con Tomas Velardi, el hombre de modales finos es un conde, viene de una familia de la realeza. 



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En el texto hay: persecucion, secuestros, atentados

Editado: 03.09.2024

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