Las tres mujeres salen a la avenida, un chofer pasa recogiendolas, al llegar al castillo se encuentran con Eduardo que esta entrando cargado de paquetes, Bella se acerca y se dan un beso, él le dice sonriendo. Ya compre mi traje de novio. Ella expresa coqueta. ¿Me lo vas a mostrar?, quiero ver como te ves. No voy a mostrarte mi traje, es de mala suerte. ¡Nooo, mentiroso, es a la novia que el novio no la puede ver con el vestido antes de la boda!.
Pero por si acaso, hay que prevenir, jaja, jaja, jaja. Todos se rien y entran conversando y bromeando. Marianne ve a su hijo feliz y sonriendo y dentro de su corazón de madre, agradece a Dios por el milagro del amor. Lourdes esta siempre feliz por ellos, sabe que se aman y esta contenta porque por fin se van a casar.
Se retiran a descasar un rato y por la tarde van a recoger a los viajeros al aeropuerto, Marianne propone ir en la limousine para que todos quepan. El grupo llega y son bienvenidos con besos y abrazos. Eduardo le da una dirección al chofer, al llegar a la hermosa villa rodeada de jardines y grandes arboles, con un lago de aguas serenas al fondo que parece sacada de una obra de arte, se bajan todos. ¡Que casa tan linda!, ¿de quien es?. Pregunta Bella.
Es tuya es tu regalo de bodas. Expresa Eduardo. ¡Gracias, mi amor, es hermosa!. Eduardo le da un juego de llaves a su novia, ella abre y haciendo una reverencia. ¡Adelante, son bienvenidos!. La villa está hermosamente decorada, con buen gusto y elegancia. Cuando de repente aparece Raul el capitan, Eduardo dice. Perdón senorita dueña de casa, pero le di permiso a Raul para que se hospedara aquí sin su consentimiento. No se preocupe novio mio, mi casa es su casa. Recorren la casa bromeando.
Los recien llegados deben estar cansados, será mejor que los dejemos solos para que escojan sus habitaciones y descansen. Dice Eduardo. Marianne protesta. Crei que iban a hospedarse en el castillo, son bienvenidos, alla hay mucho espacio para todos, tenemos 52 habitaciones. Eduardo le pone una mano en el hombro y expresa. Madre, no queria incomodarte con nuestros invitados. Le dice conciliador. No es molestia, es un honor para mi recibir a tus invitados, no se hable mas, ¡vamonos todos al castillo!.
Todos se marchan al castillo a excepción de Raul que prefirio quedarse ya que estaba instalado y se sentia muy a gusto en la villa. Al llegar al castillo, Marianne los conduce a sus elegantes habitaciones, Junior esta impresionado, viendo la decoracion, las obras se arte que decoran los espaciosos salones y los pasillos del castillo. ¡Guao, nunca habia visitado un castillo, aqui debe vivir un rey!.
Marianne le contesta con cariño. No vive un rey, pero mi esposo es un conde y yo soy su condesa, y eres bienvenido a nuestro castillo, tú y todos los amigos de mis hijos, Edu y Bella. El niño da las gracias con educación y entra a su habitación, al quedarse a solas se le escapa un silvido. Dios, esta sola habitacion es mas grande que una casa.
Los recien llegados se asean y se cambian de ropa para la cena. En el comedor, el conde les da la bienvenida. Estoy feliz teniendo en el castillo a todos, me recuerda mi niñez, cuando se hospedaba en casa toda la familia de mis padres. Todos dan las gracias y son presentados formalmente por Eduardo. Después de las presentaciones se sientan a cenar, luego se retiran a un gran salón a tomar un té de flores, Marianne se sienta al piano y entona una hermosa melodia y el grupo la apoya con el coro.
Marco va a acostar a Junior y cuando regresa, le dan una copa de champán para brindar por la felicidad de los novios, todos alzan su copa y brindan. ¡Por la felicidad de los novios!. Oyen música, bailan, cantan y pasan una magnifica velada, Ranier sorprende a todos cantando con una hermosa y entonada voz, con Marianne al piano, ya muy tarde se retiran a dormir.
En la mañana todos estan sentados a la mesa, desayunan y las mujeres se van de compras en el auto de Marianne y los caballeros van de compras en la limousine y pasan recogiendo a Raul. Hoy van directo a una gran boutique de novias que no habian visitado y Bella se prueba un vestido que la hace ver radiante y bella, a ella le encanta como se ciñe a su cuerpo, el diseñador del vestido le coloca el velo la maquillan y las dudas se disipan. ¡Este es mi vestido!.
Mientras el vestido es colocado en una gran caja, ellas van a buscar los zapatos adecuedos, Bella escoge unos stilettos forrados en raso color blanco perlado y una lenceria en encaje blanco muy sexy. Cuando pasan por la caja para cancelar las compras, Marianne quiere pagar, Bella que tenia la tarjeta en la mano para pagar las oye discutir, Lourdes dice. Yo voy a pagar el traje de mi nieta, es un privilegio que no me quiero perder. Lourdes se adelanta y entrega su tarjeta, Marianne pide. ¿Por favor me dejaras pagar aunque sea los zapatos?. No, yo voy a pagar el ajuar completo.
Salen de la boutique y entran a una tienda exclusiva. Violeta serás mi dama de honor, quiero regalarte el vestido que vas a usar. Entre todas escogen varios vestidos y Violeta comienza a desfilar hasta que todas aprueban el vestido para la ocasión, después compran los zapatos y accesorios. Mientras tanto en otro lugar de la ciudad 8 hombres y un niño, estan probandose los trajes para el dia de la boda, Junior se prueba un traje negro tipo frac, combinado con una camisa blanca y un moño negro del mismo modelo que usan los adultos, se ve muy elegante y guapo.