En el castillo se divierten y disfrutan de la fiesta, mientras tanto en la suite nupcial, Eduardo ayuda a su esposa a quitarse el vestido de novia. Señora de Santamaría, está muy bella. Luego ella le quita el moño del cuello y suelta los botones de la camisa. Al rato, están desnudos bailando suavemente. Vamos a relajarnos en el jacuzzi. Los recién casados están disfrutando su noche de bodas.
Esa noche en un preludio prolongado se dedican caricias sazonadas con amor y pasión, en la cumbre del deseo, el la posee lentamente, Bella gime de placer, Eduardo la complace, mientras Bella pide más, pasan mucho tiempo amandose, completamente agotados de tanto amarse, se quedan dormidos muy juntos y enamorados.
Al siguiente día en una mañana hermosa, desayunan y se dirigen al aeropuerto, abordan un vuelo con destino a Francia donde pasarán unos días y luego irán a Italia, en su luna de miel, visitarán tres países. En el castillo se preparan para el viaje, hacen maletas y Tomás contrata un jardinero de confianza que va a cuidar la villa de Bella, en una sala de estar, Nancy y Ranier conversan. Ven conmigo, tú y Ava, por favor, voy a morir sin ti. Le ruega él. Falta poco para que terminen las clases y Ava salga de vacaciones, iré de inmediato a reunirme contigo.
Aunque es mejor que te quedes tú, quédate con nosotras, si por favor. Le pide Nancy. Tengo cosas pendientes que atender, mi amor, pero si no vas pronto, vengo a por ti. Ranier la acompaña al auto, Ava y Junior vienen detrás. Pensé que iban a ir con nosotros. Pregunta el niño. Yo quiero ir, pero me falta un mes para salir de vacaciones escolares, dice mi mamá que iremos en mis vacaciones. Junior hace un gesto de impotencia. Ranier coloca los bolsos en el maletero y luego le da un abrazo a Nancy.
Te amo. Le susurra al oído. Yo también te amo. Ranier abre la puerta de atrás y Ava sube, pero luego se baja y lo abraza, él se inclina y la abraza también. Por favor, no me olvides. Expresa Ava. No te olvidaré nunca en la vida, mi niña, pronto nos reuniremos, no estés triste, por favor. Ava se sube al auto y dice adiós con la mano, mientras su mamá sale rumbo a su casa. Vamos campeón, es hora de irnos. Dice Ranier con tristeza.
El grupo sale para el aeropuerto privado donde está el avión de Eduardo, Raúl el capitán salió temprano a encontrarse con expertos mecánicos que iban a revisar el avión. Los espera con todo listo para partir, Salim le trajo desayuno a Raúl y se lo entrega al pasar frente a él. En pocos minutos están volando y viendo una película. Marianne y Tomás conversan muy animados. Me imagino a los niños jugando y corriendo por el castillo. Él sonríe y responde. Estos días me parecieron largos, ansiaba venir, ¿crees que será difícil la adopción?.
Mientras se hace el papeleo legal, esperamos con calma y los sacamos a pasear y a compartir con nosotros. Él asiente con la cabeza. Es muy buena idea, así nos van conociendo y querrán venir con nosotros. Ella lo mira con amor y le expresa cariñosa. Serás un buen padre, mi amor. El tuvo una hija que murió en un accidente aéreo y tiene mucho amor de padre en su corazón para ofrecer, a Marianne el amor y la madurez le ha sentado muy bien y ha despertado su instinto maternal de nuevo, y anhela adoptar a esos dos pequeños.
Después de varias horas volando, son llamados a almorzar, Salim ha preparado un rico almuerzo que todos disfrutan. En París Bella y Eduardo caminan tomados de la mano. Vamos, entremos aquí. Le dice Bella mientras entran a una enorme y elegante boutique. Bienvenue. Una señorita les da la bienvenida. Merci beaucoup. La pareja entra y camina por el pasillo, la chica va detrás de ellos. À l'ordre.
Al ver que se dirigen a la oficina principal dice que no pueden entrar, pero Bella abre la puerta y entra con su esposo, una mujer se levanta y le dice. Dehors. Bella responde. No pueden echarme de mi propia empresa. De inmediato el hombre detrás del escritorio se levanta y sale al encuentro de la pareja. ¡Gloria, estás viva!. Dice con asombro. Hola John, espero que hayas llevado mis negocios muy bien, voy a enviar un contador para que haga un balance de los últimos años, y a esta señora maleducada, por favor despidela. John responde. No puedes echarla, es mi esposa.
Te felicito por tu esposa, pero puedo echar de mis empresas a quien estime conveniente, ella debe ser más cortés y gentil con los que llegan a la oficina, puede ser alguien que tenga una queja que poner, o también puede ser la dueña que viene a pasar revista. La mujer se pone pálida y se queda muda. Bella se sienta en la silla del escritorio y entra a la computadora, revisa un poco y se levanta. Mañana regresamos, no podemos quedarnos más tiempo porque estamos de luna de miel.
La pareja sale del local y Eduardo detiene un taxi y le da una dirección, al llegar Eduardo le paga al taxista y le da la mano a Bella para ayudarla a bajar, entran a un edificio empresarial y suben por el ascensor hasta el segundo piso, al llegar a una elegante oficina, abre la puerta con una tarjeta, se sienta y hace algunas llamadas. Mi amor, en este piso administran las ventas de nuestra fábrica de zapatos deportivos, ya llame al mejor contador que tenemos. Ella se acerca y lo abraza. Gracias, mi amor, no se que haría sin ti.