El error que nos volvió a unir

3. Trato.

Damon aflojó la corbata de su traje, y suspiró cansado cuando la soledad de su hogar. El mismo que compartió con Carmen durante meses. La odiaba, era una bruja, una desgraciada, sin embargo, todo estaba ahí como si nada. Ella no daba señales de vida; algo que lo tenía muy molesto. Salir de un juzgado le daba tiempo para ponerse a pensar en las cosas que dejó perder y que no vio por estar metido entre sus piernas. No se atrevía a tirar nada de lo que ella dejó, ese era su espacio para verse y podía odiarla hasta el tope, sin embargo, cada vez que quería lanzar todo a la basura se detenía. No le contó a nadie de su familia que estuvo viéndose durante meses con la amiga de ex de su hermano Volkan, ni siquiera podía verlo a la cara para contarle. 

— Maldita bruja —masculló tomando una foto enmarcada que había en uno de los estantes—. Se cree la gran cosa por…

Gruñó una maldición por lo bajo cuando su celular hizo el sonido molesto de una llamada. Vio que era su padre, con la foto en las manos y detallándola mejor, caminó hasta el sofá que hasta la misma Carmen pidió para que la casa tuviera un poco de color y vida.

Padre —lo saludo—. ¿Pasa algo?

Eso mismo es lo que quiero saber de ti, llevas meses sin venir a la casa y tu madre está preocupada —Christopher le habló en un tono serio—. ¿Cuándo vas a venir?

— Es complicado hacerlo ahora, papá —suspiró cansado—. Estoy lidiando con el caso de uno de tus socios, y tengo todos los ojos puestos en mí.

— Entiendo, tu hermano Volkan sigue buscando a esa mujer que se llama Nicole o Natacha. Ahora no entiendo nada —farfulló Chris, y el pecho de Damon se apretó—. Tienes que hablar con él, no dejarlo solo.

— Volkan no me escuchará, es tu hijo y lo conoces mejor que nadie. Es un hombre que sabe tomar sus propias decisiones —se sentó—. Tengo problemas ahora, llama a Kiral que se haga cargo de su hermano.

Damon…

Tengo que colgar.

Dejó su celular de lado; Carmen lo había obligado a tomarse muchas fotos juntos en esos meses, y comprar los marcos para colocarlas. Una bruja que supo cómo hechizarlo, se estaba haciendo daño… un daño que le gustaba.

Al día siguiente, fue a la empresa de su hermano Volkan, el mejor amigo de este lo saludó como siempre y se metió a su oficina. Era el más pequeño de cinco hijos, pero con un pasado que lo atormentaba bastante.

— Si Christopher te envió, puedes largarte por dónde entraste, no quiero hablar con nadie ahora —masculló su hermano quitando la corbata—. ¿Qué estás haciendo aquí?

— Vine a ver cómo estabas y a preparar tu acta de divorcio —se burló, y la mirada que le dio Volkan, le dio a entender que no estaba en sus planes separarse de esa mujer—. Nicole o Natacha… como sea que se llame, te engañó. Puede usar cualquier cosa en tu contra.

— ¡Dije no! —Volkan golpeó el escritorio con sus manos—. Nicole es mi esposa, yo me haré cargo de ella. Fin. Si vienes con esa idea de qué tengo que casarme con otra mujer, no lo haré. Es mi jodida última palabra, la voy a encontrar y me encargaré de ella personalmente. ¿Estamos?

— Al menos lo intenté —levantó las manos en señal de rendición—. De todos modos, haré el papeleo y te lo daré —le guiñó un ojo—. Soy tan buen hermano, que me meto en todos lados.

— Lo que eres es chismoso, ¿no tienes novia?

— No, las uniones no son para mí —chasqueó la lengua, caminando hacia la ventana—. Después de verte a ti morirte de amor por una mujer que solo conociste por unos meses, me da a entender de qué esta familia, los únicos que pueden hablar de eso son nuestros padres. Ellos tienen muchos años juntos, se aman y nuestro padre nunca le ha sido infiel.

— Porque mamá es una bruja y le hizo un hechizo de amor —Volkan se puso a su lado—. Nuestro padre no es tonto, supo elegir a la mujer perfecta y nuestra madre fue una tonta por dejarse engatusar de un mafioso.

— De ese matrimonio nacieron cuatro hijos y al quinto lo recogieron de las calles —la expresión de Volkan cambió a una apenada—. No te sientas mal, sé que no soy tu hermano de sangre, siempre lo he sabido. Para nadie es un secreto y no me molesta.

— ¿Has pensado buscar a tu familia biológica?

— Buscarlos no es una opción, porque ya están muertos para mí, aunque sé que Christopher me mintió.

— Tienes los medios para hacer lo que quieras, solo que eres demasiado chismoso para retroceder —Volkan rio un poco—. Cuando te enamoras, pierdes el control de las cosas, hasta de tu vida —Damon no le respondió—. Nicole tenía esos detalles muy diferentes a los de Natacha. El día de nuestra boda sonreía hacia ustedes, Natacha nunca lo hizo.

— Natacha solo quería el dinero, tú estuviste al tanto de todo. Sabías que ella te estaba robando y no dijiste nada, hasta que la realidad te llegó de golpe y te casaste con la sustituta —le apuntó—. Hermano, te enamoraste de la actriz que fue contratada para tu obra.

— Esa es una conversación que tendré con mi esposa, no con nadie de esta familia de chismosos —Volkan le dio un empujón para que se alejara—. ¿Con quién es la chica que te encontrabas durante meses o tal vez un año?

— ¿Qué?

— Una vez te vi entrar a un restaurante con una mujer, luego en un centro comercial. Nunca haces ese tipo de cosas con nadie —su hermano cruzó los brazos en su pecho—. ¿Quién es? ¿Es la mujer con la que estás ahora?

— No estoy con nadie, no seas chismoso —desvió la mirada hacia otro lado—. Eso se terminó, fin.

— ¿Te gustaba esa mujer?

— No, fue algo casual, eso fue todo —se encogió de hombros—. Tengo trabajo por hacer ahora, nos vemos más tarde.

— Por aquí ni las luces.

Damon le lanzó un lápiz a su hermano, y salió de la oficina. Buscó con la mirada la de Frederick, el mejor amigo de Volkan, y se metió sin tocar.




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