—Tengo miedo —dije con la voz discontinua
—¿Cómo tienes miedo después de todo lo vivido?
—No lo entenderás aun así te explique cada mínimo detalle una y otra vez
—No soy tan estúpida como piensas
—Es algo diferente, es algo personal que es muy complicado. La vida se aferro a dejarme caer cada vez que empezaba a subir y llegar al punto más alto tantas veces.
—¿A que le temes en realidad? ¿al fracaso? ¿a la soledad?
—Le temo a cada día que pasa, le temo al olvido inminente de cada uno de los momentos que pasamos, temo no ser lo que esperan que sea, le temo al amor que llego y se fue.
—¿Qué hay de la soledad?
—Con el paso de los años se convirtió en una amiga y he logrado lidiar con cada detalle de ella, una vez que nos conocimos fue difícil separarnos, forma parte de mí.
—Mi percepción de soledad era muy similar a la tuya, a diferencia de que solo nos llevábamos bien en ciertas ocasiones, teníamos muchas diferencias.
—Era parte de esta vida ese encuentro, solo pocos tienen la oportunidad de escapar de la soledad y otros nos hacemos amigos.
Me quede perdida en mis pensamientos. Es verdad, yo quería escapar de esa soledad, buscaba algo o mejor dicho a alguien que me ayudara a superar esa soledad, que esta se hiciera mas llevadera con el paso del tiempo, quería que todo pasara de mejor manera, pero cuando creía que sería un buen día o un buen momento, todo se arruinaba, caía una y otra vez, me llegue a sentir tan mal que el amor propio no fue suficiente, pero no podía esperar mas si no daba lo mejor de mi para mí. Ese fue mi peor error, esperar que alguien sanara mi caos, el cual debí aceptar e ir cambiando poco a poco para sentirme bien conmigo.
Pero así somos, somos tan indecisos que no aprovechamos las oportunidades de salir adelante. Busque inspiración, busque amor, busque ser reconocida y en cambio recibiré el olvido.
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Editado: 22.06.2020