El Fantasma Encadenado-Tomo 1

03-El Fantasma de la Fapilia p.1

Dal bajo a desayunar y como era costumbre la comida trascurrió en silencio, en el bolsillo llevaba las llaves de la casa solo que aun no empezaba a investigar nada, mientras más vueltas le daba a la idea menos atractiva parecía.

 

-¿Te inquieta algo?- pregunto de pronto Laiyon llamando su atención.

-No, solo pensaba…
-¿En serio?- su tono era de burla.
-¿Por qué es tan difícil que tu y yo tengamos una conversación tranquila?
-¿Por qué es tan difícil que tu y yo tengamos vidas tranquilas sin tener que conversar?
-Me rindo, es imposible dialogar contigo.
-Hasta que te diste cuenta…si no vas a usarlas agradecería que me regresaras las llaves.

-Aun lo estoy pensando ¬¬, estamos hablando de una muerte que aconteció hace cinco siglos, no es que espere hallar muchas evidencias.

-Nunca se sabe, una hipótesis puede ser la mejor pista.

-¿Y de que va a servir?, no sé si ya te lo dije pero yo no creo en los fantasmas, es ridículo- Laiyon lo miro ligeramente enfadado- ¿Qué?, ¿tu si te lo crees?

-Quizás ya seas demasiado americano para entenderlo pero en nuestra cultura lo sobrenatural no obedece a la lógica, ten más cuidado con tus palabras…no sabes quién puedo oírte.

 

Laiyon abandono la mesa bastante ofendido, Dal pensó que solo quería meterle miedo y entonces se le ocurrió que si tenía las llaves podía investigar toda la casa pero no sobre el fantasma, seguramente en dos años viviendo allí Laiyon habría dejado su huella, algo que le permitiera entenderlo un poco mejor, lo primero era saber por dónde empezar a buscar.


La Mansión Luxember era un edificio de tres pisos y más de una veintena de habitaciones.
En el primer piso estaba la cocina prohibida, el comedor, un cuarto grande que servía de despensa, un salón de clases y una habitación para recibir visitas; En el segundo piso estaban los cuartos, muchos de ellos clausurados por haber pertenecido a algún primogénito de la familia y por último en el tercer piso se encontraba la sala de trofeos, tres oficinas de trabajo, un cuarto que hacía de sótano/ático, una biblioteca que ocupaba un ala entera y un cuarto con un gran balcón que daba a la puesta del sol.
Dal recordaba haber estado en esa última habitación cuando era niño y le habían llamado la atención los numerosos retratos que adornaban las paredes, supuso que se trataba de los cuadros de la familia, entro en el lugar y sus sospechas fueron confirmadas, empezó a revisar los retratos y se detuvo frente a uno que llamo toda su atención.
Si no hubiera visto bien hubiera jurado que era Laiyon con dos años menos, las únicas diferencias eran que el joven del retrato vestía con vivos colores y parecía muy alegre mientras que Laiyon siempre iba de negro y Dal raramente le veía sonreír, se acerco para ver la placa bajo el cuadro y lo que vio lo dejo sin aliento: “Laiyonel Luxember, 15 de mayo de 1514”.

 

-¿Qué de….?- La puerta se abrió sobresaltándolo- ¿Laiyon?

-¿Qué haces aquí?- o seguía ofendido por lo del desayuno o por algo nuevo.

-Nada…solo investigo.

-Ya decide, a mi me parece que curioseas.

-No, en serio, mira lo que encontré- señalo el cuadro, Laiyon le dirigió una mirada fugaz y no dijo nada- ¿no te parece asombroso el parecido? y debió saltarse más de diez generaciones, lo que hace la genética, ¿verdad?... ¿porque me miras como si fuera un tonto?

-No, no…por nada…nnU

-Pensar que solo tenía doce, ¿Qué clase de monstruo asesina a un niño?, y para colmo en su cumpleaños, es cruel.

-Si la muerte te impresiona espera a escuchar del entierro, hicieron un hoyo en el patio, lo tiraron como una bolsa vieja y echaron tierra sobre él, sin un ataúd, sin una oración….ni siquiera una cruz…pero claro- dijo con rabia- eso pasa cuando todos creen que eres un maldito suicida.

-Oye…- miro sus muñecas, hacía tiempo que se lo estaba preguntando- esa muñequeras que siempre traes…acaso tu…

-¡No te importa!, solo quiero que me dejen en paz.

 

Salió azotando la puerta tan fuerte que el cuadro se tambaleo cayendo, Dal lo atrapo y entonces encontró algo, una hoja de papel amarillenta oculta tras el marco, tenía manchas negras y las letras borrosas por el tiempo, ¿Cuánto tiempo llevaba ese papel allí escondido?, quizás Laiyon supiera de su existencia y por eso se enfado al verlo allí pero si ese era el caso lo habría hecho salir, algo allí no encajaba asique coloco el cuadro en su sitio y guardándose la hoja dejo la mansión.




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