El Fantasma Encadenado-Tomo 1

12-Cumpleaños en Gravetown p.2

Si por Laiyon fuera se hubiera quedado en brazos de su madre todo el día, pero su padre también estaba allí, además de mucha gente que quería felicitarle por su cumpleaños, el aniversario de su muerte nunca había sido el mejor de sus días, nunca hasta ahora.

 

Fueron a la casa de huéspedes y allí comenzaron la fiesta, el lugar estaba lleno, Ana se reencontró con su niño y los hermanos se dieron el alucinante gusto de conocer a sus ancestros de épocas pasadas, además de muchos fantasmas interesantes que vivían en Gravetown y eran buenos amigos de los Luxember.

 

-¿Ya pensaste a donde te vas a mudar?-le preguntaron de pronto.

-¿Mudarme?

-En la audiencia por la condicional puedes pedir una reubicación a cualquier parte, si fuera tu yo no querría volver a poner un pie en esa casa.

-La verdad es que ahora no estoy pensando en ello.

-Sí, déjenlo disfrutar su fiesta.

-Pero tenlo en cuenta, podrías mudarte aquí y quedarte con tu familia.

-Eso sería excelente-dijo Lexter.

 

A su madre también le pareció una maravillosa idea pero noto que al oír la palabra “familia”, Laiyon miro inmediatamente hacia Dal y Ana, solo fue un instante pero ella entendió lo que significaba y sonrió.

 

-¿Aun tocas el violín?-pregunto alguien entonces.

-Por supuesto, y ya se algunas canciones alegres.

 

¿Para qué lo dijo?, en el acto le pasaron un violín y lo mandaron a tocar, pero Laiyon no pretendía ser el centro de toda la atención ese día de modo que llamo a Mariana, quien tocaba el clarinete, y a todos los que reconoció y que sabia tocaban algún instrumento, ya con la banda hecha se pusieron a tocar y amenizaron la fiesta con buena música…quizás algo desentonada pues no se ponían de acuerdo con el estilo a tocar, pero de que se divirtieron se divirtieron.

 

En una esquina del salón estaban Gorman y Diamont, el abogado no era hombre de fiestas pero le habían insistido en que pasara y se relajase, además alguien debía acompañar al carcelero que supuestamente estaba allí vigilando la situación, nadie más se le acercaba.

 

-¿Cuánto ha pasado?-pregunto.

-Un par de horas desde que llegamos-dijo Gorman, mirando su reloj.

-Debo sacarlo unos minutos.

-Es conveniente, le diré.

 

A los invitados no les hizo la menor gracia que se llevaran a Laiyon en medio de la fiesta pero era parte del procedimiento, el carcelero debía llenar un informe y hacerle varias preguntas, lo llevo una terraza a la derecha de la casa donde podían hablar, le indico sentarse y comenzó a escribir en una libreta que llevaba.

 

-¿Cómo te estás sintiendo?

-Es difícil describirlo-confeso-creo que nunca había sido tan feliz pero no sé como expresarlo, es como si estuviera conteniendo el aliento.

-Es una reacción común en prisioneros con condenas largas, se olvida como es el exterior y de qué forma actuar, lo superaras con el tiempo.

-¿Esta…escribiendo eso?

-Debo documentar tu comportamiento, no puedo hacerte ver perfecto, eso seria extraño, pero te dejare lo bastante bien para que se sientan inclinados a darte la audiencia.

-¿Qué pasaría si me la niegan?-por culpa de cierto invitado ahora no dejaba de pensar en eso.

-Nada serio, continuarías con tu condena y podrías volver a solicitar la condicional en diez años.

-Diez años…

 

Se diría que tras un encierro de quinientos otros diez años no eran nada pero mientras más consciente se volvía de que estaba en el exterior, bien lejos de su prisión, menos ganas tenia de volver, aunque fuera por solo un minuto; se daba cuenta de que era una idea peligrosa, del tipo que no solo le valdría un aplazamiento sino un castigo mayor, aunque le enloqueciera tendría que volver asique era mejor no pensar en ello.

 

-Ese brazo…Vandarec lo hizo, ¿verdad?-el chico asintió-¿Cómo fue que ustedes…?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.