Cinthya
—Hija, el desayuno está listo, si no te apuras probablemente llegaras tarde a la veterinaria.
Escucho decir a mi madre cuando estoy bajando las escaleras, paso siempre frente a un espejo de cuerpo completo en donde puedo admirar mi indumentaria, hoy me veo genial. Como todos los días. Me dirijo hacia el desayunador.
—Aquí estoy madre, me disculparas, pero voy con el tiempo justo.
—Nada de tiempo justo, desayunas y te vas, me importa poco si llegas tarde.
—¡Mamá! —me quejo, pero contra esta señora no puedes alegar mucho, cuando ella ha dicho una cosa no hay mucho de donde decir.
Resignada me siento a desayunar con toda la calma, aviso en un mensaje a mi asistente que coordine las dos veterinarias que llegare después de lo previsto.
—Anoche no te escuche llegar —Recrimina mi madre y no porque piensen que ella me controla es más por mi seguridad, tiene miedo de que me pase algo; solo somos ella y yo y es difícil para ambas esta rutina sin la otra.
—Te dije que iría con Mónica —Lo que no sabe es que ignore el hecho de que no solo fue con Mónica. Desde hace tiempo he mantenido una extraña relación con mi amigo Jesús y a veces me da miedo lo que llegue a pasar. Nuestros encuentros furtivos se volvieron recurrentes después de aquella primera vez en mi departamento de soltera.
Mientras tomo una taza de humeante café, el recuerdo de la primera ve llega a mi mente. No es que sean muchos, pero lo que ocurrió aquella mañana sí.
Flashback
Despierto enredada entre las sábanas de está habitación, hay un hombre durmiendo a mi lado.
Recuerdos fugaces de la noche anterior vienen a mi mente.
—¡Jesús! tienes que irte ya. —le grito al darme cuenta que efectivamente es quien recuerdo, ahora solo puedo ver su espalada, una por la que quisiera pasar mis manos.
—Déjame seguir durmiendo —escuchó como se queja debajo de las sábanas.
Por dios ¿Qué hice? Me recriminó en mi mente, terminé en la cama con mi mejor amigo, no supe cómo pasaron las cosas con exactitud, pero una cosa llevo a la otra y terminamos en mi departamento de soltera, suena extraño esa palabra, pero así es, si los hombres pueden claro que las mujeres también podemos tener un departamento de soltera. Además de que por obvias razones no podría hacer este tipo de cosas en casa con mi madre ahí.
—Vamos, levántate.
Parece que no escucha nada de lo que le digo y como al parecer este hombre no se levantará ni por que la tierra tiemble, decido que tengo que hacerlo yo. Me levanto y me dirijo a la ducha en donde permanezco más del tiempo normal, dejo que la sensación del agua recorriendo mi piel se quede ahí en mi mente para relajarme.
Cuando salgo el hombre en mi cama sigue profundamente dormido y yo lo único que deseo es que se vaya, no quiero mirarlo a la cara después de lo que pasó anoche. El arrepentimiento llega a mí ya que soy consciente que esto solo es algo de un anoche, el jamás se fijarían en mi de otra manera. ¡Por dios! Somos mejores amigos y nos conocemos desde hace muchísimos años, ¿Qué nos dio por hacer esta tontería? Y lo peor de todo, es que ni siquiera recuerdo si lo disfrute.
Me terminó de arreglar y bajo hasta la cocina a preparar el desayuno, no sé si Jesús se quedará a desayunar, tampoco quiero ser una desconsiderada para dejarlo sin comer, justo cuando me estoy sentando a desayunar lo veo aparecer tras la puerta.
—Desayuna antes de irte —le digo como si nada hubiera pasado anoche.
—Cinthya, lo que pasó anoche… —se rasca la cabeza sin saber que más decir, entiendo su postura y antes de que diga algo que a los dos nos termine hiriendo yo termino por él.
—Lo de anoche fue un erro, dejémoslo ahí, ambos quisimos que pasará lo que pasó, pero somos adultos y debemos afrontar esto como eso, ahora sigamos nuestro camino sin pensar más en lo que ocurrió, somos amigo y quiero que sigamos siéndolo.
—Gracias.
No entiendo por qué me da las gracias, creer que es por el desayuno es lo mejor. Comemos en absoluto silencio y salimos yo rumbo a la veterinaria, pasó a dejar a Jesús en su departamento y mientras manejo hasta el establecimiento trato de borrar de mi cabeza lo que ocurrió anoche.
Fin del flashback
—¡Cinthya! —Escucho el grito de mi madre que se saca de mi recuerdo.
—¿Qué sucede madre, por qué gritas?
—Según tú tenías prisa y te has quedado más de diez minutos con ese café en las manos.
Rayos, reacciono y me levanto de prisa, tomo mi bolso y reviso que lleve todo; subo al auto y manejos hasta la veterinaria principal.
Estacionó la camioneta y me dispongo a entrar, solo que veo en la entrada parado a un hombre que no quiero ver ni en pintura
Julián es el ex marido de mi mejor amiga Mónica, este desgraciado que se encuentra frente a mí ha hecho sufrir a mi amiga como no se imaginan.
Ella por mucho tiempo lo amo, o creyó amarlo viviendo en una mentira de matrimonio y el hombre que está aquí, reaccionó demasiado tarde, se dio cuenta según él de que la amaba cuando ella ya había encontrado a quien amar.
Hace un par de noches se apareció en mi veterinaria y traía consigo un gato, jamás pensé que este hombre fuera de aquellos que les gusta rescatar mascotas; pero seamos sinceros, nunca me permití conocerlo y lo veía por mera obligación ya que al ser el esposo de mi mejor amiga por obvias razones nos veíamos constantemente, aunque siempre le hice ver lo mal que me caía, siempre pensé que este no era el hombre adecuado para Mónica, tal vez me equivocaba, solo era mi pensar.
Aquella noche por primera vez nos dirigimos la palabra sin Mónica de por medio, creo que no lo habia visto desde que mi amiga decidió separarse de él.
Solo espero que el gato este bien.
Bajo del auto y llego hasta donde se encuentra saludándolo de forma casual y sin ninguna emoción.