El hábito no hace al monje (#4 Serie Refranes)

CAPÍTULO 5

Alonso y Ema se hicieron muy buenos amigos. No pasaba un día en que no se vieran y disfrutaran de su mutua compañía. Y aunque Ema había llegado a conocer profundamente a Alonso, ella aún no se sentía capaz de contarle todo de sí. Tenía terror de confesarle quién era en realidad por temor a que Alonso cambiara con ella, que ya no la viera de la misma manera, que buscara alguna forma de aprovechar los beneficios de relacionarse con un De Vigo.

Planeaba guardarse esa verdad al menos por mucho tiempo más. Nunca pensó que un simple favor sacara su secreto a la luz.

******************

Alonso ya había empezado a hacer clases en la escuela en donde lo habían contratado. Habían pasado varios meses y se había adaptado bastante bien al ambiente tanto de la escuela como el de la ciudad, sobre todo porque compartía sus días con Ema, de quien ya estaba profundamente rendido a sus pies.

A mitad de año, el director de la escuela le pidió que se hiciera cargo del aniversario de ésta para el presente año. Debía organizar las actividades recreativas, las diversas competencias entre el alumnado y el profesorado e incluso preparar un show para el último día a modo de cierre de las celebraciones.

La verdad es que no le fue tan difícil hacerlo. Todo el tiempo ayudaba a sus hermanos, padres y tíos a organizar dichas actividades cada vez les tocaba hacerlo.

Tenía todo listo y dispuesto, solo le faltaba el show. ¿Y si le pedía a Ema que les hiciera un mini concierto? Estaba seguro de que le diría que “SÍ”.

Habló con Ema y para su alivio, ella le dio la respuesta que había esperado oír. Juntos elaboraron un listado de canciones que ella iba a interpretar e incluso Alonso se ofreció para tocar la guitarra junto a ella en la última. Ensayaron toda esa semana y estaban conformes con la complicidad con que interpretaban dicha canción. La letra parecía hablar por ellos en cuanto sus sentimientos. Lo que no se atrevían a decirse directamente, lo decían mediante esa hermosa canción.

El día del Show llegó y el turno de cantar de Ema también. La audiencia estaba eufórica con ella. Coreaban todas las canciones y aplaudían sin parar cada vez que concluía una. Cuanto estaba por finalizar su presentación, de pronto los alumnos ven subir al escenario a su querido profesor. Era la última canción, aquella que tanto habían ensayado. “SABES”, de Reik.

Comenzaron a tocarla con sus guitarras y luego Ema comenzó a cantar. A diferencia de todos los ensayos que habían hecho antes, en esta oportunidad, Ema se giró hacia Alonso y le cantó directamente a él …....

Sabes, no pido nada más
que estar entre tus brazos
y huir de todo el mal,
que a todo he renunciado
por estar junto a ti.

Sabes, no dejo de pensar.
Estoy enamorada.
Te quiero confesar
que soy solo una esclava
que no sabe vivir, sin ti.

Cuando llegaste tú
te metiste en mi ser,
encendiste la luz.
me llenaste de fe.
Tanto tiempo busqué
pero al fin te encontré.
Tan perfecto como te imaginé.

Como aguja en un pajar
te busqué sin cesar.
Como huella en el mar
tan difícil de hallar.
Tanto tiempo busqué
pero al fin te encontré,
tan perfecta...
……como te imaginé ♫

En ese momento, Alonso se acercó hasta donde estaba cantando Ema, se apoderó del micrófono y con la misma intensidad con la que ella le había mirado y cantado, él mismo comenzó a cantar con una voz tan melodiosa como la de Ema sin apartar su vista de la mujer de la cual se había enamorado.

Sabes, te quiero confesar
que te encuentro irresistible.
No dejo de pensar
que haría lo imposible
por quedarme cerca de ti.

Cuando llegaste tú
te metiste en mi ser,
encendiste la luz,
me llenaste de fe.
Tanto tiempo busqué,
pero al fin te encontré.
Tan perfecta como te imaginé.

Como aguja en un pajar
te busqué sin cesar.
Como huella en el mar
tan difícil de hallar.
Tanto tiempo busqué
pero al fin te encontré.
Tan perfecta...
…como te imaginé.

Sabes, no pido nada más
que estar entre tus brazos……♫

 

Y para el asombro de todo el mundo presente, una vez que la canción terminó, Alonso tomó la barbilla de Ema y le plantó un beso cargado de ternura y suavidad. Un beso lleno de amor y posesividad. Delante de todos estaba demostrando lo que sentía por Ema y Ema le correspondía de la misma manera mientras los aplausos estallaban por todo el lugar. Jamás se había visto semejante muestra de amor en una ocasión como esa, pero al director no pareció molestarse en absoluto. Quizás todo era parte del espíritu de celebración.

Nada parecía sacarlos de la burbuja en la que se encontraban. Lástima que esa burbuja se reventaría tan solo un día después.

 

********************

Esa noche se habían ido juntos al departamento de Alonso. Tenían tanto que decirse, tanto que besarse, tanto que acariciarse. Pasaron horas y horas proclamándose su amor y haciendo planes para el futuro que la noche se había hecho demasiado corta y la mañana había llegado demasiado pronto. Tomaron desayuno y encendieron la televisión. Lo que Alonso vio y escuchó lo dejó en shock.




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